Hace 20 años el dermatólogo Alastair Carruthers y su esposa oftalmóloga descubrieron casi por casualidad el poder antiarrugas de una toxina, el bótox. Su descubrimiento ha cambiado para siempre el mundo de la belleza y sus propios rostros. llevan desde 1987 inyectándose su propio invento. Hablamos con ellos de las luces y sombras de un tratamiento no exento de polémica. Por Bernadette Calonego y Carlos Manuel Sánchez Fotografía de Christopher Wahl
La historia comienza en Vancouver. Los protagonistas. un matrimonio. Él era un dermatólogo obsesionado con encontrar una cura para el cáncer de piel; ella, una oftalmóloga que trataba a personas con blefaroespasmo, un tic en los párpados, inyectándoles una solución muy diluida de la toxina paralizante.Y que resultó que la toxina tenía un efecto secundario de lo más curioso. desaparecían como por ensalmo las patas de gallo. Pero ninguno de los dos se percartó al principio. Fue una paciente, que pidió a Jean en 1987 que siguiera inyectándole en las cejas, a pesar de que sus espasmos habían remitido. No es por el tic, es que las arrugas se van , le dijo. Más tarde, mientras cenaba en casa con su marido y sus tres hijos, Jean comentó la curiosa petición Y les cambió la vida. Él dejó la investigación tumoral y se dedicó a las liposucciones; ella se convirtió en cirujana plástica.La asociación estadounidense de medicina estética los tomó por locos cuando presentaron su descubrimiento, en 1991, después de tres años utilizando a sus pacientes, sus enfermeras y a ellos mismos como conejillos de Indias. Tanto que el matrimonio canadiense no se animó a patentarlo. Si lo hubieran hecho, los Carruthers estarían hoy en la lista Forbes de los más ricos. No sospechaban que habían inventado el tratamiento de belleza que más se aplica en el mundo. La empresa que finalmente registró la marca, Allergan, factura 1300 millones de dólares anuales.Hoy viajan por el mundo dando unas 30 conferencias anuales y han publicado un centenar de artículos científicos y cinco libros de referencia. Tienen una clientela devota y un instituto de investigación financiado por Allergan. Y tanto uno como otro se confiesan adictos a las terapias de belleza, que suelen probar en propia piel antes de ofrecerlas a sus pacientes. Son inmunes a las críticas. El bótox es la penicilina de la autoestima , asegura Jean. El santo grial , remacha Alastair, que fue incluido entre los 50 hombres del mundo que mejor entienden a las mujeres , según el diario británico The Observer. Ya sexagenarios, no piensan en jubilarse. Se levantan a las cinco de la mañana para hacer gimnasia y montar en bicicleta antes de ir al trabajo. Y no lamentan en exceso la oportunidad de la patente perdida. ¿A quién le hace falta ser multimillonario cuando se tiene salud, amor y el elixir de la eterna juventud?üXLSemanal. Ustedes han sufrido, al menos, una amarga decepción a lo largo de su vida. A pesar de ello, viéndolos nadie lo diría ¿es por qué se han puesto bótox? Jean Carruthers. Yo me hice un lifting facial hace 11 años y me estiro las arrugas con bótox, no me cuesta nada admitirlo. Somos médicos especializados en belleza, debemos tener un buen aspecto, utilizamos los productos que vendemos. No obstante, creo que en nuestros rostros se tienen que ver las alegrías y las penas que nos ha deparado la vida. El bótox no debería limitar la capacidad del individuo para expresar sus emociones.Alastair Carruthers. ¿A qué decepción se refiere, por cierto?XL. Ustedes fueron los primeros en describir científicamente los efectos alisadores de las arrugas que produce la toxina botulínica, pero no patentaron el tratamiento.Alastair. Sí, hoy habríamos actuado de manera algo diferente.XL. ¿Algo diferente? ¡Han dejado de ganar miles de millones!Jean. Un abogado de Toronto experto en patentes me dijo que no se podía patentar el tratamiento cosmético con bótox. Hoy consultaría a dos o tres abogados más.XL. ¿Le guardan rencor a aquel abogado?Jean. No, nuestro trabajo nos hace disfrutar, con o sin patente.XL. Cuesta creer que lo lleven con tanta tranquilidad.Jean. ¿Qué podemos hacer? ¿Quedarnos anclados en el pasado? Tenemos una consulta en Toronto que funciona muy bien y publicamos trabajos de investigación. También queremos llevar una vida normal.XL. Señora Carruthers, para ser una mujer de 62 años tratada con bótox tiene usted un aspecto sorprendentemente natural.Jean. Gracias por el cumplido. XL. La actriz Katharine Hepburn dijo de usted, señor Carruthers, que era un hombre muy atractivo . ¿Por qué recurrió al bótox?Alastair. Solo me he quitado las horribles arrugas verticales de la frente, a un hombre le dan un aire amenazador. Las arrugas horizontales, por el contrario, indican curiosidad y simpatía. También me he puesto bótox en las axilas para impedir la formación de sudor, pues doy muchas conferencias al cabo del año. Fue un poco desagradable, pero ha merecido la pena.XL. El bótox es la toxina más letal que se conoce, ¿no es cierto?Alastair. Así es, pero el bótox es un fragmento de una proteína y en un tratamiento estético solo se emplea entre una y tres milmillonésimas partes de gramo. Esta cantidad no supone ningún problema para el cuerpo.XL. ¡Pero mucha gente se ha vuelto adicta al bótox!Alastair. El bótox crea adicción por el mismo motivo que puede hacerlo cepillarse los dientes. porque produce los resultados deseados. No crea adicción en un sentido químico.XL. ¿Y los efectos secundarios? Algunos médicos aseguran que el bótox afecta a la memoria.Jean. No hay datos fundados que respalden esa afirmación. Sí que existen evidencias sólidas que asocian el bótox con un aumento de la lucidez mental, sobre todo en personas con depresión. XL. ¿Cómo descubrieron ustedes el efecto del bótox sobre las arrugas?Jean. Fue fruto de un comentario casual. por aquella época, y al igual que hacían otros muchos oftalmólogos, yo utilizaba el bótox como neuromodulador para combatir problemas como la contracción incontrolada de los párpados o el parpadeo constante.XL. ¿Qué es un neuromodulador?Jean. Una sustancia química que afecta a la forma de actuar del sistema nervioso. El caso es que una paciente me comentó que, cuando le inyectaba bótox en la frente, sus arrugas desaparecían.Alastair. Al día siguiente hubo mucho lío en la consulta y por la tarde la chica de recepción tenía cara de estresada. Jean habló con ella y, ¡zas-zas!, volvió a parecer una chica relajada.XL. ¿Cómo que zas-zas? Jean. Oh, bueno, le inyecté bótox.XL. ¿La recepcionista se dejó inyectar como una cobaya?Jean. Sí, pero muy diluido. Mi empleada no estaba preocupada, llevaba años viéndome usar el bótox para tratar tics oculares. XL. ¿Probó luego el bótox en sus propias arrugas? Jean. Por supuesto. Le puedo asegurar que no he vuelto a arrugar la frente desde 1987.XL. ¿Imaginaban el éxito que le esperaba al bótox?Alastair. Esas cosas no se intuyen hasta que pasan. Veíamos el efecto fantástico que tenía en nuestros pacientes, pero no pudimos imaginar que algún día se utilizaría para tratar enfermedades como depresión, migrañas y otras molestias.Jean. Es una revolución. El bótox es genial. Y no solo porque no precise de una intervención quirúrgica, es que no obliga a decir que te has hecho algo en la cara, es absolutamente discreto.XL. ¿Qué se siente al haber cambiado el mundo?Jean. Nos llena de orgullo haber ayudado a tanta gente. Y es bonito que nuestro nombre esté asociado a algo positivo. XL. Aunque no se hayan convertido en multimillonarios, han recibido algún tipo de reconocimiento por su hallazgo Jean. Los colegas nos piden consejo. Damos conferencias por todo el mundo. ¿Que si los admiradores nos paran por la calle para darnos las gracias? No. Pero si entramos en un restaurante en Vancouver, reconocemos a muchas personas. ¡Han sido pacientes nuestros!Alastair. Ellos miran para otro lado. Pero en Brasil somos estrellas. Nuestra visita al país salió en los telediarios.XL. ¿Y por qué?Jean. La gente de allí sabe lo importante que es el aspecto físico. En Norteamérica, en Europa y en Asia la gente sigue pensando que tener un buen aspecto es un lujo y no una necesidad. Confunden autoestima con vanidad.XL. Pero muchas personas se pasan en ese deseo de rejuvenecer, ¿no cree?Jean. No creo que toda la gente quiera aparentar 16 años. Quieren parecer lozanos, llenos de energía, activos, de buen humor. Nadie quiere parecer cansado y abatido. Hoy en día hay que tener un buen aspecto para conservar el puesto de trabajo. Hay estudios serios que demuestran que se trata peor a alguien que parece enfadado, deprimido o agotado. No es algo que haya descubierto yo, la gente es así.XL. Pero hay gente que parece demasiado estirada e inexpresiva, seguro que han visto personas así.Alastair. No sé dónde vive esa gente, ¿en Beverly Hills quizá? En nuestra consulta de Vancouver no las hemos visto.Jean. Muy de tarde en tarde acude a nosotros algún paciente con unas expectativas totalmente irreales. A esas personas les digo. Ahora mismo tiene usted un aspecto estupendo. Si cambiamos más, parecerá exagerado . Soy partidaria de tratamientos suaves. Cuando le hago las mejillas a alguien, le dejo algunas arrugas en la boca, por ejemplo. O trato los párpados, pero no las patas de gallo.XL. A pesar de eso, ¿no es cierto que nuestro ideal de belleza viene dictado por Hollywood? Jean. No. La mayoría de las mujeres quiere tener el mejor aspecto posible, no más joven, sino adaptado a su edad.XL. ¿Las mujeres no están sometidas a demasiada presión?Jean. Nadie está obligado a ponerse bótox. Pero quien no cuide de su aspecto no debería sorprenderse si se ve peor tratada por los demás. Aunque admito que sí que está extendida cierta discriminación por cuestiones de edad.XL. Algunas personas sufren trastorno dismórfico corporal. quieren cambiar su cuerpo constantemente.Jean. A estas personas se las reconoce enseguida. Necesitan ayuda. Yo las envío siempre a un psicólogo.XL. ¿Cuál es el futuro del tratamiento cosmético con bótox?Alastair. El santo grial es la nueva crema de bótox, un producto de uso fácil y seguro.XL. ¿Hasta dónde se ha avanzado en su desarrollo?Jean. Ya han concluido las series uno, dos y tres de ensayos clínicos. La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, la FDA, está estudiando ahora su autorización. Se trata de un gel que hay que aplicar sobre la piel durante un tiempo determinado. Luego se limpia cuidadosamente. Los resultados se ven en entre dos y cinco días. La crema de bótox también puede ser una ayuda contra el sudor o los dolores de espalda.XL. ¿Trataría usted con bótox a jóvenes sin arrugas? Alastair. Si tiene unos motivos razonables, si arruga constantemente la frente y al hacerlo se le forman arrugas ¿por qué no? Trato con bótox a adolescentes para combatir problemas de sudoración, para ellos es un problema serio que les hace sentir mal muy a menudo.XL. ¿La primera vez que vio a su mujer se fijó sólo en su belleza?Alastair. ¡Me gustó el lote completo! Siempre quise tener a mi lado a una compañera que se dedicara a lo mismo que yo. XL. Trabajan en el mismo rascacielos, ¿por qué sus consultas están separadas?Jean. Porque queremos seguir casados XL. ¿Podrían decir algo positivo sobre el envejecimiento?Alastair. Lo que hace que la vida sea interesante es el conjunto de experiencias que van atesorando.Jean. Así es. Pero no hay que resignarse al deterioro físico. Dedicarle algo de dinero es necesario, vale lo mismo para la cara y el cuerpo que para una bicicleta o un coche. n
«Llevamos 27 años sin fruncir el ceño «Él tiene 66 años; ella, 62. Ambos se han inyectado bótox. Yo me he quitado las horribles arrugas verticales, que a los hombres nos dan un aspecto amenazador , dice el doctor Carruthers.ü
üLa señora Bótox, ce cercaJean Carruthers se ha hecho un lifting y se estira las arrugas con bótox desde 1987. Frente a los que aseguran que las mujeres están demasiado presionadas por la estética, no duda en afirmar. Quien no cuide su aspecto no debería extrañarse de ser peor tratado .ü
Bótox, qué hay de nuevo
La actriz Carey Mulligan no daba crédito. Pidió consejo a un médico de Los Ángeles para suavizar unas líneas de expresión. Me examinó la cara y me dijo que aplicaría un poquito de bótox aquí y allá. Le pregunté si hablaba en serio. ¡Solo tengo 25 años! , declaró, sorprendida.
Pero el doctor estaba aún más sorprendido con la reacción. ¡Pues claro que hablaba en serio! La toxina botulínica el principio activo del bótox está arrasando y ya ha desbancado al bisturí. El año pasado, 400.000 personas pasaron por el quirófano para estirarse la piel en todo el mundo, mientras que el número de inyecciones de bótox rozó los 3 millones y se aplicaron, además, 2 millones de dosis de ácido hialurónico y otros implantes de relleno. Los tratamientos faciales que no implican cirugía son mucho más baratos y los únicos que están resistiendo la crisis. Un lifting cuesta 10.000 euros; un pinchazo de bótox, 400 (aunque hay que repetir cada 6 meses). Y crecerán a un ritmo del 9 por ciento anual hasta 2017, cuando alcancen una facturación mundial de 1800 millones de euros, según la consultora Millenium Research Group.Lo más llamativo es que el bótox ha traspasado la frontera de edades. El perfil de usuario es el de una mujer de entre 35 y 62 años, pero cada vez se lo pone gente más joven. En EE.UU., por ejemplo, se aplican cada año 12.000 inyecciones de botulina a adolescentes de entre 13 y 19 años. Su uso solo está permitido allí para menores de edad en terapias contra el parpadeo continuo y los espasmos faciales, pero muchas adolescentes aprovechan para corregir ligeras imperfecciones, como elevar la comisura de los labios, suavizar la mandíbula o conseguir pómulos de vampiresa. Y a la inversa. mujeres maduras que pretenden ser clones de Hannah Montana. Y no solo por obcecación, también porque las obligan. Miriam OReilly, ex presentadora de la BBC, fue despedida por negarse a teñirse el pelo y retocarse con bótox, desoyendo el crudo ultimátum que le lanzaron los directivos de la cadena si quería conservar su empleo. Su cutis de 53 años, decían, no era el ideal para la alta definición. Litigó y acaba de ganar el pleito.En ocasiones, se roza lo patológico. Cada noche me miro en el espejo para comprobar si tengo arrugas. Si veo alguna, quiero más inyecciones , cuenta la británica Campbell Britney, una aspirante a artista que quiere ser la nueva Lady Gaga. Campbell tiene las cejas tatuadas, microimplantes en los labios y la frente pespunteada de pinchazos de bótox. Se lo pone su madre, que es esteticista, cada tres meses. Campbell tiene ocho años. La niña está encantada. Mis amigas piensan que soy guay y también se lo quieren hacer. Saben que voy a ser una estrella. Algunas me critican, pero lo hacen porque están celosas. Y su madre, Sharon, se siente orgullosísima. Me da igual que la gente se escandalice. Todas las famosas comienzan a cuidarse pronto. Compra el bótox por Internet, un mercado alternativo y arriesgado el kit de viales y jeringas, por menos de 200 euros y se lo aplica ella misma ante la negativa de los médicos a hacerlo.Más allá de la anécdota, los datos son de una epidemia psicoestética a la que España no es ajena. Cien mil de los 320.000 tratamientos de belleza realizados en nuestro país el año pasado fueron inyecciones paralizantes. En la lista de países más obsesionados con la imagen personal, ocupamos el puesto 12. EE.UU., Brasil, China, India y México son los más perfeccionistas. En Europa, alemanas, italianas, turcas y españolas son las que más retoques se hacen, seguidas por francesas, húngaras e inglesas. Y no solo ellas. El bótox también empieza a hacer furor entre la clientela masculina. Un 17 por ciento ya son hombres.La democratización del bótox ha generado un debate muy enconado. Sus detractores hablan del efecto momia. El director de cine Martin Scorsese se queja de que a muchas actrices les cuesta transmitir emociones en los planos cortos por culpa de la rigidez de sus facciones. Hay arrepentidas muy notables que han confesado su disgusto ante el espejo, como las actrices Nicole Kidman, Jennifer Aniston, Heidi Montag o Isabella Ferrari. Y contemplar los rostros planchados de Madonna, Meg Ryan, Daryl Hannah o Donatella Versace evoca el hieratismo de un museo de cera. Pero sus defensores son igualmente persuasivos. Llevando cuidado de no pasarse con la dosis, los resultados son de una aparente naturalidad. no paraliza los músculos, solo los relaja. Con ello, se atenúan las arrugas sin limitar la expresión. Además, los efectos secundarios son pocos y casi siempre livianos. Y se hace en un pispás. Diez minutillos y te quitas diez años.La controversia también es una cuestión de principios. Para los fans, el bótox es una inyección de autoestima. Y una manera de gestionar libremente el propio cuerpo. Para los críticos, puro narcisismo, un síntoma de neurosis en una sociedad que margina a los que aparentan el más mínimo signo de vejez. Y, además, crea adicción. Incluso se ha acuñado un nuevo término. botulinofilia, para referirse a la dependencia psicológica de la toxina. Lo cierto es que el bótox pisa tan fuerte que también se está zampando un buen trozo de la tarta mundial de las cremas antiedad. Y es suculenta. 45.000 millones de euros. Según Global Insight, en España nos gastamos 169 euros per cápita en productos de belleza (128 en la Unión Europea). Y el bocado puede ser aún mayor si se aprueba el uso de bótox en pomada. Las inyecciones causan aprensión y rechazo en muchos usuarios potenciales. Revance, una de las compañías farmacéuticas que trabaja en el producto, tiene los ensayos muy avanzados, aunque todavía no hay fecha de salida al mercado.En este río revuelto medran los oportunistas. La tercera parte del negocio está fuera de control. Algunos médicos muestran en el frigorífico el Vistabel [una de las marcas comerciales] y después inyectan la botulina india que han comprado en Internet por cincuenta euros la ampolla. El paciente siempre debe exigir la certificación del producto, lote incluido , recomienda un cirujano. Hay mucho intrusismo. Las autoridades deberían estar más pendientes , exige Carmen Flores, de la Asociación del Defensor del Paciente. En España, solo se puede poner bótox en hospitales y clínicas autorizadas y por parte de médicos con experiencia suficiente. Pero el mercado negro florece en peluquerías y gimnasios. Hay incluso enfermeras que lo inyectan a domicilio. En Italia se han puesto de moda los viajes en autobús a clínicas de bajo coste. No conviene banalizar los efectos secundarios. Entre las posibles reacciones adversas (suceden en el 23,5 por ciento de los casos) están eritemas, dolores, fiebre, edemas, mareos, fatigas y picores. Además, no se recomienda en caso de embarazo o de lactancia. Y su uso cosmético solo está permitido para la frente y el entrecejo, pero el bótox está colonizando todo el rostro. Sus partidarios piden la extensión a zonas off-label, es decir, fuera de las indicaciones terapéuticas aprobadas. Por ejemplo, nariz, labios (el código de barras), pliegues de la boca, cuello, escote, dorso de la mano, encías Ya se está haciendo discretamente, aunque los médicos que lo practican se exponen a querellas millonarias. De hecho, la justicia norteamericana ha impuesto a Allergan, el principal fabricante, una multa de 600 millones de dólares (468 millones de euros) por su promoción agresiva de usos no autorizados, de los cuales casi la mitad van destinados a indemnizaciones civiles. La piel es un órgano, no la tapicería del sofá , advierte el dermatólogo Francesco Bruno. Y la Agencia Española de Medicamentos ha confirmado la aparición de efectos graves, aunque esporádicos, por la diseminación de la toxina. Se han notificado casos de debilidad muscular, disfagia imposibilidad de tragar y neumonía. Los pacientes con trastornos neurológicos o con dificultades para deglutir presentan un mayor riesgo de sufrir estas reacciones.Al fin y al cabo, la botulina es el veneno más potente que existe, 40 millones de veces más tóxico que el cianuro. Hitler planeó utilizarlo como arma bacteriológica contra Inglaterra, pero es tan letal que ni siquiera él se atrevió. Un gramo es capaz de matar a un millón de cobayas; 4 kilos eliminarían a la humanidad. El uso bélico de la toxina fue prohibido por la Convención de Ginebra. Pero sus aplicaciones médicas son asombrosas. Los investigadores no dejan de maravillarse con sus propiedades, y no solo las cosméticas. estrabismo, tics nerviosos, sudoración excesiva, tortícolis, hipersalivación (babeo incontrolado de niños y adolescentes con discapacidad mental), lumbalgias También está revolucionando el estudio de las enfermedades neurológicas y abre nuevas esperanzas en el tratamiento de la parálisis cerebral infantil. Y en EE.UU. se acaba de aprobar su uso contra la migraña. Veneno y panacea, amada y odiada, esta toxina, que ha cumplido 50 años de investigaciones médicas, aparenta estar más joven que nunca. n
Mujeres arrepentidasüEl director Martin Scorsese se ha quejado de que algunas actrices han perdido expresividad con los pinchazos. Algunas de ellas han rechazado volver a ponerse bótox. ü
Courtney Cox Si me comparo con otras actrices, yo no me pongo demasiado. Una vez me pasé y no podía mover la cara. Kim Kardashian Sufrí una fuerte reacción alérgica con los pinchazos y me salieron moratones. Tuve que ponerme una bolsa de hielo. No lo volveré hacer nunca más No hasta que tenga por lo menos 40 años. Sharon Osbourne Me da miedo acabar como esa gente que parece que tiene el rostro planchado y congelado. Me puse durante unos años. Ya, no. Nicole Kidman He probado muchas cosas, pero, aparte de dieta y ejercicio, no funcionan. Con el bótox no me gustó nada cómo quedó mi cara después. Por fortuna, ya puedo mover mi frente. Jennifer Aniston Me lo puse una vez, y no es para mí. Notaba como si tuviese un peso en la cabeza. Creo que el bótox hace que las mujeres parezcan más viejas. Eso es lo que me echó para atrás.
Mujeres reincidentesMuchas famosas recurren a estos tratamientos, con desiguales resultados. Los expertos en belleza aseguran que el secreto es no pasarse de la dosis necesaria.Meg Ryan Pasar de los 40 en Hollywood impone. Para mí no ha supuesto el final. Me molesta que me juzguen por lo que hago o dejo de hacer.
Daryl Hannah Muchas en Los Ángeles parecen teleñecos. No me he hecho cirugía estética [el bótox no lo es], pero he perdido trabajos por los rumores. Donatella Versace Siento pánico a las arrugas y soy capaz de hacerme lo que sea para verme mejor. Gwyneth Paltrow La belleza, para mí, es sentirte a gusto dentro de tu propia piel. No echo de menos a la persona que yo era cuando tenía 20 años. Madonna No pienso dar una conferencia si me hago algo en la cara, pero no lo descarten.
Gráfico Número de Inyecciones de Bótox (2009)Totoal Mundial. 2.860.000Estados Unidos . 498.000Brasil. 447.000China. 305.000México. 189.000Japón. 103.000Epaña. 98.000Fuente. The International Society of Aesthtics Plastic Surgery (ISAPS)
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