Cerca de cumplir los 80, este actor y lord británico no para. Aprovechamos que se estrena su último trabajo, la tercera entrega de ‘Batman’, para hablar con él del amor, del éxito, de sinatra Lea, lea. Nadie tiene una colección de anécdotas como la suya. Por Ixone Díaz Landaluce

A Michael Caine le encanta contar la historia de su vida. Y lo ha convertido en un arte consumado. Sabe dónde hacer una pausa de suspense, cómo deslizar un chiste o ponerse trascendente y cuándo poner la puntilla a una historia acercándose a su interlocutor y clavando sus saltones ojos azules como si estuviera revelando el misterio de la vida. Hablar con él es, sencillamente, una delicia. Porque nadie tiene una colección de anécdotas como la suya. Quizá porque a pocos les ha dado tiempo en una sola vida a crecer durante una guerra, combatir en otra, convertirse en estrella de Hollywood, ganar dos Óscar (y seis nominaciones) y ser embestido caballero por la reina de Inglaterra. Era una historia improbable para un niño que creció en los bajos fondos londinenses y que fue bautizado como Maurice Joseph Micklewhite.

Un día, mientras hablaba por teléfono con su agente desde una cabina de Leicester Square, vio un anuncio de la película El motín del Caine y tomó prestado el apellido. Con su nuevo nombre, demostró talento en Zulú o Alfie y se consagró como uno de los grandes en Hannah y sus hermanas o La normas de la casa de la sidra. Ahora, vuelve a ponerse a las órdenes de Christopher Nolan para encarnar a Alfred, el fiel mayordomo de Batman en El caballero oscuro. la leyenda renace. Alto, delgado y ágil, ni siquiera las gafas y el pelo cano que gasta desde hace décadas delatan la edad que tiene (79). Mucho menos su espíritu. Solo cuando habla de lo listos que son sus nietos, se convierte, por un instante, en un entrañable ‘abuelo’.

XLSemanal. Es la tercera vez que se pone el uniforme del mayordomo de Batman. Se diría que siente debilidad por los mentores. ¿Es casual o un reflejo de su personalidad?

Michael Caine. Yo soy así. Soy un hombre de familia. Y lo he sido desde que era un crío. Cuando tenía seis años, mi padre fue reclutado como soldado para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Mi madre se quedó sola conmigo y con mi hermano, Stanley, que tenía tres años. En vez de lamentarse y llorar, nos dijo una cosa que marcó mi carácter para siempre. Vuestro padre se ha ido y ahora vosotros dos tenéis que cuidar de mí . Sí, mamá , le contesté yo. Y en ese momento, hace 74 años, me convertí en un hombre de familia. Me ocupo de todos. de mi mujer, de mis hijas, de mis nietos Soy el Padrino.

XL. ¿Es ese su mayor orgullo?

M.C. Sí. Puedo decir que soy uno de los mejores abuelos y padres del mundo. Y mis dos hijas estarían dispuestas a ratificarlo [risas].

XL. ¿Cómo recuerda aquel Londres pobre y castigado por la guerra de los años 40?

M.C. Yo crecí en un barrio muy duro llamado Elephant in Castle. A la gente de mi clase social nos llamaban cockneys Todos los gánsteres ingleses eran cockneys. Era un sitio peligroso. Por cierto, ¿sabes de dónde viene el nombre del barrio?

 «Odio las guerras.  Me ponen furioso. Siempre las inician hombres  que jamás van a ellas.  Yo estuve en la de Corea y casi me  matan. Tenía 19 años»

XL. Ni idea

M.C. Carlos II de Inglaterra tuvo una amante española, la infanta de Castilla. Los cockneys eran incapaces de pronunciar ‘infanta’ y por eso lo llamaban ‘Elephant in Castle’ [risas].

XL. En 1951, combatió en la guerra de Corea. ¿Un soldado siempre trata de olvidar la guerra en la que estuvo?

M.C. Sí, odio las guerras. Si estoy viendo la televisión y emiten imágenes de un soldado muerto o herido, tengo que apagarla. No puedo. Me pone furioso Las guerras siempre las empiezan los hombres que nunca van a ellas. Quisiera ver una guerra en la que la persona que decide declararla diga también. Yo seré el primero en ir . Odio la hipocresía de quien dice. Vamos a hacer la guerra. Y vas a ir tú .

XL. ¿Qué aprendió allí?

M.C. La guerra me enseñó una lección importante sobre mí mismo. Siempre te preguntas si, llegado el momento, serás un cobarde. Y en Corea otros tres soldados y yo caímos en una emboscada. En ese momento pensé. No somos cobardes. Vamos a morir, pero lo vamos a hacer de la forma más cara posible. Vamos a matar a tantos como podamos . Y mi vida empezó ahí La gente que ha estado a punto de morir suele decir. Ahora voy a vivir a tope, no como antes . Yo hice eso cuando tenía 19 años y he vivido mi vida como si todos los días fueran el último. Eso me ayudó mucho cuando me convertí en actor porque no tenía miedo a nada. Y sigo sin tenerle miedo a nada.

XL. Nunca ha ocultado sus tendencias políticas. En los 80 votó a Thatcher, en los 90 a Blair y ahora apoya a Cameron. ¿Cómo definiría su ideología política?

M.C. En Inglaterra siempre me he definido como un socialista extremista de derechas o un conservador extremista de izquierdas [risas]. Creo que en América eso me convertiría en un demócrata [risas].

XL. Se ha quejado mucho de la política fiscal de su país. Tanto que llegó a irse de Inglaterra porque no quería pagar tantos impuestos

M.C. Sí, me fui cuando los subieron hasta el 82 por ciento para las rentas más altas. Entonces, dije. Yo no trabajo para el Gobierno. Trabajo para mí . He conocido a todos los primeros ministros y conozco muy bien a Cameron. Y a todos les digo lo mismo. no me gustaría vivir en un país en el que no se recaudaran impuestos y donde los inválidos estuvieran tirados en la calle sin asistencia y mendigando. Todos aquellos que no pueden cuidar de sí mismos tienen que estar asistidos por el Estado. Lo que no quiero es tener que hacerme cargo de los vagos que podrían cuidar de sí mismos si quisieran.

XL. Ahora han vuelto a subirlos. ¿Está disgustado?

M.C. Sí, antes eran el 40 por ciento y ahora son el 50. Y vuelvo a decir lo mismo. No van a recaudar nada. Cualquiera que gane ese dinero puede comprar un billete de avión e irse. Además, puedes contar a todas las personas que se han ido, pero a quienes no puedes contar es a todos los que nunca vinieron y crearon puestos de trabajo y riqueza. Tienes que tener a algue haga el pastel antes de repartirlo. Y siempre se olvidan de la gente que hace el pastel.

XL. Al menos no se tienen que preocupar por el euro

M.C. Inglaterra es a Europa lo que Hong Kong a China. Es una entidad completamente independiente a la que mucha gente del continente viene a vivir. Ahora, Hollande está subiendo los impuestos, adelantando la edad de jubilación y reduciendo la jornada laboral y piensas. Espera un momento, ¿no debería ser al revés? .

XL. También está llena de españoles, ¿no?

M.C. No, los españoles van donde hay sol, a los franceses eso no les importa. Los españoles se irán a Australia.

«Ser pobre te marca.  Yo fui uno de los primeros  chicos de la clase obrera que se convirtió en estrella  de cine en los años sesenta»

XL. Hablemos de cine. Tiene dos Óscar, pero también ha protagonizado algunas películas de dudosa calidad

M.C. Es que nunca sabes cómo será la película hasta que no la ves. Incluso, a veces, te parece que no está tan mal y la crítica la masacra.

XL. Pero ha reconocido que ha aceptado muchos papeles solo por el dinero

M.C. Sí, desde luego. Al principio sobre todo. Era muy pobre y eso te marca. Yo fui uno de los primeros chicos de clase obrera que se convirtió en estrella en los 60. Me sorprendía tanto que la gente quisiera que apareciera en sus películas que siempre decía que sí. Me preguntaban si quería leer el guion y yo les decía que no. ¡No podía creer que me quisieran sacar en otra película! En los 70, hice una película horrorosa llamada El enjambre, sobre una invasión de abejas. Yo era nuevo en Hollywood y no entendía nada, pero el director acababa de rodar un éxito de taquilla con las dos mayores estrellas del mundo. Steve McQueen y Paul Newman. ¡Y me estaba ofreciendo un papel protagonista! Así que lo acepté, claro.

XL. ¿Y ahora cuál es el criterio a la hora de escoger papeles?

M.C. Ahora es una historia muy diferente. Me retiré mentalmente hace diez años. Soy un hombre de familia y quería cuidar de los míos. Entonces, dije. Solo trabajaré si alguien me hace una oferta que no pueda rechazar . Ahora, ya no se trata de dinero, sino de que haya un buen guion detrás. A veces estoy dos años sin trabajar, pero es raro

XL. ¿Se retirará ‘físicamente’ algún día?

M.C. Me encuentro muy bien, así que Toco madera. Aunque tengo que decir que levantarme a las seis y media de la mañana y recitar un monólogo de diez páginas empieza a darme un poco de miedo Pero, físicamente, aún estoy a punto.

XL. Cuando echa la vista atrás, ¿se arrepiente de haber rechazo algún papel?

M.C. ¡No! ¡Nunca he rechazado un papel! [risas] Una vez, hice una película porque quería comprarle una casa a mi madre. Y recuerdo que un periodista muy desagradable me dijo. Qué película más horrible . Y yo le contesté. No la he visto, pero sí he visto la casa que le he construido a mi madre con el dinero que he ganado haciéndola [risas].

XL. Si hace balance, ¿cuál diría que es el mayor logro de su vida?

M.C. Mi matrimonio y mi familia, sin duda. A parte de eso, aún estoy haciendo papeles protagonistas. Cuando era joven, un periodista me preguntó. ¿Cuál es su mayor talento como actor? . Y yo le dije. La supervivencia. Creo que me seguirán entrevistando cuando tenga 70 años . Entonces, yo tenía 28.

XL. Pero hubo un momento en el que pensó que su carrera se había terminado

M.C. ¡Oh, sí! Me había retirado. Estaba en Miami Beach pasándomelo en grande. Abrí un restaurante, estaba todo el día tumbado al sol Todo me importaba un pimiento. Hasta que Jack Nicholson, que era amigo mío, pero con el que nunca había trabajado, me convenció para hacer una película. Me lo pasé tan bien que seguí haciendo más. Y gané un Óscar. El segundo Y luego hice Batman. He tenido una segunda carrera increíble. Mi carrera en el retiro Le copié la frase al Padrino (imita a Marlon Brando). Te voy a hacer una oferta que no vas a poder rechazar [risas].

XL. Lleva 39 años casado. ¿Cuál es su secreto?

M.C. Nunca nos separamos. Ella viene a los rodajes conmigo. En este negocio trabajas con las mujeres más guapas del mundo y hasta ruedas escenas de amor, te metes en la cama con ellas y las besas Pero yo siempre he tenido una ventaja. En casa, tenía una mujer más guapa que cualquiera de ellas. No tenía razones para extraviarme porque nunca podría encontrar a nadie mejor que ella.

XL. ¿Qué piensa sobre la obsesión por la fama que esclaviza ahora a su gremio?

M.C. Es horrible, pero supongo que era inevitable A mí no me afecta, pero a las personas que son carne del cotilleo puede arruinarles la vida. Siempre digo que los paparazzi son los únicos parásitos en la historia de la biología cuyo único objetivo en la vida es destruir su única fuente de alimento [risa].

XL. Ha cumplido 79 años. ¿Qué es lo mejor de hacerse mayor?

M.C. Que no te obligan a hacer escenas de acción [risas]. Y, además, nadie espera que te levantes demasiado temprano o que te pongas a correr en un rodaje.

XL. ¿Y en lo personal?

M.C. Bueno, todo el mundo te ignora y trata de quitarte de en medio Así que me refugio en mi oficina con mis tres nietos. Tengo una televisión enorme y todas las películas infantiles que te puedas imaginar.

XL. Ha jugado al fútbol con Pelé, bailado con Brigitte Bardot, se ha ido de juerga con Sinatra ¿Qué personaje le impresionó más?

M.C. Si vas a ir a Las Vegas, hay formas y formas de hacerlo. Y Frank [Sinatra] me llevó a Las Vegas por primera vez en su avión privado. Aquello fue increíble.

XL. ¿Qué hicieron? ¿Jugar y beber?

M.C. Sí, claro que bebimos Recuerdo que estaba sentado en su avión y él me hablaba, pero yo no le contestaba. Entonces me dijo. ¿Qué te pasa? . Perdona, Frank. Es que acabo de darme cuenta con quién estoy hablando , le dije. Entonces, él me contó que la primera vez que llegó a Hollywood le pasó lo mismo con Ronald Colman, un actor británico muy famoso en los años 20 y 30. Estaba cenando con él y se quedó mudo. Yo admiraba tanto a Sinatra que nunca llegué a creerme que le conocía.

XL. También fue amigo de Cary Grant. ¿Cómo le conoció?

M.C. En Bristol, donde estaba rodando una película. Estaba en el hotel cuando, de pronto, veo que Cary Grant viene hacia mí. No sabía qué decirle y le solté. ¡Eres Cary Grant! . Y él me contestó. ¡Lo sé! [risas]. Su madre vivía en la suite contigua a la mía. Era muy anciana y, en vez de estar en una residencia, vivía en aquella lujosa habitación con médicos y enfermeras que la atendían. Cuando me trasladé a Los Ángeles, él y yo nos hicimos muy amigos.

Privadísimo

  • Su madre trabajaba como cocinera y doncella, y su padre, Maurice, era porteador en un mercado de pescado.
  • Cuando su madre murió en 1989, él y su hermano, Stanley, descubrieron que tenían un hermano mayor que siempre había vivido en un hospital aquejado de una epilepsia grave.
  • Divorciado de Patricia Haines, se casó con la modelo Shakira Baksh en 1973.
  • Durante los 60, llegó a beber dos botellas de vodka al día y fumaba 80 cigarrillos.

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