Hace 15 años que no fuma, bebe con moderación e, incluso, va al gimnasio. El guitarrista tranquilo acaba de cumplir los 63. En su cuartel general, en Londres, el hombre que marcó los años 80 con sus punteos y melodías nos regala una charla tan plácida como su forma de tocar la guitarra aunque también haga amagos de flamenco. Por Daniel Méndez/ Fotografía de Fabio Lovino

Sigue siendo un niño pequeño.: lo dice él mismo. Y lo recomienda: «eEs muy importante mantener esa parcela tuya que no crece y no quiere crecer» . Él cultiva ese territorio cada día con sus juguetes: las motos y las guitarras.

Mark Knopfler tiene unas 70 guitarras, no sabe bien cuántas. Me regalan muchas. Ahora hay una Fender que lleva mi nombre y mi firma estampada. «¡Me encanta!». También unas cuantas motos deportivas que combina con una confortable BMW. «Con las deportivas luego te duele todo el cuerpo», admite. Además, hace unos años tuvo un accidente; el juez declaró culpable a la conductora del automóvil con el que chocó, pero eso le hizo replantearse el tema de la velocidad. La edad, por mucho que uno se atrinchere en la niñez, suele traer cierta prudencia. Y por si fuera poco tener 63 años y cuatro hijos, Knopfler es miembro de la Orden del Imperio Británico. «Da miedo, ¿verdad? [ríe]. Mi madre está encantada. Ahora me acaban de conceder dos doctorados. ¡Y sin tener que estudiar!». «Los títulos, obviamente, se los dan por músico, pero también fue periodista un tiempo, oficio del que dice haber aprendido mucho sobre la vida y sobre escribir canciones. El periodismo te enseña a escribir las cosas en miniatura. Condensar la realidad en tres versos o en un titular no es tan distinto».

Para su nuevo álbum ha elegido el título de Privateering, (Corsario). «Me gusta estar al mando de la banda cuando estamos de gira explica. Además, hace alusión al hecho de tener que hacer mi trabajo en solitario sin ninguna asistencia gubernamental. El Gobierno no me ayuda, como ocurre con la ópera, el ballet No hay dinero para el tipo de música que hago».

XLSemanal. En sus nuevas canciones hay referencias a la economía. el reino del oro, el sumo sacerdote del dinero

Mark Knopfler. Sí, quizá aparezca más en este disco. El sumo sacerdote del dinero está basado en un personaje que ya tenía en la cabeza.

XL. ¿Puede dar nombres? 

M.K. Sería alguien que ahora trabaja para el Gobierno y antes para la banca. Ya sabes a qué tipo de persona me refiero.

XL. ¿Y qué hacemos con ellos?

M.K. ¡Regularlos! No dejar que hagan lo que ellos quieran. La desregulación empezó con Reagan y Thatcher y mira adónde nos ha llevado. Pero, ¡a quién le importa lo que yo piense sobre esto de todas formas! Ahora todos sabemos mucho de economía. En cualquier caso, ese sumo sacerdote es un personaje inusual en mi repertorio. No suelo escribir sobre gente rica. Siempre escribo sobre la clase trabajadora, sobre gente normal.

XL. Su padre fue un húngaro de origen judío que huyó de los nazis

M.K. Era un socialista. Y era un refugiado. Creo que sintetiza nuestro tiempo de algún modo. Obviamente abandonó posiciones extremas conforme pasaba el tiempo, pero cuando era joven era mucho más idealista. Creo que yo siempre he tenido esa influencia. Aunque no soy socialista.

XL. ¿Cómo se definiría en este sentido?

M.K. Normalmente, si hay un partido político yo estoy en contra [carcajada].

XL. Se lo han preguntado muchas veces, pero ¿decidió disolver Dire Straits porque se estaba convirtiendo en algo demasiado grande para sobrevivir?

M.K. Sí, no es que fuese grande, ¡era enorme! Y desde luego eso fue un gran motivo en la decisión. Además, estaba exhausto, no podía más. Mi cabeza ya no lo soportaba. Necesitaba un tiempo para darme la vuelta, descansar. Lo pasé muy bien con Dire Straits. Me encantaba y era un sueño cumplido, pero necesitaba parar. Era la única salida inteligente.

XL. ¿Y no existe la tentación de volver atrás?

M.K. No, en absoluto. Ahora, por ejemplo, cuando salgo de gira, lo hago evitando las vacaciones escolares. Así estoy en casa para vivir con la familia. Trato de llevar una vida normal en la medida que puedo.

XL. ¿Siente que le debe eso a sus hijos?

M.K. Sí. Sin duda. Están creciendo e intento estar con ellos. Y, sobre todo, no cometer muchos errores.

XL. ¿Antes los cometía?

M.K. Bueno, antes las giras eran una escapada. Una huida hacia delante. Pero no puedes escapar. Si tienes un problema, el problema seguirá ahí cuando vuelvas a casa. ¡Quizá se hace más grande! Pero no es solo eso. Físicamente también es importante cuidarse. No he probado un cigarrillo en casi 15 años. Te sientes más fuerte, te sientes mejor. Tienes que rescatarte a ti mismo.

XL. También practica deporte.

M.K. Sí. Voy al gimnasio, juego al tenis Es importante. Si estoy en una ciudad, salgo y me doy un paseo. Me gusta conocer los sitios por donde paso. Cuando viajo a España, trato de aprovecharlo, de conocer el país. Y me siento muy conectado con España. Si estoy en Bilbao no siento lo mismo que cuando estoy en Barcelona o en Madrid. Y disfrutar de esas diferencias es importante para mí. ¡Viva la diferencia! [lo dice en español].

XL. En cualquier caso, no tiene un pasado de grandes excesos con las drogas. No es un Keith Richards, para entendernos.

M.K. No. Pero no soy ningún santo tampoco. Sería un mal santo y sería también un mal juez. Y sería un profesor de guitarra horroroso. Los tres se me darían fatal. Aunque son solo algunas de las cosas que haría mal. Creo que he encontrado la ocupación adecuada para mí. El oficio de escribir canciones es el que mejor se ajusta a mi personalidad.

XL. Hay una fábrica de cerveza cerca del estudio, pero tengo entendido que le gusta el Rioja

M.K. ¡Me vuelve loco! El Rioja, pero también el Ribera de Duero [pronuncia con un fuerte acento]. El vino español me encanta. Si tengo suerte, un amigo me viene con una botella en la mano. También me encanta tocar en España. Y fue un honor tener a Vicente Amigo en el estudio. Ha estado hace poco y es increíble.

XL. ¿Me está diciendo que se pasa al flamenco?

M.K. No, no. Jamás hacer eso. Tienes que hacer algo así [mueve rápidamente los dedos, imitando a un guitarrista flamenco]. Mientras que lo que yo hago es apoyar la mano así en la guitarra. ¡Imposible!

XL. He leído que ahora bebe té en el escenario

M.K. ¿Eso es lo que la gente cree? [ríe]. ¡Déjales que lo crean! Pero, entre tú y yo, no es algo que pase muy a menudo.

XL. En cualquier caso, usted no parece seguir el modelo de ‘sexo, drogas y rock and roll’.

M.K. Bueno, cuando tienes una edad piensas más en ir al gimnasio y tratar de sobrevivir. Eso es básicamente lo que intento hacer. Trato de componer y escribir canciones también en la carretera. Una gira es como una prueba de supervivencia. Y al final aprendes a hacerlo, aprendes a sobrevivir. ¡Y eso es algo de lo que yo y mis amigos podríamos escribir un libro!

XL. Última pregunta. ¿está cansado de que le pregunten por el retorno de Dire Straits?

M.K. Sí. Es algo que ya cansa, claro. Aunque entiendo el interés, no es algo en lo que yo piense.

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