¿Por qué un ciudadano de la Unión Europea decide irse a vivir a una zona en permanente conflicto? ¿Cómo es el día a día de los españoles que viven en Tel Aviv o Belén? ¿Cómo les ha afectadola última escalada de violencia? Hablamos con ellos.

Para irse a vivir a Israel, teniendo en cuenta el riesgo objetivo de ser alcanzado por un misil o un explosivo casero, suele ser necesario tener un vínculo personal o fuertes convicciones religiosas. Lo mismo o más sucede para quienes se instalan en los territorios controlados por la Autoridad Palestina. A día de hoy, la Embajada española en Tel Aviv tiene registrados 1775 españoles, de los cuales 1722 son residentes fijos y 53 visitantes en tránsito. A eso habría que añadir algunos cientos más en los territorios palestinos no censados. Hablamos de un censo muy delicado porque el número de españoles en Israel crece tanto por la vía de la inmigración como por la creación de ‘nuevos’ españoles que recuperan u obtienen nuestra nacionalidad, sea a través de la Ley de la Memoria Histórica, de cartas de naturaleza o de otros procedimientos. Desde 2011 ha habido 222 altas, pero solo 25 corresponden a nuevos emigrantes.

¿Quiénes son? La mayoría, descendientes de las familias judías en España que llegaron tras la Segunda Guerra Mundial, de raíz askenazí. Son sus nietos de veinte y treinta años los que vuelven los ojos a Israel. No tanto en clave religiosa como identitaria y ahora, especialmente, laboral o profesional. Israel ya no es aquel árido refugio de los perseguidos. Hoy en día es un país con unas medias de crecimiento y de calidad de vida que sobrepasan en muchos casos las de la Unión Europea. Es El Dorado de Oriente Medio. El salario mínimo en Israel son 900 euros. el salario medio ronda los 1700 euros.

Por supuesto, los profesionales más cualificados ganan mucho más y, además, cuentan con apoyos que a estas alturas resultan casi inimaginables en nuestro país. En Israel, casi no hay paro y hay muchas oportunidades si se es judío. Solo si se es judío o se cumplen los requisitos para acceder a esa condición, por ejemplo, contrayendo matrimonio o estableciendo una pareja de hecho con un judío israelí, es la tierra de las oportunidades. Cualquiera que esté en este caso obtiene de forma automática nacionalidad, pasaporte, subsidio de paro, ayudas de todo tipo para establecerse

Para los no judíos, la nacionalidad israelí es misión poco menos que imposible y la residencia permanente, un arduo proceso que puede llevar años. Permanecer legalmente en Israel sin ser judío exige o casarse o un visado de trabajo con una empresa. En caso de divorcio o de pérdida del trabajo hay que hacer la maleta e irse o pasar a la ilegalidad. Todo ello, amenizado por la tensión política y el trasfondo de la violencia, claro. Aunque últimamente no ha habido que lamentar la muerte de ningún español en atentado, el peligro siempre está ahí.

¿Vale la pena? Todos los entrevistados coinciden en que la intensidad de la experiencia los ha atrapado. Parece que no es fácil sustraerse al hechizo de los fuertes vínculos sociales y personales que se establecen en un lugar como Israel. Todos acreditan un optimismo a prueba de bomba, lo cual en su caso es dolorosamente literal.

David Yabo

Origen. Bilbao. Edad. 28 años. Profesión. estudiante de turismo. Religión. judía.

Razones para vivir en Rishón Lezión (cerca Tel Aviv). «Para practicar mi religión y porque me enamoré»

Vive desde hace dos años en Rishón LeZión, una ciudad de 200.000 habitantes al sur de Tel Aviv. Decidió instalarse allí, en parte, porque es judío practicante y le resultaba muy complicado profesar su fe en España y, en parte, porque durante unas vacaciones conoció a su actual pareja. Yo de aquí no me muevo, para lo bueno y para lo malo , afirma, aun teniendo a sus espaldas un edificio destrozado por un cohete lanzado desde Gaza. No es habitual que el fuego real llegue tan cerca de Tel Aviv y de Jerusalén.

¿Miedo? Si nos atacaran Egipto o Jordania, que disponen de mejor inteligencia, me preocuparía más , comenta, no se sabe si bromeando. Pero que tengamos mayor potencia militar no nos convierte en inmortales , se queja. Además, esa potencia no sale gratis. Parar un misil cuesta unos 30.000 dólares . Al dineral enorme que Israel destina a Defensa atribuye David la creciente desigualdad social. Su inquietud social encajaría con una ideología de izquierdas, pero en lo que se refiere a la seguridad de Israel no transige con el discurso progresista. No quiero tener amigos en Gaza, no me interesa . Y matiza. Con los árabes que viven en Israel no tenemos ningún problema , otra cosa es la población palestina que no tiene otra determinación que matar judíos .

Digol Hodali

Origen. nací en belén, pero viví y me casé en valencia. Tengo nacionalidad española. Edad. 61 años. Profesión. médico. Religión. católica.

Razón para vivir en Belén. «Volver a mis orígenes»

Digol es un optimista nato hasta el punto, dice, de haber hecho construir la primera piscina pública de Palestina en 1981 . Aunque más orgulloso está de haber enamorado a su esposa, María Teresa, valenciana, y de haberla convencido de irse a vivir con él a Oriente Medio hace cuarenta años. Nunca le agradeceré lo bastante haber sido tan valiente, tan generosa .

Digol, católico, nació en Belén pero estudió Medicina en Valencia, donde se casó. Ahora es el patriarca de cuatro hijos y doce nietos palestinos con pasaporte español. Está jubilado tras ejercer toda su vida la medicina general. Él y su mujer pasan medio año en Belén y el otro medio en Valencia. La situación actual les preocupa, pero mucho menos que lo que vivieron durante la primera y la segunda Intifada. Es muy crítico con el actual Gobierno israelí. Ese maldito Netanyahu lo quiere bloquear todo. No se da cuenta de que, si no reconoce a los palestinos su derecho a un Estado, los judíos tampoco podrán vivir bien nunca. ¿No se da cuenta de que estamos todos en el mismo barco, en la misma tierratrong> se desespera.

Levantar un muro entre ellos y nosotros es una estupidez. Si viene un virus, una epidemia, ¡atacará a los dos por igual! . Él se considera un hombre de paz. Cuando paso con mi nieto frente a un soldado judío, siempre le hago pararse y saludar . No ha dudado en confabularse con israelíes del otro lado para poner vacunas, consiguiendo a veces que lo personal supla las carencias de lo oficial. Lo que más le duele es tener que pedir permiso para visitar a su hija en Jerusalén. Esto me hace sufrir mucho, sobre todo por los nietos .

Yael Macías

Origen. Madrid. Edad. 19 años. Profesión. estudiante de empresariales. Religiones. judía y sionista.

Razones para vivir en Tel Aviv. «Soy sionista y estoy muy a gusto aquí»

Es judía y sionista sin fisuras. Fue muchas veces de vacaciones a Israel hasta que se decidió a establecer un contacto más permanente. Estudia Ciencias Empresariales en la Universidad de Herzliya, al norte de Tel Aviv. Teóricamente es una zona segura, pero durante el último ataque Yael se encontraba en la estación de autobuses de Tel Aviv. Comenzaron a sonar las sirenas, que no lo hacían desde 1991. Sientes una gran angustia y no sabes cómo reaccionar , confiesa.

Pero insiste en que la mayor parte del tiempo se siente segura y muy a gusto . Dice que escuece mucho más la incomprensión de lo que realmente sucede, a su juicio. No hay como abrir la prensa española por las mañanas y leer lo que dicen que pasa en Israel para amargarse. Se desencadenan muchas tensiones con gente cercana a la que le cuentan que Israel está aniquilando a la población de Gaza, lo que sencillamente no es verdad , se lamenta.

Admite que a ella tampoco se le ocurre cuándo y cómo puede acabar todo esto. Pero yo, en cualquier caso, lo tengo claro. aquí me quedo . La tiene cautivada la calidad de su gente, dice. En estas situaciones, las personas se muestran mucho más cálidas, más solidarias; tienen una gran capacidad de acogida, de proteger no solo a sus familiares y amigos, sino a auténticos desconocidos. Aquí, nunca te sientes anónima; nunca eres solo una ciudadana más , relata. Reconoce que el 99 % de las personas con las que se relaciona en Israel son judías y que carece de amistades del otro lado . Admite que a veces fantasea con intentarlo, con hablar con jóvenes del otro lado. Pero ni es lo habitual ni es tan fácil .

Mateo Rouco

Origen. Santiago de Compostela. Edad. 23 años. Profesión. analista de capital riesgo. Religión. católica

Razones para vivir en Tel Aviv. «Curiosidad y la búsqueda de una oportunidad»

Llegó hace año y medio a la Universidad Ben Gurion como parte de un acuerdo con la Complutense. No es judío. La universidad está en Beerseba, mucho más cerca de Gaza de lo que están los estudiantes o turistas que no salen de Jerusalén y Tel Aviv, lo que le permitió conocer la realidad palestina. Allí empezó a hacer sus pinitos como periodista free lance, aunque, haciendo buena la leyenda de que Israel es el nuevo El Dorado, ahora es un flamante analista de capital riesgo en un fondo de inversiones en Tel Aviv, donde reside ahora.

No está mal con solo 23 años. Es todo un profesional a la hora de torear las alarmas antimisiles. Recuerda con tono jocoso que en la ofensiva de agosto de 2011 vivía en un sitio sin búnker y, cuando los cohetes atronaban, se encerraba en el armario. ¿Sus niveles de estrés? Admite que después de la última escalada se ha planteado muchas cosas . El miedo a ataques suicidas en Tel Aviv sí que me ha hecho pensar en cambiar de país; la tensión de vivir en Israel y de tener que estar atento siempre a este tipo de sucesos hace que la vida aquí agote más que en Europa. Imagino que un día sí que llegará el momento de marchar , comenta.

Decidió lanzarse a la aventura israelí por curiosidad, porque quería ver de cerca un conflicto político y humano del que todo el mundo habla pero pocos entienden, razona Mateo. Para empezar, le molesta la visión de Israel como un país por y para la guerra, sin más facetas y rechaza toda visión maniquea entre buenos y malos, entre verdugos y víctimas. Para él, todos los implicados han intercambiado en algún momento estos papeles.

Rosi Sánchez

Origen. La alcarria. Edad. 58 años. Profesión. profesora de español. Religión. católica.

Razón para vivir en Beit Sahour.. «Mi marido es palestino»

En 1981 llegó a Beit Sahour, una pequeña población palestina al este de Belén que jugó un rol destacado en la primera y la segunda Intifada. En Madrid había conocido al que sería su marido palestino y cristiano, que entonces era estudiante de Medicina y ahora, neurólogo. Tienen dos hijas ya casadas. Rosi no se arrepiente, pero no sé si lo volvería a hacer .

Hoy lleva una vida tranquila, cuida el bebé de una de sus hijas y da clases de español. Pero al principio fue todo muy difícil, incluso terrorífico . Es horrible tener que criar a tus niñas encerradas en casa, sin dejarlas salir, siempre entre tiros y problemas , recuerda. Además, su hogar era un imán de soldados y activistas, en parte por ser médico su esposo, en parte por la proverbial hospitalidad árabe. Me costaba mucho estar siempre con la casa llena de gente , confiesa.

También admite que ser mujer allí no fue fácil, y eso que se casó con un cristiano. La situación actual la deprime más de lo que la impresiona. Ya no va casi nunca a Ramallah ni a Jerusalén, porque para llegar tiene que soportar las mismas restricciones (y humillaciones) que cualquier palestino, aunque tenga pasaporte español. Antes iba a ver a judíos liberales. En el ámbito de lo interpersonal se forjan grandes amistades, es donde está la esperanza, pero son tantas las dificultades Ya solo me apetece sentarme a leer , concluye, triste.

Isolde Miriam Gonermann

Origen. Madrid. Edad. 53 años. Profesión. psiquiatra. Religión. judía.

Razones para vivir en Tel Aviv. «Por motivos económicos y por amor»

Llegó a Israel en abril de 2012. Se decidió a hacer la aliyah, el viaje de vuelta de la diáspora que está en la base del sionismo y de la Ley de Retorno de 1950, empujada en parte por su condición de judía, en parte por el hecho de haber iniciado una relación sentimental con un israelí y en parte porque veía que su futuro profesional en España era negro. Isolde es psiquiatra. Ha pasado por Boston y Nueva York, pero en Madrid no le hacían caso. Entonces lio el petate y se marchó a Israel.

Aún recién llegada y sin hablar el idioma le pusieron sin más la tarjeta sanitaria en la mano, recibió seis meses de ayuda económica y a continuación empezó a cobrar el subsidio de paro, que percibirá hasta que encuentre trabajo, sin necesidad de haber hecho nunca aportaciones al sistema. Y no solo eso, sino que recibí una llamada para informarme de que por el mero hecho de ser científica tenía derecho a una prestación más alta , se pasma. Esto no tiene nada que ver con España. Aquí, me siento apoyada, pero sobre todo me siento valorada, apreciada y útil , zanja. La otra cara de la moneda es el miedo. Pues sí , admite de plano. Nosotros no teníamos refugio. Nos debíamos poner en el rellano de las escaleras cada vez que sonaba la alarma , rememora. Se le quiebra la voz al acordarse de las caritas asustadas de los niños más pequeños bajando de la mano de sus padres .

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