Pasó de tocar en cabarés y puticlubs a reventar estadios de medio mundo. A sus 44 años, con más de 25 millones de discos vendidos, es el músico más universal del pop patrio actual. A unos días del arranque de su gira española, ‘XLSemanal’ lo visitó antes de su concierto en Nueva York. Tenía ganas de hablar, así que encendimos la grabadora.
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La grabadora lleva más de una hora encendida absorbiendo las palabras de Alejandro Sánchez Pizarro, a quien el mundo conoce como Alejandro Sanz y sus amigos como Chan, un viejo apodo que le puso su compadre Paco de Lucía en un frustrado día de fútbol.
La conversación, animada por una botella de vino italiano, ha transcurrido con fluidez, pese a incluir, entre otros, algunos temas desagradables que han salpicado su vida. Sanz no pierde la compostura, se ríe con facilidad y se toma las intromisiones en su biografía con naturalidad. Nada más apagar el aparato, de hecho, se relaja y anuncia. «Ahora, off the record, te voy a contar un chiste». Lo protagoniza un político y, de telón de fondo, la crisis. Las carcajadas resuenan en su habitación en un hotel vecino al Central Park neoyorquino, adonde ha ido a pasear su esposa, Raquel Perera, con dos de los tres hijos del cantante. Horas después, este madrileño de Moratalaz y alma gaditana se merendará a una audiencia plagada de agitadas adolescentes; muchas de ellas, dispuestas a grabar el concierto entero con la cámara de su móvil en el Radio City Music Hall, añejo escenario de la Gran Manzana. Ante su inminente gira española, XLSemanal viajó al encuentro del ídolo de masas. A sus 44 años, Sanz asegura él tiene todavía mucho que decir.
XLSemanal. ¿Aún le ponen sus canciones cuando entra a un restaurante?
Alejandro Sanz. No, no. Ni me lanzan lencería al escenario. Con bastante puntería, ¡ojo! [se ríe]. Hace ya de eso. Entraba a un sitio y ponían, sobre todo, Corazón partío. Me la cantaban en todas partes, era un poco agotador. Pero, oye, Dios me libre de quejarme que me cae un rayo encima. Las canciones, con el tiempo, son como el psicoanálisis. te muestran cosas de ti mismo, te recuerdan quién eras y por lo que estabas pasando.
XL. ¿Asocia etapas de su vida a cada uno de sus discos?
A.S. Sí, sí. Es fascinante porque como decía Picasso. «El tiempo también pinta». Sería el equivalente a los colores de los pintores. la etapa azul, la negra, la del agujero [se ríe].
XL. ¿Quiere decir ‘la de los excesos’?
A.S. Bueno, yo soy Alejandro Sanz, no san Alejandro, aunque algunos piensen que mi vida ha sido modélica. Fue una fase en la que pasaron muchas cosas. Tú eres de Bilbao, del bocho, ¿no? Seguro que sabes a qué tipo de cosas me refiero [se ríe]. Tuve mis días de quemar antros y demás. En España, a los veintitantos, ¿qué vas a hacer? Al menos puedo contarlo. La vida del músico tiene mucho de desgaste y componer es, a veces, destructivo.
XL. ¿Me va a decir aquello de que el artista sufre para crear?
A.S. No todo el tiempo, pero sí es bueno bajar un poquito a los infiernos. No puedes componer canciones que emocionen jugando al golf. ¡O sea, no! La florecita está muy bien, pero debes mostrar también la raíz, eso tan feo y sucio que está bajo tierra. De ahí sale la savia del arte.
XL. ¿De qué color ve la fase de «Los chulos son pa cuidarlos», el disco techno-flamenco que grabó como Alejandro Magno?
A.S. De todos los colores. Tenía 20 años e iba con gente como Fabio MacNamara, Miguélez, el Capi, gente loca de la Movida. Me dijeron. Vamos a grabarte un disco . Y, claro, de cabeza.
XL. En la carátula llevaba torera, vaqueros hasta el ombligo, camiseta de smiley ¿Quién lo asesoraba?
A.S. Sí, bueno, el look Cutrelux era como para matarme [se ríe], pero me lo pasaba en grande y había que tener agallas para andar así, ¡ojo! Me vino bien aquello. No conocía homosexuales y, de pronto, estaba rodeado. Miguélez y el Capi me ponían a hacer maquetas contra la pared para mirarme , ya sabes. ¡Qué tíos! Eran madre, hermanos y amigos; todo a la vez. Aunque no seguí por ese camino, nunca he renegado de nada. Aunque ese no fue un disco de Alejandro Sanz. Es mío, claro, pero es otra cosa.
XL. De no ser por sus padres, ¿se habría dedicado a esto?
A.S. No. En mi familia, las reuniones siempre eran alrededor de una guitarra. Mi padre me lanzó al ruedo, me consiguió mis primeros bolos. Y mi madre, bueno, fue la que puso el toque mágico de azar.
XL. ¿A qué se refiere?
A.S. Con siete años me iba a apuntar a kárate, pero llegamos y la academia estaba cerrada. Al lado había una de guitarra y me apuntó a esa [se ríe]. Siempre me decía. Practica, hijo, practica . Y nunca iba a verme. Si te sale un gallito, me muero de vergüenza . A los primeros conciertos que fue ya venían 60.000 personas. Todos cantaban y ella quería hacerlos callar. ¡Que no me oía, oye!
XL. Perdió usted a los dos siendo muy joven
A.S. Sí Los huérfanos tenemos una cara muy particular. Cuando pierdes a tu padre y a tu madre, se te pone otra cara. Por eso, ahora quiero pasar más tiempo en España. Estar con mi familia me llama mucho. mi hermano, mis primos; somos muy familieros todos.
XL. ¿Lo de vivir de la música fue un clic en su cabeza o una obsesión que venía de lejos?
A.S. No tengo clics. En mi vida, todo es progresión. Yo le decía a mi madre. Mamá, quiero hacer esto . Me respondía que era una utopía, pero como dijo un poeta. La utopía es una línea en el horizonte y, según te acercas, se aleja. Pero para eso está la utopía, para caminar . En esta profesión somos unos pocos privilegiados; le pasa a uno entre un millón. Yo le decía a mi madre que ese uno era yo, pero, claro, por qué iba a creerme.
XL. ¿Cuándo empezó a componer?
A.S. Con 11 años. Tocaba estos temas de cuando empiezas. Roanónimo, Stairway to heaven, de Led Zeppelin Los repetía sin parar, pero el cuerpo me pedía algo más.
XL. ¿Ya escribía baladas románticas?
A.S. Era muy tímido y lo primero que hice no tenía letra. Me inspiraba en una vecina que me tenía fascinado. Era un chavalín, pero me parecía una mujer maravillosa. Siempre ha habido alguna que otra vecina de por medio [se ríe].
XL. Lleva con las canciones de amor toda su vida. ¿Con tanta frecuencia le parten el corazón?
A.S. Hombre, el corazón ha tenido trajín, sí, pero el amor es un sentimiento tan universal que puedes hablar sobre él en cualquier momento, estés o no enamorado. De todos modos es tan etéreo, cercano y misterioso que, más que del amor, hablo de las manos, de las cosas que se te escurren constantemente entre los dedos.
XL. Y, casado, ¿escribir del amor es igual? ¿La estabilidad emocional afecta a eso?
A.S. No, nunca me ha pasado. Pero es que, para mí, casarme ha sido un acto de rebeldía. Te lo juro. Me pasé la vida diciendo que nunca me casaría y un día me dije. Y, ahora, ¿qué hago para ser diferente? [se ríe].
XL. Lo de unirse por el rito balinés diferente sí que es
A.S. No, no, lo punki para mí fue casarme por la Iglesia, como Dios manda, vamos.
XL. La suya fue una boda sorpresa. A sus cien invitados les dijo que iban al bautizo de su hijo Dylan
A.S. Sí, Raquel lo organizó todo
XL. Si Dylan hubiera sido mayor, se habría pillado un buen rebote, ¿no?
A.S. Pobrecillo. Sí, sí, lo hacemos en su comunión y nos mata. No quisiera yo robarle protagonismo.
XL. ¿Cómo se concilia una familia con hijos de tres madres?
A.S. Con paciencia, amor y ganas de que funcione para todos, de mantener un equilibrio. Una vez, me preguntaron. ¿Qué hace usted por los demás? . Pues no jodo mucho, que no es poco. Si todo el mundo jodiera poco, esto sería un paraíso.
XL. ¿Ve a todos sus hijos a menudo?
A.S. Sí, sí, a los tres. Dos de ellos están aquí conmigo, pero se juntan todos con frecuencia y se quieren mucho.
XL. Siempre ha mostrado mucho celo en proteger su vida privada. ¿Cuáles son sus líneas rojas?
A.S. Da igual, son líneas que los medios cruzan igualmente. Ya no tanto, pero hubo unos años que era insoportable; auténtico acoso y derribo. Me han afectado mucho ciertas cosas.
XL. Lo de aquella periodista que lo invitó a salir del armario
A.S. Por ejemplo. Cuando leí el artículo, me quedé a cuadros. Me dio un shock. ¡Perdón! . No conocía de nada a esa mujer y, de pronto, me hablaba como si fuera yo que sé qué. Se pasó tres pueblos. A veces, a la gente que escribe demasiado en los medios se le va la pluma. Y no es un chiste. Nunca entendí qué quería ni de dónde surgía esa rabia. Fue como si me lapidaran, muy desagradable. Proteger mi intimidad, en todo caso, no significa que tenga nada que esconder.
XL. ¿Cuántas veces le han ofrecido dar exclusivas?
A.S. Unas cuantas, pero si lo hubiera hecho me habría vendido para siempre. Nunca he comerciado con mi vida privada y quiero proteger a mi familia de todo eso.
XL. De hecho, demandó a dos empleados suyos por chantajearlo con hacer público que tenía un hijo secreto
A.S. Claro, seguro que tú habrías hecho lo mismo. Es que era eso o entrar en una auténtica pesadilla. Se dijo que no quise ir a declarar, pero fui cuando me llamó el fiscal y, de hecho, pasé cinco horas respondiendo a preguntas que no puedes ni imaginar. Cuando se vio que no había por dónde agarrarlo, tres horas antes de que el juez dictara sentencia, uno de los abogados, al que le gustaba salir en televisión, salió con que quería negociar. A la hora de la verdad se les vio el plumero.
XL. ¿A qué se refiere?
A.S. Detrás de todo había una agencia de noticias del corazón. Querían sacarle jugo al tema todo el tiempo posible. Hicieron cajita y ya está. Mira, tú dime algo malo, cualquier cosa, seguro que alguien lo ha dicho de mí [se ríe].
XL. A ver, aquello de que se fue a Miami para no pagar impuestos, por ejemplo
A.S. ¿Lo ves? Pues también, de eso nada. Nunca he sido residente en Miami, jamás, y menos para pagar impuestos. Soy residente en España. Es que se dicen muchas cosas.
XL. ¿Qué tienen en común Esther Cañadas, Paz Vega, Shakira, Alicia Keys, Eva Longoria y Maribel Verdú?
A.S. ¿Aparte de que todas han salido en alguno de mis vídeos? El talento, ¿no?
XL. ¿Cómo consigue que todas le digan que sí? Es que, además, siempre hay un poco de refrote
A.S. Pero es trabajo [se ríe]. Yo no les doy nada, no sé, por amistad suele ser o que les apetece. Maribel Verdú, por ejemplo, me dijo. ¡Quiero hacer un vídeo contigo! . Vimos la oportunidad y me encantó.
XL. Varios de sus vídeos son bastante sexuales. ¿Esto se piensa bien antes para poner ‘cachondas’ a las fans?
A.S. No, no [se ríe]. Y cada vez hay menos de eso en mis vídeos, no creas. Aunque recuerdo el de Cuando nadie me ve, que para la familia fue un problemilla. Yo mismo, al verlo montado, me dije. Hostia, igual nos hemos pasado . La gente se queda con las escenas picantes, pero tiene mucha poesía. En la industria se dice mucho. El sexo vende . Si tiene un contexto dentro de lo que haces me parece bien, pero el sexo por el sexo es otra cosa. Es pornografía.
XL. El 30 de abril se declaró el Día Alejandro Sanz en Los Ángeles. ¿Cómo lo consiguió? No habrá tenido que pagar
A.S. Nada, no sé cómo sucedió. Me tiene alucinado. Es un detalle enorme por parte de una ciudad donde hay tantas estrellas. Yo le pregunté a la concejala. ¿Ya soy como san Patricio, entonces? [se ríe]. Solo espero que lo celebren como se merece, que aumente la población ese día o algo así [se ríe]. Por cierto, que he descubierto que Más [1997], el de Corazón partío, se estudia en Berkeley como uno de los discos de pop en español más importantes de los noventa. Para que veas.
XL. Hablando de instituciones, ¿qué hizo para llevarse al huerto a Paco de Lucía?
A.S. Pues por sus hijas, fíjate. Conocía a la familia de él porque son de Algeciras, como mi padre. Nos juntábamos en la playa y cantábamos. Había cierta relación. Un día, me llama y me dice que a sus niñas les gusta mucho mi disco. Lo invité a tocar para el segundo álbum y me dijo que sí. Fue la leche, porque Paco de Lucía es el músico en quien me he fijado toda mi vida. Hoy es mi compadre y padrino de mi hijo Dylan, pero entonces era alguien inalcanzable. El tío grabó conmigo y declaró que se sentía más cerca de mí como músico que de mucha gente. Si tú me miras [1993] no fue de los más vendidos de mi carrera, pero mejoró mi prestigio como músico. Que igual no es mucho, pero bueno [se ríe].
XL. Sus primeros discos eran amables, pero un día sacó No es lo mismo [2003] y se posicionó contra Cuba, Irak, Aznar, el cotilleo, el Prestige, Chávez ¿Le dio como un furor?
A.S. Eso es, un furor [se ríe]. Todos los artistas tenemos un momento en que sentimos que hemos de salvar el mundo.
XL. En su caso fue esa época
A.S. Sí, pero por suerte para todos [se ríe] comprendí que el mundo no quiere ser salvado, menos aún por un artista, y que hay otras formas de aportar. Como apoyar a Médicos sin Fronteras contra el sida pediátrico en Zimbabue o ir al Ártico con Greenpeace a llamar la atención contra las petroleras y el calentamiento global. Es más efectivo que ponerse a piar, dar titulares y convertirte en parte de ese ruidillo inútil.
XL. Ahora que se ha muerto, hablar de Hugo Chávez con usted, que siempre fue bastante crítico con él, es obligado
A.S. En Venezuela, me temo, se nos murió el moderado. Echaremos de menos a Chávez. Hasta los antichavistas lo echarán de menos. Yo le di el pésame a la familia, que conste. Diferíamos en muchos temas, pero el tipo era muy inteligente. Me molestaba, sobre todo, que intentara hacernos creer que era algo que no era.
XL. Chávez lo controlaba todo
A.S. Y este no. Igual explota todo desde dentro. No sé. Es triste, porque es un país maravilloso y ahí están con esa crisis política, económica y social después de tantos años. Veo eso y pienso. Igual no lo hizo muy bien el hombre, ¿no? .
XL. Con la que se armó cuando cuestionó a Chávez, ¿llegó a pensar. Si me hubiera quedado calladito ?
A.S. No, no, me metí con Chávez porque pensé que, si todos callamos y solo escuchamos al que habla más alto, parece que solo hay una visión posible. Hay que tomarse las cosas sin acritud, como decía aquel jefe [se ríe]. Tenemos que convivir, oye, esto es lo que hay. Y es importante reírse.
XL. ¿Ha tocado alguna vez en Cuba?
A.S. Me invitaron al segundo concierto de Paz sin fronteras, pero no fui. Toqué en los de Colombia y Venezuela, pero cuando Juanes me habló de Cuba le dije. Pero, Juanes, vamos a ver, ¿cómo vamos a cantar por la paz en Cuba? Cantemos por la libertad o por la democracia, pero .
XL. ¿Qué supone vender 25 millones de discos?
A.S. Poder vivir de la música, aunque eso de vender tanto se acabó. Más vendió seis millones hace 16 años y este último, La música no se toca, con medio millón ya es un exitazo. Hace una década serían cuatro millones. Esta es la ecuación en tiempos de piratas. ¿Has visto a Kim Dotcom, el capo de Megaupload? Está forrado. Mansión, cochazos, jet ¿Y a este sujeto lo apoyan millones de personas? Hay gente que se echa unos ídolos [se ríe]. El mundo está muy confuso, tío.
XL. ¿A qué cree que se debe?
A.S. A que hoy va todo como un coche sin frenos. Tanta información, tan rápida Internet lo está cambiando todo, ya no se contrasta nada y se ha puesto un megáfono en manos de cualquier enajenado. Hay mucha gente que no está preparada para manejar un megáfono. Es más, muchos deberían nacer con un esparadrapo en la boca.
XL. Supongo que, con lo activo que es usted en Internet, en Twitter sobre todo, lo dice por experiencia
A.S. No sabes tú bien. Mira, mi tío Paco acaba de publicar un libro y el otro día fue a la radio a dar una entrevista. Puse un tuit. El tío Paco en la SER. ¡Olé tu arte! . Y uno me escribió. Desde la comodidad de Miami es muy fácil meterse con Franco. Yo te tenía por un buen músico . Y añadió una carita triste [se ríe]. Un delirio total, vamos.
XL. Creo que dijo algo sobre Mourinho en Twitter
A.S. ¡Uy, sí, la que se lio! Hay mucho mourinhista yihadista. Vamos, te crea más problemas que meterte con Zapatero o Rajoy [se ríe]. Yo soy madridista y dejar a Iker en el banquillo es una falta de respeto. Es un gran entrenador, pero esas peleas suyas no las entiendo.
XL. Y una última cuestión. ¿Cómo lo llaman sus amigos. Alejandro, Álex, Ale ?
A.S. Chan. Me lo puso Paco de Lucía hace años, un día que fuimos a jugar al fútbol con la gente de Ketama. Ellos juegan de maravilla y yo, fatal [se ríe], así que al primer balonazo me dije. ¡Anda ya! . Paco se vino conmigo a un bar que estaba enfrente del campo. Y ahí estábamos, de futbolistas los dos, tomando cañitas [se ríe], cuando se nos acerca uno todo pedo. [Pone acento andaluz] Vosotro soi eso do tipo. Alejandro Chan y Paco de Lucía, ¿no? [se ríe]. Y le dije. Sí, hemos venido a jugar un partidito . Y me salta. Pué pa echo es pa lo único que valéi [se ríe]. Y Paco empezó con lo de Chan.
Privadísimo
- Su padre, Jesús Sánchez, era músico y de Algeciras. Su madre, María Pizarro, de Alcalá de los Gazules.
- Su primer nombre artístico fue El Cané, bajo el que actuó en locales de Madrid tocando temas de Bordón 4, Triana, Romero San Juan o Alameda.
- Con apenas 32 años ya contaba con una biografía, Por derecho, del periodista Juan Carlos de Laiglesia.
- Isabel Coixet dirigió, en 1991, el vídeo de Pisando fuerte, su primer bombazo.Uno de los españoles más activos en Twitter: ronda los 9.300.000 seguidores y crece a razón de unos 70.000 por semana.
- Lleva dos meses reventando recintos en Perú, Uruguay, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Brasil y Estados Unidos. El próximo 29 de mayo, su gira La música no se toca llega a España.
De amores y madres
Marido y padre. Jaydy Michel, modelo mexicana, fue la primera en llevarlo al altar. O algo así, ya que la boda se celebró por el rito balinés. Se casaron en 1999, y en 2001 nació su hija Manuela. El divorcio llegó en 2005, año en que el cantante perdió a su padre.
La madre secreta. En 2006, Sanz reveló que tenía un hijo de tres años llamado Alexander Sánchez. Nació mientras estaba casado con Michel. Su madre, Valeria Rivera, una diseñadora de origen puertorriqueño, asegura que Sanz es un buen padre .
Del amor y la muerte. Raquel Perera es hoy su esposa. Trabajó para él por un tiempo y en julio de 2011 nació Dylan, el hijo de ambos en Nueva York. Se casaron en 2012 en Jarandilla de la Vera (Cáceres) La madre de Sanz había fallecido un mes antes.