Llegó a estar obsesionada con Lady Di. Quería interpretarla a la perfección. El resultado es ‘Diana’, la película que narra la verdadera historia de amor de la ex princesa de Gales
Hablemos claro. Naomi Watts no se parece a Diana. Eso es evidente. Y resulta aún más palmario cuando la pequeña actriz entra por la puerta de un sencillo café frente a su casa en Nueva York. Watts llega a nuestro encuentro vestida con el uniforme oficial de las famosas que no quieren deslumbrar. vaqueros, camiseta de rayas, sombrero Panamá y bolso de Louis Vuitton. La propia Watts tiene claro que no se parece a la fallecida princesa de Gales y no trata de esconderlo. «No, no me parezco en nada Ni en los ojos, ni en la nariz ni en el pelo Bueno, es verdad que tengo los ojos azules, pero tienen distinta forma».
Watts está acostumbrada a interpretar papeles de alto riesgo o, como mínimo, polémicos. la superviviente del tsunami en Lo imposible o la mujer que se acuesta con el hijo de su mejor amigo en Adore, su siguiente proyecto. Pero su decisión de encarnar a Lady Di, una de las mujeres más célebres de los últimos tiempos, reviviendo los dos últimos años de su existencia y su historia de amor con el cardiólogo musulmán Hasnat Khan, da la impresión de ser particularmente arriesgada.
XLSemanal. ¿De verdad quiere que la comparen con una leyenda? Cuando se hizo público el elenco de la película, muchos pusieron el grito en el cielo y aventuraron que su decisión de interpretar a Diana iba a ser su suicidio profesional.
Naomi Watts. Sí. Eso mismo es lo que yo pensé, créame, cuando me lo propusieron. Por esa razón rechacé el papel dos veces. Me costó negarme, y una vez que hube dicho que no tampoco terminaba de sentirme en paz conmigo misma. En ocasiones dices que no a algo y luego te sientes liberada, tranquila, pero este no fue el caso. Había algo muy intrigante en la vida de esta mujer. Algo extraordinario. Me atraía. Siempre llevó una vida privilegiada, pero de pronto pasó a vivir en un mundo que nada tenía de normal. Creo que nadie termina de asimilar la fama cuando alcanza semejante magnitud. No es una visión muy optimista de las cosas, pero es lo que pienso. También creo que interpretar a un personaje de la vida real tiene su atractivo, es especial. A la gente, al público, le atrae. Para los actores es muy interesante.
XL. La interpretación de una figura muy conocida por el público tiene sus propios retos. El actor debe reflejar perfectamente todos los detalles, los rasgos personales, proyectar la esencia del individuo por todos los poros ¿Usted hizo los deberes?
N.W. Sí. Leí todos los libros sobre ella. el de Kate Snell, el de Andrew Morton, el de Burrell Los autores se contradicen al abordar su figura, pero todos hacen referencia a aspectos comunes, consistentes y prolongados. Una vez que lo absorbí todo, vi que la información era tanta que me dije que había llegado el momento de seguir adelante yo sola y fiarme de mi instinto. Además, el guion estaba basado en una investigación muy sólida.
XL. ¿En qué sentido?
N.W. Los guionistas se mostraron considerados y delicados con la historia, incluso demasiado, diría yo. Hay momentos un tanto escabrosos que parecen corresponderse con la realidad en los que nunca terminamos de entrar. Y, bueno, casi todos los días escuchaba en el móvil la famosa entrevista de Martin Bashir [en la que Diana habla en la BBC de las infidelidades de su matrimonio]. La escuché decenas, cientos de veces. Porque me decía que todo el mundo iba a pensar lo mismo. Naomi Watts no se parece en nada a ella ni habla como ella. Ni siquiera es verdaderamente inglesa . Aunque el hecho es que lo soy.
XL. Usted nació en Inglaterra, país en el que estuvo viviendo hasta los 14 años. A día de hoy sigue teniendo un solo pasaporte. el británico. Y en lo referente al físico una peluca y una prótesis en la nariz ayudan a difuminar las principales diferencias. Usted, además, sabe lo que es vivir bajo el acoso de los fotógrafos de prensa.
N.W. Sí, pero nunca jamás me he sentido tan acosada como Diana.
XL. Pero los paparazis muchas veces están en esta calle, montando guardia frente a la casa que comparte con su compañero, Liev Schreiber, y sus dos hijos.
N.W. Sí, pero resulta mucho más fácil manejarse con los fotógrafos en Nueva York. Aquí impera cierta mentalidad al viejo estilo, y los fotógrafos se contentan con quedarse en la acera de enfrente y tomar las fotos con sus teleobjetivos. Si salgo a dar una vuelta en bicicleta con mis hijos, les pido, por favor, que no me sigan, que me pondrían nerviosa y podría poner en peligro a mis niños. A cambio, les ofrezco sonreír a la cámara. Y la mayoría de las veces responden de forma bastante considerada.
XL. ¿Es posible que tales paralelismos madre de dos hijos, famosa mundialmente, perseguida por los paparazis le hayan llevado a pensar alguna vez qué sería de sus dos pequeños si algo terrible le sucediera?
N.W. Bueno, la idea es horrorosa. Por supuesto que a veces me lo he planteado, pero prefiero no pensar en ello porque resulta demasiado espeluznante.
XL. Como hubiera dicho la propia Diana. lo que de verdad importa son los niños
N.W. Sí, claro. Haciendo abstracción de las comparaciones inevitables, mis dudas iniciales sobre todo tenían que ver con lo que los príncipes, sus hijos, pudieran sentir al ver la película. De hecho, en Londres hace poco se dio un momento muy extraño Coincidí con el príncipe Guillermo en un restaurante y me puse nerviosísima; tenía miedo de mirarlo a los ojos y detectar un posible disgusto por su parte, de forma que me esforcé en no mirarlo directamente. Está claro que me importan muos de los dos. Yo soy madre de dos hijos. Pero la historia de Diana tenía que ser contada más tarde o más temprano, y seguramente se trata de una historia más amable de lo que la gente piensa. No creo que los príncipes vayan a sentirse molestos, y lo digo con sinceridad. No es una película de ese tipo, no busca la polémica, aunque el simple hecho de su realización pueda despertar suspicacias.
XL. El filme ha tenido diferente eco según el país donde se estrena. ¿Le inquieta la aceptación o no de la cinta?
N.W. Espero que el público la reciba del mejor modo posible. No es una película para todo el mundo. Diría que ninguno de mis filmes son para todo la gente. Estamos hablando de una historia de amor en la que interpreto a Diana en un momento muy preciso de su vida, durante sus últimos años de existencia. Eso es todo. Luego hay cosas que una no puede controlar.
El doctor Khan, ¿El verdadero amor de su vida?
-Diana y Hasnat Khan, un reputado especialista en cirugía cardiovascular, se conocieron en un hospital. Fue un encuentro casual. Él había intervenido al marido de una amiga de Lady Di. Según los que estuvieron ese día en el hospital, fue un amor a primera vista.
-El entorno íntimo de Diana afirma que Khan fue el verdadero amor de la princesa. Su relación duró dos años, 1996 y 1997. Ella lo llamaba Mister Wonderful.
-Khan proviene de una familia de clase media de Pakistán de la etnia pastún; es musulmán. Jemima Khan, amiga de Diana y exmujer de Imran Khan estrella de críquet y hoy político pakistaní (y primo del médico), confirmó la relación. Diana estaba locamente enamorada de Hasnat. Quería casarse, aunque eso implicase irse a vivir a Pakistán .
-Khan nunca ha dado detalles de su relación, pero tampoco la ha negado. Al contrario, ha confesado que fueron inseparables y que le costó mucho superar su muerte.
-Casi diez años después del fallecimiento de Diana, Khan se casó con Hadia Sher Ali, una médica de 28 años descendiente de la realeza afgana. Él tenía 48 años.
-El doctor aún vive en Londres y ha visto la película, pero no le ha gustado. Dice que no refleja cómo fue su relación. Pero sobre todo le ofende que se diga que su familia se opuso por razones religiosas. Fueron sus diferentes estilos de vida y el acoso de los paparazis lo que asustó a Khan.
-Diana se resistió a la ruptura. Cuentan que ‘acosó’ a Khan con decenas de llamadas, incluso al hospital, para que volviesen.
-La relación de Diana con Dodi al Fayed, según esta versión, sería solo una forma de ‘provocarlo’, de hacerle ver que no le importaban las críticas por el color o la religión de su pareja. O de darle celos. Lo de Dodi fue solo un affaire aquel verano de 1997, aunque le costó la vida.
Lady di, vista por Lady Watts
-Una infancia triste. Me impresionó conocer la infancia de Diana. Hay mucha tristeza en ella. Sus padres se divorciaron y se tuvo que separar de su madre. Eso la hizo frágil. Cuando su matrimonio se rompió, aquellos miedos volvieron. Siempre he empatizado con ella .
-Tenía un cuerpo fantástico. No estoy tan interesada en la moda como lo estuvo Diana. Ella tenía un cuerpo fantástico e hizo algunas arriesgadas apuestas de moda sin dejar de ser clásica. El único vestido de la película que fue realmente suyo es el minivestido azul de Jacques Azagury (arriba). Me llamó la atención lo corto que lo llevaba, porque ella era más alta que yo .
-Su sentido del humor. Lo que más me sorprendió de su personalidad es su sentido del humor. Toda la gente que la conoció me dijo que tenía un malicioso sentido del humor. Y también un carácter algo rebelde, lo que siempre es interesante .
-El día de su muerte. Yo estaba en un restaurante con un grupo de amigos cuando nos dijeron que había habido un accidente de tráfico en París y que Diana había muerto. Fuimos a casa y vimos las noticias. Recuerdo que me quedé impresionada y realmente triste .
PRIVADÍSIMO
- Nació en el Reino Unido, pero se trasladó a Australia con 12 años. Por eso se une su nombre al de Nicole Kidman. Se conocieron de adolescentes en un casting de publicidad.
- Su padre era el road manager de Pink Floyd. Murió de una aparente sobredosis de heroína cuando Naomi solo tenía siete años.
- Mantuvo una relación de dos años con Heath Ledger, hasta 2004. Al año siguiente empezó su relación con el actor Liev Schreiber, su actual pareja.
- Fue ella la que dio el primer paso en la relación con Schreiber. Coincidieron en un acto público y, cuando él se iba, ella le ofreció su número de teléfono. Él no tardó ni dos minutos en llamarla.