Lo que quedó del verano

Miles de salvavidas usados por los refugiados sirios para llegar a Europa se apilan en las islas griegas.

La isla griega de Lesbos recibe cada verano a miles de turistas que disfrutan de sus playas. Este año ha sido distinto. El verano de 2015 llegaron a sus costas miles de sirios que huían de la guerra. Lo hicieron y lo siguen haciendo en barcos y botes sobrecargados y con motores deficientes que han hecho que miles de ellos perezcan en el mar.

Los restos de esta enorme migración un total de 464.876 refugiados han cruzado durante los ocho primeros meses del año el mar Mediterráneo, según la ONU se apilan ahora en lugares como el de la imagen en la isla de Lesbos. Salvavidas, y flotadores, miles de piezas de plástico convertidas en involuntario monumento a un éxodo terrible que el invierno reducirá en cantidad, pero al que hará, si cabe, aún más dramático. L. G.

 

 

 

 

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