Este joven sirio se define como un periodista-ciudadano. Cuenta al mundo cómo los yihadistas imponen el terror en su ciudad. Raqqa. Licenciado en Biología, ha logrado salvar su vida huyendo a Berlín. Pero en Siria muchos compañeros siguen plantándole cara a ISIS con las redes sociales y una página web. Por Damien Whitworth

Este chico es tal incordio para el Estado Islámico que los yihadistas y sus seguidores lo bombardean continuamente con amenazas de muerte.

Abdel-Aziz al-Hamza es el cofundador de Raqqa Is Being Slaughtered Silently (RBSS, siglas de ‘Raqqa está siendo masacrada en silencio’). Se trata de un grupo de periodistas voluntarios que opera en la clandestinidad y cuenta cómo es la vida en la autodenominada capital de Estado Islámico en Siria. Informan de todo, ya sea ejecuciones, crucifixiones o las largas colas para comprar alimentos. Hace poco dejaron al descubierto nuevos niveles de locura y barbarie al publicar la historia de Ali Saqr, un yihadista que mató a tiros a su propia madre porque estaba convencido de que era una apóstata.

ISIS no tardó en responder. Colgó un vídeo propagandístico en Internet en el que se veía cómo asesinaban a cinco espías británicos a balazos; dos de ellos confesaron antes de morir que trabajaban con Hamoud al-Mousa, otro de los fundadores de RBSS. Según Hamza, los cinco asesinados no tenían nada que ver con RBSS, pero ISIS está furioso por la efectividad de estos valientes periodistas-ciudadanos y aprovechan cualquier oportunidad para dejar claro que ejecutarán a quienes los apoyen. De hecho, varios de sus colaboradores sí han sido asesinados, y el miedo a una ejecución atroz ha empujado a Hamza, de 24 años, a escapar de Raqqa primero, y de Turquía después, hasta llegar a Berlín. Sentados en un hotel en el centro de la capital alemana, le pregunto si teme que el brazo ejecutor de ISIS pueda llegar hasta aquí. Sí, responde con naturalidad. Dicen que voy a ser el próximo. Que pronto me van a matar. Que van a cortarme la cabeza .

Hamza habla inglés con dificultad – lo aprendí en la calle -, bebe un vodka a sorbitos, se mesa la barba y se muestra flemático ante la posibilidad de la muerte. Para nosotros, los sirios, es algo normal. Perder la vida no es ni tan extraño ni tan importante. No hablo por mí, sino por todos nosotros. Tras haber perdido a tantos amigos y familiares, sabemos que todo es posible. Dije a mis compañeros que, si algo me sucedía, siguieran luchando. Y ellos me dijeron otro tanto. Solo vamos a dejarlo si nos matan a todos o si volvemos a nuestros hogares. ISIS y nosotros estamos en guerra .

Tuvo que huir con lo puesto ante las amenazas.

Antes de la guerra civil en Siria, pocos habían oído hablar de Raqqa, ciudad de unos 220.000 habitantes al norte del país. La población era predominantemente suní, pero tenía algunas mezquitas chiíes y una minoría cristiana.

Cuando se inició el levantamiento contra el régimen del presidente Assad, Hamza -este licenciado en Biología por la Universidad de Raqqa que hasta entonces nunca se había metido en política- se implicó en la rebelión. El régimen no permitía la entrada de los medios de comunicación, así que nos convertimos en ciudadanos-periodistas .

Hamza y sus compañeros informaron sobre los ataques y bombardeos del régimen de Assad. Más tarde, cuando el Ejército de Siria Libre se enfrentó por el control de la ciudad con el emergente grupo de ISIS, pasaron a hablar de los secuestros y ejecuciones llevados a cabo por este grupo nuevo y despiadado. ISIS terminó por conquistar Raqqa hace dos años; a esas alturas, los yihadistas sabían lo bastante sobre el trabajo de Hamza como para situarlo en su punto de mira.

Se presentaron en mi casa. Por suerte no estaba allí. Tuve que escapar de la ciudad . Corría enero de 2014. Un amigo que se le parece físicamente le entregó su documento de identidad; se marchó sin decir adiós a sus familiares o amigos. No pude llevarme el ordenador ni ninguna otra cosa. No llevaba más que la ropa puesta y el teléfono móvil .

Se escabulló por la frontera con Turquía. Una vez allí se reunió con varios amigos que también habían escapado. Decidieron crear RBSS valiéndose de las redes sociales para transmitir las noticias que otros amigos en Raqqa les daban sobre las actividades de ISIS. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos no sabían lo que estaba pasando. Quisimos explicárselo al mundo entero para ver si alguien podía hacer algo para cambiar las cosas .

RBSS recopiló fotos, vídeos y testimonios de primera mano procedentes de sus contactos en la ciudad. El grupo se convirtió en una fuente primordial para los medios internacionales a medida que iban surgiendo historias sobre decapitaciones, crucifixiones y mujeres transformadas en esclavas sexuales. Recurrieron a Twitter y a Facebook para escribir sobre el cierre de las escuelas y la apertura de centros educativos de ISIS en las mezquitas, y colgaron fotos de las largas colas para comprar alimentos.

No puede hablar de su familia por seguridad.

Las amenazas contra Hamza se incrementaron. Así que decidió poner aún más tierra de por medio. Con la ayuda de un contrabandista y un pasaporte húngaro falso, Hamza se embarcó rumbo a Grecia, desde donde voló a un lugar en Francia; una vez allí convenció a un taxista para que lo llevara a Berlín. Unos familiares que vivían en el exterior de Siria lo ayudaron a costear los 13.000 euros que le costó todo el periplo.

Una vez en Alemania, los funcionarios pensaron que sus afirmaciones de que corría peligro de muerte por su condición de periodista voluntario eran una basura que me había inventado . Pero finalmente le concedieron asilo, y ahora tiene garantizada la estancia por tres años. Mientras coordina la campaña de RBSS, necesita encontrar un empleo. No tiene pareja y vive solo en Berlín. Tiene familiares en Europa, pero no puede hablar sobre ellos por seguridad.

Las amenazas no han hecho más que empeorar desde que RBSS ha logrado mayor visibilidad y un premio concedido por periodistas de Nueva York. La verdad, me da igual que me amenacen. A mí me da lo mismo. Nuestros compañeros de Raqqa están jugándose la vida, mientras yo estoy aquí, en Europa .

Las informaciones procedentes de Raqqa indican que ISIS ha puesto precio a la cabeza de Hamza... y a las de sus colaboradores. Han prometido recompensar a quienes nos maten. No sabemos cuánto les han prometido, pero seguro que es una suma coable .ISIS ya ha asesinado a tres miembros de RBSS. Dos de ellos fueron capturados en Siria; el otro, Ibrahim Abdul Qader, fue decapitado al otro lado de la frontera turca en octubre del año pasado. Un cineasta y simpatizante del grupo, Naji Jerf, fue asesinado en Turquía en diciembre. ISIS también ha ido a por sus familiares. el verano pasado mató al padre de uno de los fundadores.

Hay otros colaboradores de RBSS que viven en Europa de forma anónima, pero Hamza renunció a hacer lo mismo. Está convencido de que la organización necesita contar con un rostro público. Soy el portavoz. Si me mantuviera en el anonimato, nos acusarían de estar a sueldo de los servicios de inteligencia o del Gobierno sirio .

Hamza asegura que RBSS tiene 70 informantes en Raqqa. Han atrapado a varios, pero hemos seguido adelante . Sin embargo, la logística para sacar las noticias al exterior se ha vuelto más complicada. Han dejado la ciudad sin conexión a Internet. Tan solo quedan cuatro cibercafés, todos ellos propiedad de ISIS. Pero siempre encontramos medios de sacar información. Lo más difícil de sacar son los vídeos, pero nos las arreglamos. No podemos decirle cómo. Y bueno los de ISIS se vuelven locos .

El mayor peligro está en los niños

La idea de unos gerifaltes de ISIS cabreados porque las noticias siguen filtrándose le resulta reconfortante, y Hamza se permite esbozar una levísima sonrisa. Pero en general se expresa con calma y sobriedad. Este joven define la ciudad de Raqqa como una cárcel. De acuerdo con sus cálculos, en la región siguen viviendo cerca de un millón de personas, y su vida se vuelve cada día más difícil si no se unen a ISIS. En cambio, el varón que abraza su causa recibe dinero, un coche, una casa, una mujer lo que quiera. «Vivir bajo el control de ISIS sin unirse a ellos es una forma de resistencia. Si alguien critica a ISIS, es ejecutado». Tras comprender que no van a poder convertir a todos los adultos, los líderes de ISIS han pasado a centrarse en los niños. La mayoría de los pequeños hace vida en la calle, ya que no hay escuelas a las que asistir. ISIS empezó a hacerles regalitos para ganárselos. un dólar o un teléfono móvil de vez en cuando.

Además de trabajar en las redes sociales, los colaboradores de RBSS en la ciudad distribuyen una revista cuya cubierta es idéntica a la de una publicación de los yihadistas, pero cuyas páginas contienen material subversivo, incluyendo historietas destinadas a atraer la atención de los niños. Es un pequeño paso, pero a Hamza le preocupa que -a pesar de todos estos esfuerzos- la ideología del fanatismo esté siendo implantada en las mentes de la próxima generación.

También le angustia el hecho de que los habitantes de Raqqa se sientan tan desesperados que algunos estén decidiendo que la única forma de sobrevivir sea integrándose en ISIS. Tengo un buen amigo, un médico Sé que odia a los de ISIS, pero otro amigo me dijo que se había unido a los yihadistas. Lo llamé y me explicó. ‘Es verdad que me he unido a ellos. Tengo hijos a los que dar de comer. Y no iban a dejarme trabajar hasta que me hiciera de ISIS’.

Su verdadero enemigo es el régimen de Assad

RBSS se ha hecho famosa por informar sobre ISIS, pero Hamza asegura que los yihadistas no son su principal objetivo. Nuestro enemigo número uno es el régimen de Assad, que ha matado a 100 personas por cada una asesinada por ISIS. Gran Bretaña, Estados Unidos y sus aliados occidentales se han olvidado de Assad y se han centrado en ISIS. Pero ISIS apareció por culpa del régimen de Assad.

Cuando empezamos a operar, sencillamente pedíamos libertad. Luego pedimos un cambio de régimen, y los países occidentales prometieron ayudarnos, pero sus promesas fueron papel mojado. Si al principio nos hubieran ayudado, ahora no tendríamos que vérnoslas con ISIS.

¿Cree que algún día va a volver a su hogar en Raqqa? «Yo soy muy optimista. Creo que las cosas van a cambiar, que nuestra labor va a ayudar, que va a facilitar que la situación cambie. Luego mira el móvil y duda. Espero volver, pero no estoy seguro. No sabemos si vamos a seguir con vida para volver. Antes de la guerra, si alguien joven moría, todos nos sentíamos muy tristes y nos seguíamos acordando de esa persona durante años. Pero ahora es tan normal perder a familiares y amigos que, si te matan por la mañana, por la noche ya te han olvidado».

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