Fotógrafos sirios denuncian la tragedia de su paÃs
1 La tristeza infinita · «Una mujer kurda llora en el funeral de su hermano. Lo mató un suicida del Estado Islámico. Estuve allà más de media hora mirando aquel rostro. TenÃa una tristeza que no habÃa visto antes. Sucedió en Qamishli, una ciudad de mayorÃa kurda». Delil Souleiman (Agencia: AFP/Getty Images)
2 "Solo somos números" · «Este hombre, Abu Adel, trabajaba en el mercado de Alepo. Le acababa de alcanzar una bomba. El hombre está casado y tiene cuatro hijas. Vende fruta para ganarse la vida. En ese momento estaba conmocionado. HabÃa escapado de la muerte. A nadie parece interesarle la gente, solo somos números. Abu ha vuelto a vender vegetales en el barrio. A pesar de todo, la vida sigue. Por eso, me gusta esta foto». Baraa Al-Halabi (AFP/Getty Images)
3 "Me puse a llorar con el chico" · «Tomé esta foto después de que las fuerzas del Gobierno bombardearan un hospital de Alepo. El chico de la imagen habÃa perdido a su madre y a su hermano pequeño en el ataque. Su padre habÃa muerto dos meses antes. El cadáver de la madre del chico no podÃa ser identificado. No quedaban restos suficientes. La reconoció cuando le mostraron unas joyas que ella llevaba puestas. Entonces colapsó. Gritaba: ‘¡No tengo a nadie más que a Dios para que cuide de mÃ! ¿Dónde iré? ¿Cómo voy a vivir?’. No pude fotografiar más. Me puse a llorar con él. Yo también habÃa perdido a mi madre. Pero, al menos, yo tenÃa 22 años». Karam Al-Masri (Agencia: AFP/Getty Images)
4 "¿Puede oirnos alguien?" · «TodavÃa puedo oÃr los gritos en mi cabeza. El barrio de Sukkari estaba siendo atacado. De una nube de polvo surgió un niño corriendo y disparé mi cámara. Ser periodista en Alepo, la ciudad más peligrosa del mundo, es difÃcil. Arriesgamos nuestra vida para que el mundo vea lo que el régimen de Asad está haciendo. Pero es como gritar desde un pozo tan profundo que nadie puede oÃrte. ¡¿Puede oÃrnos alguien?!». Beha el Halebi-Anadolu (Agencia: Getty Images)
5 "El dolor de mi paÃs" · «Cuando vi la cabeza de este hombre y su cara cubierta de sangre mezclada con el polvo de su casa destruida mirándome, me imaginé que me estaba diciendo. ‘Que tu cámara sea testigo de este crimen’. Me imaginaba a mà mismo en su lugar, un superviviente, sin saber qué le habÃa ocurrido a mi familia. Cuando me miraba, veÃa en sus ojos todo el dolor de mi paÃs». Thaer Mohammed (Agencia: AFP/Getty Images)
6 Un dÃa sin bombas · «Esta foto la hice el pasado 27 de febrero, el primer dÃa del cese el fuego en Siria. El primer dÃa en años que no oÃamos el ruido de las bombas, que no veÃamos sangre. Después de decenas de niños muertos por los bombardeos y de un dÃa sangriento en el que fuimos testigos de cómo una familia entera -madre y tres hijos- era asesinada, no podÃa imaginar que verÃa la sonrisa de los niños otra vez. Me sentà feliz». Ameer Al-Doumy (Agencia: AFP/Getty Images)
7 "Mi vecino intentaba apagar el fuego con un vaso de agua" · «Escuché unos aviones y corrà al sótano. Desde allà oÃa los gritos de la gente pidiendo ayuda. También los latidos de mi corazón. Por último, una explosión. Cogà mi cámara y salà a ver qué habÃa pasado. Mi vecino, Abu Soubhi, trataba de apagar el fuego de su casa con un vaso de agua. Echaba uno detrás de otro. Su hogar estaba en llamas. Los bomberos le pidieron que lo dejase pero él se negaba. Solo querÃa entrar en casa. Y entró. Esto ocurrió en Duma, al norte de Damasco». Mohammed Badra (Agencia: EPA/EFE)
8 "Era aterrador" · «Iba en coche con unos amigos cuando los aviones del Gobierno lanzaron la primera bomba. Cayó a 50 metros. HabÃa muchos heridos. Al llegar la ambulancia, cayó la segunda bomba. Ya no habÃa nadie a quien rescatar. Los heridos yacÃan muertos. Era aterrador. Llegaron más ambulancias. Familiares buscando cuerpos. Gritos. Olor a muerte. Pasé dÃas sin poder quitármelo de la cabeza». Ameer Alhalbi (Agencia: AFP/Getty Images)
Llevar una cámara en Siria es peligroso: te convierte en objetivo. La mayorÃa de los periodistas extranjeros ha abandonado la zona. Solo permanecen los locales. Estas son sus imágenes y sus palabras.
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