Unidos por la tragedia

El Festival de Teatro de Mérida calienta motores. Del 5 de julio al 27 de agosto, este gran símbolo de las artes escénicas reunirá a nuestros mejores intérpretes, veteranos y jóvenes, en siete obras con sabor a teatro clásico. Por Virginia Drake

Mientras apuran los últimos ensayos, hablamos con cuatro de las estrellas del certamen y con el director de escena Mario Gas.

Amaia Salamanca (Electra en ‘La Orestíada’):  «Me consume el estrés»

Amaia Salamanca
Mono blanco y vestido: Elisabetta Franchi para Moca Couture / Sandalias: Aquazzura

Nació en Madrid (1986). Abandonó Derecho y Administración de Empresas para dedicarse a la publicidad y la interpretación. Con el empresario Rosauro Varo tiene tres hijos: Olivia (2014), Nacho (2015) y Mateo (2016). En el mundo de la interpretación es autodidacta.

XL. ‘La Orestíada’ es su segunda obra de teatro.

A.S. Sí. Mérida da muchísimo vértigo, pero yo me muevo por retos y por impulsos.

XL. ¿Y le funciona?

A.S. No me suelo arrepentir porque a todo le pongo muchas ganas, al margen de si me sale bien o no.

XL. Electra, al final, acaba perdiendo la cabeza…

A.S. Y descansando en paz porque ha conseguido lo que quería: la venganza. Me tomo esta obra como una master class. Para hacer una tragedia griega, hay que estudiar los antecedentes y dejarte dirigir y guiar. Estoy superfeliz. Es una oportunidad única. Voy a poner todo de mi parte.

XL. ¿Sus padres a qué se dedican?

A.S. Son ópticos.

XL. Y querían que su hija fuera universitaria…

A.S. Yo también. Cuando me matriculé en la doble licenciatura de Derecho y ADE, se suponía que era la carrera que más me gustaba.

«He aprendido que no se puede ir criticando a nadie. Si escupes para arriba, luego te cae encima»

XL. ¿Por qué la dejó?

A.S. Me apunté a una agencia de publicidad y, después de hacer cosas pequeñas, hice un casting para una serie y me cogieron; no por mis dotes interpretativas increíbles, está claro, pero encajé en lo que necesitaban. Y ahí empezó todo.

XL. Por la cantidad de trabajos que va encadenando, se va a convertir en ‘una de las grandes’.

A.S. Estoy muy lejos, ya me gustaría a mí [sonríe].

XL. Tres hijos en tres años. ¿Seguirá ampliando familia?

A.S. Ya he parado, sí; aunque nunca se sabe.

XL. Ni siquiera durante los embarazos dejó de trabajar. ¿Tiene una adicción reconocida?

A.S. La verdad es que no puedo estar mucho tiempo sin hacer nada. Me gusta mucho lo que hago y por eso no me ha importado trabajar estos tres últimos años embarazada, aunque no lo he hecho al mismo nivel que otros.

XL. Vuelve a estar delgada y estupenda en tiempo récord. ¿Me va a decir que come mucho y de todo?

A.S. Como de todo, no soy celiaca como se ha dicho. Me encanta comer. Ayer, sin ir más lejos, me apetecía salir a cenar una hamburguesa y me la comí con todos sus ingredientes, aunque digan que no es lo más sano. A mí lo que me consume es el estrés y el nerviosismo que tengo siempre.

XL. Se declara más apta para arreglar enchufes que para la cocina.

A.S. Es así, como mucho puedo hacerte un brownie. Soy más de dulce.

XL. Dice que hará todo lo posible para que su hija no sea ñoña, ¿ve a su alrededor muchas mujeres que sí lo son?

A.S. Como yo no me considero ñoña, no me gustaría que mi hija lo fuera; aunque me he dado cuenta de que cada uno es como es y tú no lo puedes cambiar. Con la madurez he aprendido que no se puede ir criticando a nadie; si escupes para arriba, luego te cae encima. Hay que aceptar a la gente como es.

XL. ¿Es verdad que a los 15 años era insoportable?

A.S. Sííí [se ríe]. Tuve una muy mala edad del pavo, a mi madre la tenía frita, ¡la pobre! Tuvo mucha paciencia. Al final, me fui un año a Estados Unidos, con 15, y aprendí a valorar mi país, mi familia y las cosas que tenía. ¡Volví muy suave!

XL. «Hay cosas de mí que no quiero que se sepan». Por favor, cuéntenos una.

A.S. ¡Jajaja! Yo no tengo un lado oscuro. Me refería a que quiero que mi vida privada siga siendo privada.

XL. Pero o se esconde o acaba saliendo.

A.S. De momento, estoy tranquila con la prensa; me ven tan estable que debo de parecerles un rollo. Ahora, me encanta aburrirme los fines de semana en casa con mis hijos, que son los más guapos del mundo [ríe].

Ernesto Alterio (Taltibio en ‘Troyanas’): «Acepto mal todo lo que tenga que ver con obedecer»

Ernesto Alterio
Traje y camisa: Forecast y traje de Duarte / Polo: Lacoste

Nació en Buenos Aires (1970). es hijo del actor Héctor Alterio y hermano de la actriz Malena Alterio. Dejó los estudios de Biología por los de Historia, Música, Fotografía… hasta que recaló en la escuela de Arte Dramático de Cristina Rota. Con la actriz colombiana Juana Acosta tiene una hija de diez años, Lola. Lo hemos visto en más de 40 películas.

XL. No es la primera vez que lo veremos en el Festival de Mérida…

E.A. Yo ya hice un Edipo rey en 2007; el de Mérida es un teatro que impone. Hay que encomendarse a los dioses para poner un pie ahí.

XL. En Troyanas, su personaje es Taltibio, el encargado de comunicarle a Hécuba su destino tras repartirse los soldados griegos victoriosos a las mujeres troyanas.

E.A. Así es. Taltibio es un emisario con muy malas noticias. ¡Funestas! Las mujeres troyanas se convertirán, como botín de guerra, en esclavas.

XL. ¡Qué alegría de personaje!

E.A. Es tremendo, y sostenerlo bien es complicado. Es un tipo que tiene escrúpulos a la hora de cumplir su cometido.

XL. Fuera del escenario, ¿cómo se las arregla cuando tiene que comunicar una mala noticia?

E.A. Acepto mal las jerarquías y todo lo que tenga que ver con obedecer o hacer determinados recados. No me gusta nada y me busco la vida para evitar esas situaciones.

XL. «De 200 películas que he hecho, 20 son buenas; el resto es trabajo».

E.A. Esa frase me la han atribuido, pero me atrevería a decir que es de mi padre, porque yo no he hecho tantas películas ni de coña [se ríe]. Pero suscribo la misma proporción. solo el 10 por ciento de las que he hecho son buenas.

XL. El peor crítico está en casa? Su padre, su hermana, su mujer…

E.A. ¡Nooo! ¡Para nada! Está dentro de mí.

XL. Por cierto, acabamos de descubrir que pinta y vende sus cuadros.

E.A. Me interesan muchas cosas. Tengo espíritu de explorador.

XL. Hace unos meses realizó su primera exposición, ¿vendió muchos cuadros?

E.A. Unos cuantos, sí. Ahora estoy preparando la segunda.

XL. Ha dicho que le gustaría que José Tomás tuviera un cuadro suyo, ¿ha probado a regalárselo?

E.A. Podría hacerlo, pero no lo conozco. Admiro a José Tomás porque siento que tiene algo de genio y que hay una pulsión suya que es más fuerte que él y que le hace ponerse delante de un toro de esa manera.

XL. Tengo entendido que también le gusta mucho cocinar, ¿ve MasterChef?

E.A. Pues, a veces, sí que lo veo, sí. Yo soy el que cocina en mi casa y doy desayuno, comida y cena. Me entretiene cocinar.

XL. ¿Quién le ha dicho que le sienta bien el bigote?

E.A. Nadie, lo llevo por exigencias del guion de Las chicas del cable, la serie en la que estoy trabajando.

Alba Flores (Políxena en ‘Troyanas’): «Soy gitana y moderna, como son ahora todos los gitanos»

Alba Flores
Mono negro y vestigo: Diane von Fusterberg para Moca Couture

Es la única hija del cantante y compositor Antonio Flores y de la productora de teatro Ana Villa.

XL. ¿Cuesta quitarse la coletilla de ‘hija de…’?

A.F. ¿Por qué me la voy a quitar? Es parte de mí.

XL. Se dice que le ofrecen bastante dinero por cantar las canciones de su padre.

A.F. ¿Bastante dinero? ¡Ni de coña! Ya nadie ofrece bastante dinero por nada [se ríe]. Es verdad que músicos que conozco me han alentado a ello; pero le tengo mucho respeto a mi padre.

XL. ¿Cuál es su papel en ‘Troyanas’?

A.F. Políxena, prometida de Aquiles. Cuando él muere, ella es sacrificada y enterrada con él. En realidad, soy un fantasma.

XL. ¡Un registro nuevo!

A.F. Bueno, no sé; de fantasma ya había hecho antes [se ríe].

XL. Dicen que es una gitana muy moderna.

A.F. Yo me considero gitana. ¿Y muy moderna? Casi todos los gitanos ya lo somos.

XL. ¿Cuántas veces ha oído que se parece a su abuela?

A.F. Muchas; pero ahora me dicen que a mi madre.

XL. ¿Y en el carácter?

A.F. Soy diferente a todos. La más reflexiva, la que más vueltas le da a la cabeza: la estudiosa.

XL. ¿En la familia González-Flores, es imposible querer ser ingeniero o funcionario?

A.F. [Se ríe] Pues no; toda la vida me han alentado a estudiar. De hecho, este año me he matriculado en Antropología. Estudias al ser humano y la cultura; y me parecía que, con lo que ya traigo del teatro, era un complemento.

XL. Empezó a estudiar Interpretación con 13 años, pero triunfó tarde. ¿Dijo muchas veces ‘no’?

A.F. Yo nunca he buscado triunfar. Me he guiado más por la realización personal.

XL. ¿Lo pasó mal en la serie ‘Vis a vis’: una mujer en la cárcel maltratada, violada…?

A.F. Mi familia lo pasó mal viendo todo lo que me hacían, sí. Pero yo no me sentí violada hasta que vi la escena completa, porque mi compañero estaba siendo supercariñoso.

XL. ¿La ‘violaba’ con cariño?

A.F. No. Quiero decir que me cuidó para no dejar muy expuesta mi desnudez. Fue supercómplice.

XL. Dice que, por amor, ha hecho cosas inconscientes e ilegales, explíquese.

A.F. ¡Hostia! ¿He dicho yo eso? [Se ríe]. Inconscientes he hecho muchísimas; ilegales, igual alguna. Robar algo para otra persona…

XL. ¡A ver! ¿Cómo es eso?

A.F. Hace poco entré en una tienda con unas amigas que querían una mascarilla y había una cola que te cagas. Me la metí al bolsillo y seguí mirando cosas, con la idea de pagar al final. Cuando salíamos, me di cuenta de que la tenía, pero la cola era tan larga que decidí olvidarme de que la llevaba y me fui. Me hice un poco la loca.

XL. Una curiosidad, ¿por qué no sonríe nunca en las fotos? Porque veo que lo hace mucho cuando habla.

A.F. Por una razón muy superficial: me veo más guapa seria. La sonrisa la saco solo cuando quiero.

Mario Gas (Dirige ‘Calígula’): «El teatro es político y comprometido siempre»

Mario Gas
Traje: Pedro del Hierro / Camisa: Mirto

Nació en Monte-video (Uruguay, 1947) durante una gira musical de sus padres. Su madre era bailarina y su padre, cantante y actor. Estudió Derecho en Barce-lona y en 1960 inició su actividad como director de teatro, llegando a dirigir el Teatro Español (2004- 2012). Casado con la actriz Vicky Peña, tiene dos hijos. Orestes y Miranda.

X.L. Director de cine y teatro, director artístico de ópera, actor de cine, teatro y doblaje…

M.G. Digamos que soy de profesión sus labores escénicas [sonríe].

XL. Lleva a Mérida una obra de Albert Camus: ‘Calígula’, un tirano con un discurso sobrecogedor.

M.G. Totalmente. En esta obra se dicen cosas tremendas. «¿De qué os quejáis? Mato a unos cuantos, pero he evitado muchas guerras». El debate sigue hoy. Camus es un autor espinoso y difícil que no ahorra especulaciones.

XL. ¿Es bienmandado cuando no dirige?

M.G. Creo que sí. Si no eres capaz de trabajar en colaboración con el director y su idea, quédate en casa.

XL. Su madre era hermana del famoso Mario Cabré, enamorado de Ava Gardner.

M.G. Sí, mi tío era una persona muy diferente a su imagen pública. Era muy culto, muy cariñoso, bondadoso y muy tierno. Como torero, Cossío le dedicó una página entera porque tenía una media verónica que pasó a la antología de los grandes pases.

XL. Y con esa familia de artistas, ¿se matricula en Derecho?

M.G. ¡Porque había un teatro universitario fantástico! [Se ríe]. Me matriculé en Filosofía y en Económicas… y en Derecho estuve los cinco años. Sacaba notas buenísimas.

XL. ¿Nunca militó en un partido?

M.G. No. La militancia es muy interesante, pero hay que tragar muchos sapos y adscribirse a cosas con las que uno no está de acuerdo.

XL. ¿Si el teatro no es comprometido, no es teatro?

M.G. El teatro es político y comprometido siempre, y quien diga que no también está haciendo política.

XL. Con la que está cayendo, ¿no le parece que los actores están muy calladitos, excepto contra la subida del IVA?

M.G. Hay una cierta insolidaridad que los poderes fácticos han ido fomentando, miedo a la represalia, cierta desideologización del mundo actual…

XL. Quizá la democracia terminó con muchas reivindicaciones entonces necesarias.ç

M.G. Echo de menos el estado de conciencia de la Transición, porque todos veníamos de un mundo oscuro y queríamos construir algo que después no fue. Estamos en una democracia burguesa con unos partidos criminales instalados en el poder.

XL. ¿Esperaba más de los nuevos partidos?

M.G. Por qué cargamos más sobre los nuevos partidos que sobre los antiguos? Ayudemos a los nuevos o a otros, porque es importante desalojar de la vida cotidiana a la gente que está expoliando el país, sea del color que sea y del partido que sea.

Aitana Sánchez-Gijón (Hécuba en ‘Troyanas’): «A lo mejor no soy tan dulce como creéis»

Aitana Sánchez-Gijón
Mono rojo: Apparentia / Vestido: Sportmax / Anillo: Pandora

Nació en Roma (1968). de padre español (catedrático de Historia) y madre italiana (profesora de matemáticas), vive a caballo entre Roma y Madrid. Tiene dos hijos. Bruna y Teo. La hemos visto en más de 40 películas.

XL. De nuevo en Mérida y con una tragedia griega. Con lo dulce que es usted, menudos papelones que le dan siempre cuando hace teatro, ¿no?

A.S.-G. Es que a lo mejor no soy tan dulce [se ríe]. Intento ser suave, pero tengo mi carácter.

XL. Se reconoce una mujer obsesiva, ¿con qué cosas?

A.S.-G. Tengo una tendencia obsesiva importante, pero a la vez soy muy pragmática y sé cuándo hay un punto en el que ya no puedo dejarme llevar y tiro para delante. Sé resolver la situación.

XL. El año que viene cumple 50 años… ¿Le da vueltas?

A.S.-G. ¡No vayas tan rápido! Todavía tengo que cumplir 49 [se ríe]. Te diré que me impresiona; es una barrera que, quieras o no, marca. No va a cambiar nada de un día para otro; pero, bueno, me pilla con hijos adolescentes.

XL. ¿Le dan más guerra de la que le dio a su madre?

A.S.-G. Es que yo fui muy buena; era una adolescente que, prácticamente, solo sufría por amor. Ahora, con mis hijos, es cuando voy descubriendo otras cosas.

XL. La volveremos a ver en Velvet colección con un personaje muy evolucionado: pasó de ser la encargada odiosa a ser la amante tórrida de un señor más joven que usted.

A.S.-G. Sí, es verdad [se ríe]. A partir de la cuarta temporada, Blanca se convirtió en una mujer buenísima. En esta nueva etapa voy a estar solo unos capítulos porque otros compromisos me impiden quedarme la temporada completa.

XL. Dice que una misma película tiene menos presupuesto si la hace una mujer.

A.S.-G. Es así. Son datos que se han publicado: una misma película tiene un 30 por ciento menos presupuesto de producción si la dirige una mujer. No tengo ni idea de por qué, pero me parece aberrante.

XL. Después de 30 años de profesión, ¿sigue poniéndose nerviosa en el escenario?

A.S.-G. Prácticamente todos los días, no solo el del estreno.

XL. Una última pregunta, ¿ha vuelto a ver a Mario Vargas Llosa, varias veces compañero de reparto? ¿Lo ve contento y feliz?

A.S.-G. Nada, nada; esto no viene a cuento aquí. A ese tipo de preguntas no voy a entrar, muchas gracias.

Estilismo: José Herrera
Maquillaje y peluquería: Pedro Cedeño (Talents)

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