Rohinyá, el rostro de la tragedia

1 Asesinaron a sus tres hijos frente a ella y la quemaron · Cuando el Ejército birmano atacó la aldea de Tu Lar To Li, arrinconó junto a la ribera del río a la población rohinya, una minoría musulmana asentada en Birmania, de mayoría budista. A las mujeres y los niños los mantuvieron en el agua mientras mataban a los hombres. Mumtaz, de 30 años, vio como asesinaban a sus tres hijos. Solo se salvaron ella y su hija de 7 años, Rajia, que lograron escapar de una casa en llamas donde las encerraron. Mumtaz tiene severas quemaduras.
2 Mataron a golpes a su bebé y le rajaron el cuello · A Rashida, de 25 años, la encerraron en una casa con otras cuatro mujeres. Allí, los soldados le quitaron a su bebé de 28 días y lo golpearon hasta matarlo. Otros tres bebés fueron asesinados de la misma manera. Después, los soldados decidieron acabar también con las cinco mujeres a machetazos. A Rashida le cortaron la garganta, pero logró sobrevivir. Los soldados prendieron fuego a la cabaña antes de irse, pero Rashida logró escapar por un agujero en el bambú. Es la única superviviente.
3 Vio morir a su hijo, a su madre y a sus hermanas · Rajuma -de 20 años- sobrevivió a la masacre de Tu Lar To Li, después de ver como asesinaban a su hijo, su madre, dos hermanas y otros miembros de su familia. Además, la golpearon, abusaron de ella y la dejaron a su suerte en una casa en llamas, práctica que los soldados o paramilitares birmanos repiten para dejar arrasadas las poblaciones habitadas por rohinyás. No solo eso; semanas después, las arrasan con excavadoras para que ni siquiera quede rastro de su existencia, según la ONU.
4 La golpearon a muerte junto con su hermana · Fatima, de 15 años, vio como golpeaban a su hermana de 10 años hasta matarla. A ella la golpearon igual y la dieron por muerta, pero en algún momento recuperó la consciencia. Según Amnistía Internacional, los rohinyás sufren abusos desde 1978, pero la situación empeoró en 2012, cuando el monje budista Ashin Wirathu inició una campaña antimusulmana. El Gobierno secundó esa política y confinó a los rohinyás en guetos. En agosto de 2017, grupos rohinyás respondieron atacando a la Policía birmana con machetes. El resultado fueron 12 agentes de seguridad y 59 insurgentes muertos. La respuesta del Ejército birmano fue la limpieza étnica.
5 Una bala mató a su hijo, al que llevaba en brazos · Cuando Karima -de 21 años- vio a los soldados en el patio de su casa, cogió en brazos a su hijo de 2 años, Mohammed Anas, y salió corriendo. Sirvió de poco. Apenas recorrió unos metros cuando una bala atravesó el torso de su hijo y su propio brazo. Karima intentó detener la sangre de su niño con su ropaje, pero él murió en sus brazos. Ese mismo día, Karima perdió a ocho miembros de su familia en la matanza de la aldea de Sho Pran; entre ellos, su marido y su hermano.
6 Dio a luz en el bosque mientras huía · Shamina Yasmin, de 25 años, dio a luz a su hija en un bosque cuando huía de los soldados birmanos que habían atacado su pueblo, Taung Bazar. Cuando rompió aguas, llevaba caminando cuatro días. No había comido durante ese tiempo y ya no tenían agua. En el parto fue ayudada por otras mujeres que huían con ella. Para cortar el cordón umbilical, usaron una espina de los árboles de caña. Con la recién nacida en brazos, Shamina y las otras mujeres caminaron otros diez días antes de llegar al campo de refugiados de Bangladés.

La población rohinyá -la minoría musulmana en Birmania, de mayoría budista- sufre una de las más dramáticas limpiezas étnicas.  Texto y fotos: Anastasia Taylor-Lind

Más de 6000 muertos y 600.000 refugiados son las cifras que las ONG, como Médicos sin Fronteras, dan de la limpieza étnica de rohinyás llevada a cabo por el Ejército birmano desde agosto pasado. Los supervivientes de las masacres llegan a campos de refugiados en Bangladés, donde cuentan su terrible drama.

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