La mafia ha envenenado su propia casa
La Camorra empezó a enriquecerse con los residuos de las industrias del norte de Italia en 1988. Poco a poco monopolizaron el negocio de la basura mientras iban envenenando su propia tierra y la de sus hijos, su agua, sus cultivos. Hoy, estampas como esta son frecuentes en esta zona de la Campania.
No bebas ni cultives... o mueres
Los canales de riego funcionan como alcantarillas a cielo abierto. Aquí se arrojan residuos hospitalarios, industriales e incluso radiactivos, lo cual afecta a cultivos, granjas y piscifactorías. Canteras abandonadas, pozos, descampados, cunetas, cuevas o zanjas también sirven como vertederos ilegales -más de 1200 en la región- que acaban envenenando las aguas subterráneas.
Mi sangre está envenenada
Enzo Tosti distribuye repostería en Acerra, a 14 kilómetros de Nápoles. «Al ver mis niveles de dioxinas en sangre, el médico creyó que trabajaba en una planta química», cuenta. En el área metropolitana napolitana, la esperanza de vida es 8 años menor que en el resto de Italia.
Me he quedado estéril
«A mi hijo de 9 años le detectaron un tumor propio de un señor de 50 que hubiera trabajado toda su vida rodeado de amianto -dice Marcia Caccioppoli, de 42 años-. Yo me he quedado estéril y tengo altos niveles de dioxinas y metales pesados en la sangre».
Zona catastrófica
«La Campania feliz, la Campania fértil», como se conocía a la región, es una zona devastada donde la mayoría de los granjeros y agricultores están arruinados. Los cadáveres de animales en caminos y canales son otra imagen de su decadencia.
Aquí se bebe el uranio
La contaminación no afecta solo a las zonas rurales. Más de la mitad de las aguas analizadas en el centro de la ciudad se considera peligrosa y contiene trazas de uranio. Se estima que, entre 1991 y 2013, más de cien mil toneladas de desechos tóxicos fueron vertidos por toda la región.
Limpiar: misión imposible
«Es el basurero de Europa -dice el inspector Pietro Papapicco-. Hay tanto residuo enterrado que costaría millones limpiarlo. Se han construido seis depuradoras, pero el agua está tan contaminada que no sirven para nada».
Un médico desesperado
El oncólogo Antonio Marfella atiende a los enfermos de cáncer de la región. «En 1981 teníamos en mi hospital diez casos al año. En diciembre llegaron diez en un solo día». La tasa de mortalidad por esta causa en ‘el triángulo de la muerte’ ha aumentado un veinte por ciento en los últimos 7 años.
Lo llaman ‘el triángulo de la muerte’. La Camorra ha convertido Nápoles en el vertedero de Italia. Amianto, plomo, residuos radiactivos… se tiran e incineran sin control desde hace tres décadas. Los casos de cáncer se han disparado. Fotos: Samuel Bollendorff
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