El COVID-19 puede no ser solo un virus en la vida real. También en el mundo digital el coronavirus se expande en forma de timos y estafas. Por Lourdes Gómez/ Foto: Cordon Press

Qué hacer para que el coronavirus no se expanda también por Internet

Ya en las primeras semanas, cuando el virus solo se había expandido por China de forma masiva, la empresa de ciberseguridad Kaspersky alertó de e-mails que parecían llegar desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, ofreciendo recomendaciones de prevención. Para verlas, los usuarios tenían que abrir una página, introduciendo antes la contraseña de sus correos electrónicos. Y ahí es donde se abría la puerta a los ciberdelincuentes. Después, ha sido el cuerpo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil el que alertaba de otros timos, como el que circulaba por WhatsApp y en el que para comprarse una mascarilla había que facilitar datos bancarios. Estos ataques son conocidos como phishing, adquirir información confidencial de las víctimas suplantando la identidad de una fuente legítima. El fenómeno existe desde que existe Internet, pero un detonante como una situación de alarma puede agravarlo.

SIEMPRE, SIEMPRE, PIENSA DOS VECES ANTES DE CLICAR

Los timadores en Internet son, además de estafadores, grandes expertos en marketing. Porque para conseguir que cliques –o sea, que piques– usan palabras o relatos que apelan a tus emociones. Y no hay emoción más potente que el miedo. Así que en tiempos de coronavirus, los ciberdelincuentes salen a ‘pescar’. Pero el miedo, cuando no paraliza, es también un gran estimulante. Te mantiene en alerta.

Por eso, los expertos recomiendan que escuches a tu instinto. Cuando algo te da en las tripas que está mal, probablemente lo esté.

Mantén tu escepticismo incluso aunque no detectes una señal de alarma; no te descargues archivos adjuntos por muy inocuos que parezcan, si no es estás totalmente seguro de la fuente. Y si el mensaje es apremiante y te pide algo con urgencia, mantén aun más tu escepticismo.

CONSIDERA LA FUENTE… Y SABEMOS QUE NO ES FÁCIL

Sí, a veces el mensaje-trampa que recibes parece enviado por tu banco, por la administración pública o por tus amigos. Lo parece. Y hasta puede que lo sea, porque los timadores pueden incluso haber hackeado sus páginas. Así que no es fácil saber quién es ‘de verdad’ la fuente. ¿Qué hacer? Prestar atención al texto, a cómo está redactado el mensaje. Si te ’suena raro’, si no es el tono habitual de quien envía el mensaje, intenta contactar directamente a la persona que dice estar enviándolo, o sencillamente no cliques. De nuevo, la intuición humana. Sí, eso dicen expertos como Aaron Higbee, jefe de tecnología de la empresa PhishMe una de las más importantes en detección de ese tipo de timos. «No existe una solución mágica. Si hubiese un plugin que filtrase todo el phishign, nosotros no existiríamos. La clave está en la perspicacia». Higbee insiste en que la forma de evitar los timos es una mezcla de automatización –los filtros y antivirus– y de intuición.

INCLUSO SI ERES PRUDENTE, HAZ COPIAS DE SEGURIDAD

Hasta los expertos en informática y en phishing reconocen que caen en algunas trampas. Así que lo que más recomiendan ellos es que te prepares a la defensiva. Eso significa tomar precauciones de ciberseguridad, como mejorar la contraseña de todas tus cuentas, y tener un backup de tus datos y la información que consideres más relevante. La clave para protegerte es estar en guardia. Y, al igual que con el coronavirus, no difundas ningún mensaje sobre el que tengas la más mínima duda de estar ‘contaminado’.

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