Unos 220.000 estudiantes españoles se presentarán a la EBAU este año. Su situación es de especial estrés tras semanas de confinamiento a causa de la pandemia del coronavirus. España ha decidido hacer el examen de selectividad mientras que otros países han cancelado sus pruebas. ¿Se podrá realizar un examen presencial tan multitudinario? Por Fátima Uribarri
Te dicen a qué hora debes llegar y por qué puerta debes entrar en el edificio. Una vez en el aula recoges el examen que estará sobre una mesa. Luego te vas a tu sitio: pondrá tu nombre en el pupitre que te corresponde, de cara a la pared.
Los demás también se sentarán así, de cara a la pared. Y más te vale llevar algo de abrigo por si acaso, porque las ventanas y la puerta del aula –en donde solo habrá cinco personas, otros tres alumnos, un profesor y tú– estarán abiertas de par en par. Si necesitas ir al cuarto de baño, un profesor –apostado cerca de la puerta, pero a distancia prudencial– te indicará cuándo puedes pasar. No estará permitido el acceso a los aseos de más de una persona a la vez.
Experimento en Alemania
Así van a ser los exámenes Abitur en Alemania, el equivalente a nuestra Ebau, previsto para el 20 de abril. Alemania es uno de los países, junto con España, que pretende seguir adelante con las pruebas de acceso a la universidad de una manera presencial. Su experiencia servirá a España para ver si es posible compatibilizar las medidas de alejamiento personal recomendadas para evitar el contagio del Covid-19 con la celebración de estos exámenes multitudinarios.
Si no hay cambios, en España la prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) tendrá lugar entre el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria y antes del 10 de septiembre en convocatoria extraordinaria. Así lo acordaron el pasado 25 de marzo el Ministerio de Educación y Formación Profesional y el Ministerio de Universidades junto con las Comunidades Autónomas.
“Es la opción más justa en las condiciones actuales”, explica Alejando Tiana, secretario de Estado de Educación. Otros países han cancelado sus pruebas, “pero no es equiparable porque en ellos se trata de pruebas finales de Bachillerato y en España la EBAU es muy importante en la asignación de plazas universitarias”, añade.
Alumnos en desventaja
Por supuesto, el Covid-19 también ha interferido en estos exámenes. Surgen dudas y preguntas. ¿No están en desventaja los alumnos que no cuentan con medios adecuados para asistir a clases telemáticamente? “Por eso, para asegurar la equidad, hemos decidido añadir más opciones al modelo de examen”, dice el secretario de Estado de Educación. Asegura que “quien domine bien el temario impartido antes de que se suspendieran las clases presenciales podría sacar un diez en esta prueba en la que también cuenta la capacidad de análisis”.
Hay pedagogos que alertan del alto grado de estrés que deben soportar los examinandos de este año
Ha sido una decisión muy consensuada. “Es lo más razonable tratar de realizar la prueba por la repercusión de la EBAU en las titulaciones con mayor demanda de plazas que oferta”, opina Antonio Obregón, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad Pontificia Comillas. Hay pedagogos que alertan del alto grado de estrés que deben soportar los examinandos de este año. “Cierto, pero eso también afecta a sus calificaciones de este curso. Este año hay condiciones difíciles y problemas, pero hay que valorar qué alternativas hay y hacer la prueba es la menos mala”, dice el vicerrector de Comillas.
¿Cuál es el plan B?
¿Hay un plan B? “Si las medidas sanitarias obligan a cambiar los espacios en los que se suele hacer la prueba se piensa en hacer el examen en sitios más grandes, incluso se baraja la idea de hacerlo en los institutos”, explica Rosa de la Fuente, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Y si no se pudiera realizar el examen presencial? “Habría que retrasarlo, pero eso crea inconvenientes con el comienzo del curso siguiente”, dice de la Fuente. Hay más alternativas. “La vía telemática es muy compleja y aleja la equidad. Queda la opción de que computen las notas de Bachillerato, pero en este curso la media ya está alterada y además eso perjudica a alumnos que hicieron la prueba el año pasado y esperan nuevas notas de corte… Lo mejor sería hacer el examen. Y lo más coherente es que los estudiantes sepan cuándo es y qué características tendrá, y eso lo saben salvo que haya cambios por fuerza mayor”, dice la vicerrectora de la Universidad Complutense.
Profesores ‘amurallados’
“Estamos a tres meses de la prueba, habrá que ir viendo cómo evoluciona la situación”, dice Alejandro Tiana. Será interesante ver cómo discurre la prueba alemana. Está previsto que los profesores que acudan a los exámenes de Abitur se sentarán en mesas cercadas por otras mesas, en una especie de recinto ‘amurallado’. Llevar mascarilla y gel desinfectante no es obligatorio.
Este examen está previsto para el 20 de abril, si el Covid-19 no lo impide. De momento, la pandemia ya ha provocado la cancelación del Baccalauréat en Francia. Los 550.000 alumnos que se iban a presentar serán calificados mediante la evaluación continua de su rendimiento. Es una situación de enorme excepcionalidad: este examen instaurado por Napoleón en 1808, solo se había modificado en otra ocasión, en mayo de 1968, cuando las revueltas estudiantiles: entonces se hicieron solo unas pruebas orales. El Covid-19 ha podido más que las huelgas estudiantiles de 1968: este año, según anunció el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer, no habrá ni siquiera examen oral. Para evaluar a los franceses se tendrán en cuenta sus calificaciones anteriores al confinamiento y su asistencia a clase.
Examen oral y on-line
Italia no prescinde, sin embargo de la Maturità. Está previsto que los 460.000 alumnos que cursaban el último año de Scuola Superiore tengan que realizar una prueba oral a través de una plataforma on-line. Hay prevista otra opción –un examen realizado por una comisión especial– pero solo se pondría en práctica si los italianos vuelven a clase el 18 de mayo, y esa posibilidad no parece probable.
Tampoco los estudiantes británicos tendrán que examinarse del A-level. Lo canceló Boris Johnson. Serán calificados según sus progresos académicos en los últimos cursos: se tendrá en cuenta la valoración que los docentes hagan de sus trabajos y participación en clase. En Estados Unidos hay dos pruebas para acceder a la universidad, el SAT (Scholastic Aptitude Test) y el ACT (Scholastic Aptitude Test). El primero –que debía celebrarse el 2 de mayo– se ha cancelado, mientras que las pruebas del segundo (programadas para el 4 de abril) se han trasladado al 13 de junio.
La macroprueba china
La gran prueba de fuego, el macroexperimento de las pruebas de acceso a la Universidad en tiempos de Coronavirus tendrá lugar en China, donde su examen, el temible Gaokao, es excesivo, como casi todo allí. Diez millones de estudiantes estudian 14 horas diarias para superar esta prueba exigente y competitiva. El futuro de estos jóvenes se decide durante más de 9 horas de examen repartido en dos días. Este año el Gaokao es el 7 y el 8 de julio. El coronavirus ha retrasado la prueba un mes (estaba prevista para junio). Por esas fechas –coronavirus mediante– sus colegas españoles también se enfrentarán al examen que dilucidará su futuro universitario.
Te puede interesar
Dos expertos debaten: pros y contras de repetir curso
Stephen Heppell: «En el 2030 nos reiremos de muchas cosas de los colegios de hoy»
