Un geriátrico de Valencia idea un ‘arco de los abrazos’ para permitir a sus internos recibir con seguridad el afecto de sus familiares. Por Fernando Goitia

Han sido el epicentro de la pandemia y, tras el confinamiento, lo son ahora de la polémica. De los más de 28.000 muertos asociados a COVID-19 en España, cerca de 19.000 (68 por ciento) fallecieron en residencias de ancianos. Cifras que obligan a revisar la situación de estos centros -unos 5500 en todo el país- y a preocuparse por la estabilidad emocional de internos y familiares. Porque, pese a los cientos de denuncias penales presentadas por afectados y las más de 200 investigaciones abiertas contra algunos de sus responsables, la vida sigue en los geriátricos, donde residen y son atendidas más de 300.000 personas.

El 68 por ciento de los muertos por COVID-19 falleció en residencias

Necesitadas más que nunca de cariño, la residencia Ballesol Valterna, en Valencia, intenta mitigar su situación con un ‘arco de los abrazos’ que permite a los ancianos recibir con seguridad muestras físicas de afecto de sus familiares. Durante el resto de la visita, eso sí, mantienen la distancia y usan mascarillas.

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