Un nuevo horror: la llegada del coronavirus a las trincheras de Siria

Los habitantes de Idlib, el último bastión rebelde de la guerra de Siria, suman un nuevo horror al desastre humanitario: la llegada de la Covid-19. Por Raquel Peláez

Acostumbrados a mirar al cielo esperando el último ataque aéreo de una guerra que dura ya nueve años, la población de Idlib se enfrenta ahora a un enemigo invisible que, por tierra, se suma a los bombardeos. El coronavirus acaba de entrar en la última provincia bajo control del ejército rebelde que trataba de derrocar al régimen de Bashar al-Asad. Desde el comienzo del conflicto en 2011, cientos de civiles han muerto y casi un millón han sido desplazados a campamentos superpoblados al norte del país, en la frontera con Turquía.

Un millón de refugiados vive hacinado en los campos de Idlib

Con un sistema sanitario arruinado y la población hacinada, se antoja inviable mantener una higiene básica, confinamientos o distanciamiento social, ‘lujos’ tal vez que solo el Primer Mundo se puede permitir.

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