En Birmania, un paÃs budista, esta monja que suplica por la vida de un grupo de manifestantes se ha convertido en sÃmbolo de oposición al golpe de Estado. Por Fernando Goitia / Handout / Myitkyina New Journal/ AFP
Ann Rose Nu Tawng. Asà se llama esta monja arrodillada ante policÃas en la ciudad birmana de Myitkyina. En un paÃs budista, su gesto la ha convertido en sÃmbolo de unidad contra la represión en Birmania, donde caen los muertos cada dÃa de forma exponencial. Nu Tawng protegió asà a un grupo de menores refugiados en la clÃnica donde trabaja en medio de las protestas. «Mejor dispárenme a mÃ. Daré mi vida», les dijo.
«Mejor dispárenme a mÃ. Daré mi vida», les dijo a los policÃas
El gesto alejó a los agentes, cuyas órdenes son desde hace dÃas «tirar a matar». Esa misma jornada, de hecho, tres hombres fueron abatidos por la PolicÃa en Myitkyina. Asà es el violento discurrir birmano tras el golpe de Estado del 1 de febrero. Crece cada dÃa la contestación a los militares -apoyados por Rusia y China- y crece también la represión en un paÃs que defiende el endeble sueño democrático que vivió desde 2011, tras medio siglo de dictadura.
Foto apertura: la hermana Ann Rose Nu Tawng suplica a los policÃas por la vida de unos niños durante las protestas en la ciudad birmana de Myitkyina.
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