Nuestro país se encuentra ante la gran oportunidad de convertirse en el hub digital del sur de Europa. El próximo jueves se celebra en La Caja Blanca de Málaga el primer evento de NextSpain, una plataforma creada para poner luz sobre el país que queremos. Este primer foro, titulado #MálagaValley, se centra en la capacidad de España para atraer talento.
Sesenta milisegundos, menos que un parpadeo. Es lo que tarda la señal a través de los cables submarinos que conectan España con América y África. Y es la gran oportunidad de que nuestro país se convierta en el hub digital del sur de Europa, el epicentro de las comunicaciones de 1600 millones de personas en tres continentes. Hace cinco siglos fueron los galeones los que inauguraron la globalización; hoy, el oro son los datos. Y el 98 por ciento del tráfico de Internet circula bajo el mar.
Los 6600 kilómetros entre Bilbao y Virginia (Estados Unidos) se cruzan sin apenas latencia. Y solo es uno de los 25 cables amarrados en España, el nuevo destino favorito de las tecnológicas. Google y Microsoft, de la mano de Telefónica, así como Amazon, han anunciado inversiones millonarias, aprovechando que nuestro país es el líder europeo en fibra óptica. El tirón del comercio on-line, los servicios de televisión en streaming y el blockchain ya hacen rentable el desembarco, pero con el despliegue del 5G lo que viene es un tsunami.
Que un Silicon Valley español es posible lo demuestra Málaga, donde Google construirá un centro de ciberseguridad y que ha atraído a 60 compañías extranjeras. Y nos sobra talento, aunque habrá que invertir en formación si queremos que la economía digital equilibre los empleos de un país que depende en exceso del turismo. Los 72.000 millones de inversión que vienen de Bruselas suponen una oportunidad solo comparable a la lluvia de fondos comunitarios que, en los ochenta, convirtieron España en un país moderno. Entonces se construyeron carreteras y puentes; hoy, autopistas de la información.