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EL BLOC DEL CARTERO

Perder

Lorenzo Silva

Martes, 28 de Enero 2020

Tiempo de lectura: 7 min

Escribe un lector sobre quienes han perdido, en las recientes elecciones y a la hora de impedir un Gobierno que no deseaban, y sobre el modo airado en que, según él, afrontan el trance. Plantea con ello una cuestión de interés: hasta qué punto el aprendizaje de la democracia es también el de la derrota, el de saber estar, seguir y contribuir cuando no ganan los nuestros. Tenemos una larga tradición de intolerancia al triunfo electoral ajeno, a la que no son ajenas derechas ni izquierdas y que siempre acaba aventando los fantasmas de la ilegitimidad, la manipulación y hasta la traición, incluso ahora que la nuestra es reconocida como una de las pocas democracias plenas del mundo. Más mesura y sentido en la derrota, y que las victorias, siempre fugaces, tampoco se suban a la cabeza. LA CARTA DE LA SEMANA 

Propósito de enmienda

Hace unos días volví a entrar en un blog de mi época universitaria, allá por 2014. Un lustro sin visitar aquel cajón de sastre donde colgaba poesías y relatos, que releí y que, con honrosas excepciones, adolecen de defectos propios del adulto incipiente que aún vive, muy cómodamente, en casa de sus padres. Pero leerlos sirvió para que me reencontrase con quien yo era y a veces añoro. Me sorprendió que uno de los temas recurrentes era mi futuro cercano, hoy mi presente. Analicé los motivos por los que dejé de escribir, si tanto me gustaba, y culpé a mi empleo, al que dedico demasiadas horas; a las musas, por no visitarme; a varias causas mundanas de las que ni el escritor más dotado se libra. Lo más sensato es disculparse con el chaval que fui, al que prometí que cambiaría. Mi propósito para 2020, en vez de dietas y gimnasios, es por ello volver a agarrar el boli y, si lo que sale no me avergüenza, subirlo al blog. Sirva esta carta como reinicio. G. A. F. (Zaragoza)
Por qué la he premiado… Por mostrar que escribir es sano, arma el pensamiento y la memoria y, encima, tiene premio.

Destrucción  en Navidad

Con esta carta quiero manifestar mi tremendo disgusto, pena y enfado por lo que ha pasado en España en los días finales de las fiestas de Navidad. En primer lugar, no puedo entender cómo, sin ningún motivo real, parte de la política española ha querido utilizar estas fechas de Navidad para llevar a cabo la destrucción de España. Pero siendo esto muy importante para la tradición católica española, me duele todavía más que muchas personas sin escrúpulos y que se autoproclaman 'españolas' hayan vendido España a una serie de gentes cuyo único interés es destruirla. Ignacio Moreno Vaquero (Madrid)

¡Qué mal saben perder!

Lo vemos en el día a día, en los juegos de mesa, en aquellas actividades lúdicas en las que nos apostamos algo, pero lo que no me parece de recibo es que esta situación se prolongue en la política. En ese ámbito, lo vemos en el día a día ante quien ha alcanzado el poder por los medios democráticos: el resto de los partidos de la oposición elevan sus voces e insultos para clamar la traición y la ilegalidad del nombramiento del nuevo presidente del Gobierno. Es curioso y le doy totalmente la razón al presidente por indicar la razón de todo este malestar creado en la oposición española, y no es otro «que no haber sido ellos quien alcanzasen el poder y de esa manera gobernar España». Están furiosos, van a entorpecer cualquier atisbo de solución democrática, van a poner todas las ruedas de molino en el paso democrático del hemiciclo, en definitiva entorpecerán cualquier acción, decreto, ley que se lleve al Parlamento español. En definitiva, deberemos tener muy presente que, si no arrimamos el hombro y fortalecemos al «nuevo Gobierno de izquierdas», la derecha y la ultraderecha estarán firmes para alcanzar el poder por legislaturas sucesivas. Juan Carlos Audikana Hueda (Vitoria-Gasteiz)

Momentos de la sesión de investidura

Ya tenemos Gobierno. Un Gobierno que antes a alguno, según él mismo dijo, le quitaba el sueño, pero Gobierno al fin y al cabo. Ha llegado tras de un largo camino y una ajustada investidura que nos ha dejado muchos momentos para el recuerdo. Casi todos malos, para qué engañarnos. La excepción ha sido el emotivo aplauso que recibió Aina Vidal, de En Comú Podem, que acudió a votar después de contar que había contraído cáncer. Aplauso mayoritario, pero no unánime. Otro momento para el recuerdo es el asedio sufrido por el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, con más de nueve mil correos insultantes, algunos incluso con amenazas de muerte. Todo muy bonito, muy tolerante y muy democrático, ¿verdad? Pero el momento más bochornoso de la sesión de investidura fue el que se produjo en el momento en que la diputada Montserrat Bassa, de ERC, dijo en la tribuna de oradores que la gobernabilidad de España le importaba un comino. Afirmación que, mucho me temo, suscribirán otros tantos diputados, ya que esta es la esencia del nacionalismo: «Solo me importa lo mío». Espero entonces que sean capaces de comprender que lo suyo a nosotros nos importe también un comino. Mario Suárez (Sevilla)

¿Necesitamos tantos ministerios?

Veintidós se nos anuncian para la nueva legislatura. Alemania tiene catorce; Italia, trece… ¿No son muchos teniendo en cuenta la inminente crisis económica a la que nos enfrentamos? Si hoy todas las empresas están haciendo un esfuerzo en salir adelante reduciendo gastos, simplificando plantillas y buscando la mayor eficiencia posible, ¿no debería el Gobierno de España hacer lo mismo? Incrementar el número de ministerios supondrá mayores gastos para todos los ciudadanos y por eso el Gobierno tiene que dar un ejemplo de austeridad y sensatez. Íñigo Arreytunandia Usabiaga (Madrid)

¿Dónde tengo el móvil?

Un estudio publicado en la revista Adolescent Health vincula el móvil a la depresión en adolescentes. Los casos de depresión han aumentado vertiginosamente de la mano de las tecnologías hasta tal punto que las redes sociales están eliminando los likes y las cifras de seguidores para evitar esta obsesión. Incluso existe la nomofobia, el miedo irracional a salir de casa sin el móvil. En el principio de su invención, las tecnologías iban a existir para ayudarnos, no para infravalorar todo lo que ya existía, nosotros incluidos. La tecnología supone un gran avance en los campos científicos, pero a veces nos hace menos humanos. Si seguimos así, el papel nos parecerá un estorbo y los periódicos, unos 'chismes' antiguos e inútiles. Por eso hay que frenar la dependencia hacia los móviles y que sirvan de apoyo porque, si no, más será menos. Alba Aguilera Álvarez (Correo electrónico)

Actuación heroica

En la madrugada del domingo 11 de enero, dos policías fueron apuñalados en el madrileño barrio de Vallecas al acudir a atender una llamada de una mujer. Avisaba de que el novio de su hija estaba amenazándola con quemarla viva y que, además, esgrimía un cuchillo. Al personarse en el lugar de los hechos, los dos policías fueron apuñalados, uno en el tórax y el otro en el cuello. Uno de ellos, tras ser herido, tuvo que abatir de dos disparos al agresor, que contaba con distintos antecedentes por maltrato y que los había esperado escondido para atacarlos. Parece que en este caso, dadas las circunstancias concurrentes, no se pone en duda que la actuación de los agentes se encontrara plenamente justificada y que fuera proporcionada. En otros casos ocurridos en nuestro país, lamentablemente no ha sucedido lo mismo, poniéndose injustificadamente en duda la legitimidad de su actuación, lo que indudablemente dificulta su, ya de por sí, difícil y meritoria labor. Ignacio Chillón Domínguez (Madrid)

Esclavas en el siglo XXI en este bonito país

Damas de la noche para satisfacer la lujuria de los ciudadanos españoles. Cientos de miles de mujeres obligadas a ejercer la prostitución, sin derechos y sin papeles, traídas a España por vía aérea o patera, engañadas, arrastrando deudas impagables o secuestradas en sus países de origen. Mujeres que venden y revenden sus traficantes y a las que violan sistemáticamente para probar la carne con la que trafican o que apalean si no obedecen. Cada una de estas mujeres tiene una espeluznante historia tras de sí, atesorando océanos de lágrimas y dolor dentro de su ser. Mujeres a las que se abandona a su suerte. A nadie importa su sufrimiento, una vez que se las usa, se mira para otro lado como si realmente no existieran. El 90 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España son traficadas. Son parte de un inmenso negocio muy ramificado que mueve en nuestro país alrededor de 20.000 millones de euros. Cómo se puede permitir que en la elegante, civilizada e hipócrita Europa haya esclavitud y hagamos como que no nos enteramos de ello. Cómo se puede permitir el inmenso sufrimiento de estas mujeres y callar... y llamarnos 'civilizados'. Sin olvidar ni perder de vista que son los clientes el verdadero motor de esta trágica cadena. Una vez que alguien alquila la sexualidad de una mujer, se convierte en cómplice de la existencia de la esclavitud en pleno siglo XXI. Luis Maroto Rivero, Navalcarnero (Madrid)