Querer a dos hermanas a la vez

… y no estar loco. Ernst Ludwig Kirchner, genio del expresionismo alemán, lo logró. O al menos, eso reflejan sus pinturas de las dos mujeres que cambiaron su vida.

El autor. Ernst Ludwig Kirchner (Alemania, 1880 Suiza, 1938)

El ‘degenerado’ que odiaban los nazis

K irchner fue fundador del grupo expresionista Die Brücke (El Puente), creado en Dresde en 1905, al que más tarde se unirían también Emil Nolde o Max Pechstein. En 1911 se trasladó a Berlín, ciudad en la que realizó algunas de sus célebres pinturas de escenas de calle y de la sociedad bohemia berlinesa. En 1917 Kirchner se retiró a Davos (Suiza), donde sufrió graves depresiones. A finales de los años 20, su arte es declarado degenerado por los nazis y en 1937 confiscaron 639 de sus pinturas. Destruyeron la mayoría. Un año después, el pintor se suicidó.

1. Las protagonistas. dos hermanas. Kirchner conoció a las hermanas Erna y Gerda Schilling poco después de llegar a Berlín, en 1912. Ellas trabajaban como bailarinas en un local nocturno. Tras un romance inicial con Gerda, Kirchner comenzó una relación con Erna, la mayor de ellas y con un aire melancólico, aquí representada con un vestido verde y el pelo recogido en un moño. Finalmente, Erna se convertiría en su compañera sentimental hasta su muerte, en 1938.

2. El instante. de noche con rímel. Muy maquilladas con labios rojos y pestañas largas y negras, Erna y Gerda parecen prepararse para salir. El cuadro se pintó en 1913, el mismo año en que apareció la primera máscara de pestañas hecha a base de vaselina y polvo de carbón. Erna lleva sandalias con tacones de vértigo, y los vestidos con sus cuellos altos pintados con exageradas pinceladas alargadas se parecen mucho a las kokotten que Kirchner pintó en otras escenas.

3. Simbología. lavarse las manos.La escena tiene como elemento central un aguamanil. El agua es el símbolo de la inocencia y de la pureza. Erna introduce sus manos con un gesto intenso. Parece concentrada, no es un lavado de manos rápido que se hace de paso. Por ello Kirchner pudo tener un significado simbólico en mente con esta representación, debido a que ambas pertenecían al mundo de la noche, de la bohemia y de los marginados.

4. La composición. un doble retrato ambiguo. La composición con la que entrelaza a las dos mujeres es muy poco habitual. Se mueve entre una escena de baño y un doble retrato, fundiendo la intimidad con lo público. Las figuras ocupan todo el plano. La postura diagonal del cuerpo de la mujer representada con el color rosa es cortada por la línea ondulada vertical de la segunda figura, ligeramente agachada, creando un entrelazado un tanto caótico que dificulta distinguir algunos contornos.

5. El estilo. una nueva visión de la mujer. La relación que Kirchner mantuvo con las dos mujeres a partir de 1912 y la fascinación que en él suscitaba la apariencia física de estas hermanas lo llevaron a un cambio de representación de sus retratos femeninos. Las hasta entonces ovaladas formas se transforman en cuerpos y rostros delgados y estilizados con perfiles angulares que se convierten en sinónimo de la mujer moderna de la gran metrópoli.

6. El color. el máximo contraste. La paleta de Kirchner ‘exclama’ una gran fuerza a partir de un contraste cromático extremo que refleja, ante todo, un estado de ánimo y renueva el espacio. El blanco, casi impoluto, de los cuellos altos y del aguamanil contrasta con los intensos tonos de los colores primarios que predominan en el cuadro. el rojo, el azul, el verde y los tonos chillones del rosa y amarillo, muy característicos en él durante su época en Berlín.

 

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