El número de adultos que se someten a tratamientos de ortodoncia se ha multiplicado. ¿Causas? El perfeccionamiento de la técnica, la invisibilidad de los nuevos métodos y la importancia de lucir una buena sonrisa. Por Daniel Méndez
. El ‘boom’ de la estética dental
Hace ya más de diez años, el actor Tom Cruise acompañó a sus hijos a la consulta del dentista en Beverly Hills para una revisión de la ortodoncia de los niños.
El ‘boom’ de la estética dental
Cuando salió de allí, era él quien tenía un plan de acción para corregir su sonrisa. Entonces, Tom Cruise estaba a punto de cumplir 40 años (hoy tiene 53) y la prensa se hizo eco de su cambio de look. Ha pasado más de una década de aquello, pero el fenómeno de los brackets en adultos no ha hecho más que aumentar. Los especialistas coinciden en que, hoy en día, cualquier clínica especializada cuenta con un 50 por ciento de pacientes adultos. Otras cifras elevan el porcentaje hasta el 60 o el 65 Cuando antes ocho de cada diez pacientes eran menores de edad.
El 80 por ciento de los encuestados afirma que la sonrisa es la mejor carta de presentación
Hasta hace unos años se asociaba la ortodoncia al adolescente tonto y feo. ¡A Betty la fea le ponen brackets! Es una manera muy torticera de manejar los aparatos de ortodoncia. ¡A mí me parecen preciosos!, explica Luis Alberto Bravo, profesor y director del Máster en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial de la Universidad de Murcia. Una mala mordida ocasiona a veces enfermedad, pero yo diría que es solo un diez por ciento de los casos. Hay un importante componente social en el incremento de la ortodoncia en adultos. Pero no lo quiero llevar al terreno de la cosmética. Es algo mucho más profundo. la salud, según la OMS, no es la ausencia de enfermedad, sino el bienestar físico y psicológico de uno consigo mismo. Y, desde este punto de vista, el que uno se encuentre satisfecho con su dentadura está relacionado con la salud.
La edad gasta la sonrisa
La mayor afluencia de adultos a la sala de consultas no se debe solo a cambios sociales. Los dientes continúan moviéndose durante toda la vida. La mitad de los pacientes del doctor Juan Carlos Pérez Varela, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia, son adultos. Con la edad, los dientes se van desgastando y la línea de la sonrisa va descendiendo. Es decir, que con el paso de los años cada vez se ven menos los dientes superiores y se ven más los inferiores. La mayoría de nuestros pacientes continúa el especialista viene para mejorar la estética de su sonrisa; otros tienen mucho apiñamiento que se debe corregir. Cuando los dientes están apiñados, es más difícil cepillarse y hay más posibilidad de sufrir una enfermedad periodontal.
Un 68 por ciento de los encuestados se practicaría una ortodoncia para mejorar la salud y el aspecto de sus dientes
De sonrisas hablaba precisamente el llamado Informe de la sonrisa, publicado por la Sociedad Española de Ortodoncia Invisible: un 68 por ciento de los encuestados se practicaría una ortodoncia para mejorar la salud y el aspecto de sus dientes. Y el 80 por ciento afirmaba que la sonrisa es la mejor carta de presentación. Desde que me sometí al tratamiento, salgo en todas las fotos sonriendo , explica Rocío Muñoz Mota. Rocío tiene ahora 41 años y trabaja en el departamento de marketing de una editorial. Hace cinco años que terminó un tratamiento que se prolongó durante tres años. Las dos primeras semanas estás en estado de shock, pero al final lo incorporas en tu día a día y el tiempo se pasa muy rápido. Rocío optó por los aparatos linguales. se colocan en la cara interna de los dientes, de modo que son invisibles. Es la alternativa más discreta, aunque también más compleja y más cara que el bracket de toda la vida. Dolores Oteo Calatayud, profesora en la Universidad Complutense de Madrid, ortodoncista en la Clínica Dental Terrón y Oteo y vocal del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid se aventura, con toda cautela, a dar una idea aproximada del coste de estos tratamientos. la ortodoncia vestibular el bracket de toda la vida viene a costar en torno a 3000 o 4000 euros. La ortodoncia lingual oscila en torno a los 5000 o 6000 euros; y por esta cifra se mueven también las férulas transparentes o alineadores.
La propia doctora Oteo se sometió a una ortodoncia a los 50. Optó por la ortodoncia lingual. Se declara entusiasta de esta técnica. Los aparatos tienen que estar indicados para cada caso. Es el especialista el que debe analizar qué técnica es aplicable , subraya. La doctora y los ortodoncistas entrevistados para este reportaje recomiendan que se acuda a un especialista de confianza y titulado.
Cuidado con lo muy barato
En un momento en que ha estallado el escándalo con algunas clínicas low cost, la doctora Oteo advierte. No hay que confiar en que un tratamiento baratísimo va a dar el mismo resultado que un tratamiento más caro. Nadie da duros a pesetas.
Una mala mordida provocada por un madentadura puede provocar cefaleas, movilidad en los dientes, ronquidos o apnea del sueño
Los riesgos que se corren por ponerse en las manos equivocadas son graves. La doctora María Luisa Ramírez de Arellano ha visto de todo. Hago un 30 por ciento de correcciones de otros tratamientos. ¡Una barbaridad! En algunos casos, simplemente no han cumplido sus objetivos. Pero en otros una mala praxis médica ha causado yatrogenia , es decir, un acto médico dañino. Corres el riesgo de perder toda la boca. yo he visto una radiografía en la que se veía que el hueso había desaparecido. Los dientes estaban sujetos por los brackets . Recuerda que hace dos años una mujer acudió a su consulta acompañando a su hija. La doctora se fijó en la madre y le preguntó. Y usted ¿no tiene ningún problema? Tuvo buena vista. El relato era estremecedor. Se había sometido 12 años antes a un tratamiento por un pequeño apiñamiento inferior. Le cambiaron la oclusión dental y provocaron un desequilibrio que afectó a todo su organismo. Sufría mareos, vértigos, náuseas, cefaleas Finalmente le diagnosticaron una depresión. Por un tratamiento de ortodoncia mal hecho, prácticamente la dejaron sin vida , concluye la doctora. Con un nuevo tratamiento ha ido mejorando la mala oclusión y finalmente ha recuperado su vida. La clave es el diagnóstico, concluye la especialista.
Una mala mordida provocada por un madentadura puede provocar cefaleas, movilidad en los dientes, ronquidos o apnea del sueño. El tratamiento suele exigir un trabajo en equipo del dentista, el ortodoncista, el cirujano ortognático (que atiende deformidades faciales), el periodoncista Este ha sido el caso de Francisco Rodríguez Pérez, guardia civil de 40 años. Tenía la mandíbula un poco desplazada. Además de los brackets, me sometí a una cirugía maxilofacial. Pago 350 euros al trimestre, pero ha sido un dinero bien invertido , dice.
Adaptarse al aparato
Desde la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia recomiendan que la primera visita se realice a los seis años de edad, que es cuando erupciona el primer molar. Antes de alcanzar la edad adulta, resulta más fácil y rápido realizar un tratamiento de ortodoncia. Pero cualquier edad es buena, afirma el doctor Pérez Varela. En una semana concluye, el 99 por ciento de los pacientes se adapta perfectamente al aparato. Un precio leve ante la satisfacción de la sonrisa perfecta.
Los distintos tratamientos que elegir
Estas son las opciones más empleadas, cada una con sus ventajas e inconvenientes. El especialista recomendará una u otra en función de cada caso particular. Escuchémosle.
‘BRACKET’
El ‘aparato’ de toda la vida
Sigue siendo el modelo de referencia, sobre el que se mide la efectividad de los demás , explica el doctor Luis Alberto Bravo, firme defensor del bracket vestibular. Es el que yo elegí para mis hijos , subraya. Sostiene que el más efectivo sigue siendo el bracket metálico, que nació hace un siglo y se ha ido perfeccionando. Es el más barato. Hay opciones más discretas, siempre en la parte visible de los dientes, como los brackets cerámicos, que adoptan el color del diente. Pero en este caso los arcos de alambre sí son metálicos. Es una opción altamente recomendada y más económica que el resto. Aunque depende de cada caso, puede rondar entre los 2000 euros para los casos más sencillos y los 3000 o 4000 euros de media.
‘BRACKET’ LINGUAL
Totalmente invisible
Situado en la cara interna de los dientes de ahí el apelativo lingual. pues está en contacto con la lengua, es el único bracket realmente invisible. Puede ser tan efectivo como el tradicional, pero su aplicación es más compleja. También es más caro. Un tratamiento medio ronda los 6000 euros. A cambio, son más cómodos, ya que la lengua es más resistente que la mucosa de los labios y, por tanto, suelen producir menos llagas y rozaduras. Este tipo de brackets y el de la cara frontal de los dientes funcionan de una manera similar. se adhieren a cada diente mediante una pasta de resina. La presión sobre los dientes la ejercen los arcos de alambre elástico. Cada cierto tiempo, el ortodoncista reajusta el arco para renovar la presión.
FÉRULAS TRANSPARENTES
Discretas y de quita y ponSon placas de quita y pon, aunque para que cumplan su función hay que llevarlas puestas prácticamente las 24 horas del día, extrayéndolas solo para comer y para lavarse los dientes. Son discretas, pero no invisibles, y están recomendadas solo para los casos más sencillos, ya que tienen un alcance más limitado. A lo largo de un tratamiento entre 18 o 24 meses se emplean en torno a 25 o 30 alineadores como también se llaman las férulas . se cambian cada dos semanas aproximadamente, para lograr un desplazamiento paulatino de los dientes. Tiene un coste similar al bracket lingual, aunque está indicado solamente para casos leves, como diastemas (separación de dientes) reducidos o apiñamientos de menos de 4 milímetros.
El trabajo de los pioneros
En el siglo XIX hubo profesionales que utilizaban incluso alambres de piano para corregir la posición de los dientes , explica María Luisa Ramírez de Arellano. En la imagen se aprecian los anclajes extraorales que empleaba Edward Hartley Angle para mover la arcada dentaria superior hacia atrás. Se sigue empleando un método similar en casos de protrusiones maxilares. A la derecha, aparatos de corrección con láminas de oro que presentó, a mediados del XIX, J. M. Alexis Schangé.