Cómo tecnoalterar la política
¿Cómo se pueden ‘hackear’ las campañas electorales? Por Carlos Manuel Sánchez
1. INFILTRACIÓN
‘Hackear’ el registro electoral
Para inyectar un código, los hackers se aprovechan sobre todo de los funcionarios que se conectan a la intranet de su trabajo a través del móvil o de la tableta. Suelen ser sistemas anticuados.
En Filipinas, por ejemplo, se han robado 15 millones de huellas dactilares de votantes y los datos de millón y medio de pasaportes. Una contraseña se puede cambiar, pero una huella dactilar no.
2. EL VOTO ELECTRÓNICO
Amenaza persistente
«No hace falta ingeniería espacial para hackear el voto electrónico», asegura Joe Kiniry, un experto en programación.
Se trata de elegir un ‘Estado llave’, aquellos donde el voto puede ser decisivo. Hay 5000 jurisdicciones electorales y cada una es diferente. La mayoría de las máquinas están precintadas, pero con la inserción de un simple pendrive se pueden reprogramar. Y resulta aún más sencillo hacerlo a distancia.
Las máquinas no están conectadas a Internet el día de las elecciones, pero pueden haber sido atacadas durante una actualización de software; y el virus permanecer semanas latente.
3. APAGÓN
El juego sucio
Tumbar el sistema informático en uno o varios Estados o realizar un ataque a menor escala en varios colegios electorales son otras amenazas que se deben considerar.
Ya se hizo en Ucrania, aunque los técnicos consiguieron ‘resucitar’ los ordenadores a tiempo.
También se pueden colapsar las centralitas de los colegios electorales con miles de llamadas telefónicas pregrabadas. O incluso ‘cortar’ la luz durante horas con un ataque a la red eléctrica en algunos pueblos o ciudades pequeñas. En última instancia se podría borrar o modificar el signo de un número indeterminado de votos.
4. LAS REDES
Traficar con el algoritmo
Las redes sociales también han cambiado la manera de hacer campaña.
Miles páginas se confeccionan a medida del algoritmo de Facebook para escalar posiciones en el feed o lista de lectura de cada votante potencial.
Son el nuevo paradigma y utilizan los trucos más efectivos de la propaganda. Por eso, el meme es la nueva unidad básica de información política.
Una imagen y un texto muy simples, donde el sarcasmo sustituye al análisis. Y la veracidad es secundaria. Lo que importa es el tráfico. Y el primer beneficiado de ese tráfico es precisamente Facebook.