Es, según la Unesco, el mejor museo del vino del mundo. Reúne más de 20.000 piezas de lo más variadas: cálices, estatuas, mosaicos, la copa en la que bebía Ramsés II, obras de Picasso… El Museo de Bellas Artes de Bilbao muestra una selección de grabados de su colección. Por Fátima Uribarri
Como un inmenso gabinete de curiosidades, el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, situado en Briones (La Rioja), posee más de 20.000 piezas. Hay de todo. La colección comenzó recopilando enseres, prensas y maquinaria desechados en los años setenta… y ha ido creciendo hasta reunir tesoros como una copa que perteneció al faraón Ramsés II, 11 Picassos, esculturas y sarcófagos romanos, marfiles, mosaicos, tablas flamencas, más de 10.000 libros en su fondo documental (incluidos incunables), sellos, monedas e incluso la mayor colección del mundo de sacacorchos (con más de 7000 piezas). Y, por supuesto, también hay vides, hasta 220 variedades que se custodian en El Jardín de Baco, una sala exterior del museo.
Es tal la acumulación de obras de arte y objetos relacionados con el vino que la Unesco lo ha declarado mejor museo del mundo de su categoría y a sus promotores, la familia Vivanco, les han pedido asesoramiento desde Burdeos, Georgia y Argentina, donde se planea abrir centros similares.
Ánforas, pellejos, barricas, botas, odres, botellas y otros objetos utilizados para almacenarlo y transportarlo, incluyendo cálices eucarísticos; el trabajo de los toneleros, vidrieros o artesanos del corcho; las labores posteriores a la vendimia, el trasiego, clarificado, filtrado; las bombas, filtros, canillas, carretas y demás instrumentos y herramientas del mundo vitivinícola… El museo expande su campo de interés en todas direcciones: incluso posee una minuta de la cena en la que se celebró la botadura del Titanic.
Dos exposiciones coinciden ahora con fondos de este centro: Vivanco pensando en vino 40 años de coleccionismo, en Briones, y La cultura del vino: maestros del grabado de la Colección Vivanco, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, adonde han viajado 76 grabados de la colección Vivanco.
En Bilbao se pueden admirar desde grabados del siglo XV, como Bacanal con un tino, de Andrea Mantegna, inspirado en el Apollo Belvedere, hasta obras de creadores de las vanguardias del siglo XX como Marc Chagall, Juan Gris, Joan Miró o los artistas pop Roy Lichtenstein y Andy Warhol. La lista de creadores incluye a grandes maestros como Alberto Durero, Lucas van Leyden y alcanza hasta Antonio Saura, Eduardo Chillida, Eduardo Arroyo o Miquel Barceló.
El vino da para mucho. Con una colección tan enorme como la de este museo, con piezas de hasta 3000 años de antigüedad, se pueden montar muchas exposiciones temporales. las ha habido dedicadas al vino y el judaísmo, la religión, la mujer…
Los Vivanco -ya van por la cuarta generación de bodegueros- siguen buscando piezas para enriquecer su colección: «Queremos continuar compartiendo la cultura del vino», explica Santiago, director general de la fundación que se ocupa de este museo singular.