Los hijos de Yavé: rituales religiosos

Todas las religiones tienen sus prácticas, pero los rituales religiosos llevados a cabo por los judíos ortodoxos son especialmente fascinantes por su cuidada puesta en escena. El israelí Abir Sultan los ha fotografiado de forma exquisita. Por Lourdes Gómez

La boda alegre

Una joven espera con sus familiares el comienzo de su boda con el hijo de un líder de la dinastía jasídica Nadvorna. En la ceremonia, la novia no puede enseñar el rostro. La boda concluye cuando el novio rompe una copa de vino, símbolo de alegría en la tradición judía. Romperla es una expresión de tristeza por la destrucción del Templo de Jerusalén. El judío siempre debe «establecer Jerusalén por encima de su más alta alegría», uno de los mayores rituales religiosos, la celebración de su matrimonio.

Fruto de la tierra

La festividad de Tu Bishvat, o Año Nuevo de los Árboles, se celebra en enero, cuando en Israel empieza a florecer la vegetación. Se festeja la naturaleza. Se comen frutos y se plantan árboles. La Torá enseña que la naturaleza debe ser respetada, aun en tiempos de guerra.

El pan ácimo

La matzá es un pan ácimo, plano, elaborado sin levadura para la Pascua judía. Los ultraortodoxos lo fabrican en un cuarto esterilizado. Simboliza la prisa con la que huyeron los judíos de Jerusalén, sin tiempo para echar la levadura. La hostia que se usa en la Eucaristía católica es un derivado de la matzá.

El sacrificio

La Pésaj o Pascua conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. Durante la celebración se sacrifica un cordero, que es un símbolo del primogénito de la familia, que se estaba dispuesto a ofrecer a Dios.

Arrepentíos

El Yom Kipur celebra el perdón y el arrepentimiento. Ese día está prohibido comer, beber, mantener relaciones conyugales o cualquier tipo de limpieza corporal, incluido cepillarse los dientes. Culmina cuando suena el shofar (un cuerno de cabra o antílope), que marca la conclusión del ayuno.

Ahora eres libre

Los hijos primogénitos de los judíos ortodoxos tienen que pasar por una ceremonia para ser ‘liberados’. De lo que se los libera es de la obligación de servir en el templo porque, según su fe, al ser el hijo mayor está destinado a Dios. El ritual se llama Pidión HaBén o ‘rescate del primogénito’. Se viste al bebé de gala y se lo adorna con joyas. Luego, el rabino lo redime a cambio de cinco monedas de plata que le entrega el padre.

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