El pasado verano, la tierra tembló en el centro de Italia. Casas, iglesias, escuelas…, el desastre fue total. Más de medio año después, en el crudo invierno de los Apeninos, los damnificados se sienten abandonados. Así es la vida hoy en Amatrice, la zona cero. Por Daniel Méndez
Corrupción desde los cimientos
La mitad de las casas en Amatrice aún son ‘no aptas’ para vivir. Los vecinos hablan de burocracia y ayudas que no llegan, de la desidia de Roma y Bruselas y, sobre todo, de la corrupción y las malas construcciones. Un ejemplo: la escuela, de 2012, debía ser, por ley, a prueba de seísmos… No queda nada de ella.
Tierra sin tregua
La tierra ha temblado más de 56.000 veces desde agosto y Amatrice no es la única que ha visto caer casas, iglesias, escuelas y hospitales en estos meses. El 18 de enero, otros cuatro temblores superaron los cinco grados. En la foto, vecinos de Montereale preparan sus camas en una gran tienda en las afueras de la localidad.
Hasta los muertos…
Los temblores aumentan el riesgo de derrumbe de aquellas construcciones que permanecen dañadas. En el cementerio de Amatrice, por ejemplo, hay ataúdes al descubierto. El alcalde avisa: «Tenemos un grave problema sanitario».
El hartazgo
Hace unas semanas los vecinos de Camerino, otra localidad afectada, denunciaron en Roma la situación que viven. «Es como un paisaje bélico», cuentan. Pasa el tiempo y, pese a la solidaridad, sigue faltando lo más básico.
Vidas paralizadas
Italia gasta tres mil millones al año en tareas de reconstrucción. Aun así, ejemplos como el de L’Aquila (a 60 kilómetros), arrasada en 2009 por otro seísmo y todavía con problemas, desalientan a los vecinos de Amatrice que viven entre caravanas y comedores públicos.
Ayuda alternativa
En los primeros meses, bomberos, ejército, empresas y voluntarios retiraron 350 toneladas de escombros por día. Muchas calles, sin embargo, son aún pasillos entre inmensas hileras de cascotes. La gente sale adelante gracias a la solidaridad, la familia, asociaciones y ONG que han llegado donde no lo ha hecho el Gobierno.
Y llegó el invierno…
En Amatrice murieron 238 personas en un seísmo que también causó daños por 24.000 millones de euros. Ha pasado más de medio año y la reconstrucción no avanza. «Hemos sufrido el invierno más riguroso de los últimos 25 años y con más nieve desde 1954 -dice el alcalde, Sergio Pirozzi; muestra de la desesperación reinante-. No sé qué mal le hemos podido hacer a Cristo».
