Excavaciones en el centro de la capital mexicana revelan nuevos secretos sobre la gran civilización precolombina. Por F. G.
Más de 65 cráneos hallados en pleno centro de la capital federal. No, la Policía no acaba de descubrir una fosa común con víctimas del narco mexicano. Hablamos, más bien, de arqueología. De las excavaciones que han sacado a la luz los restos de dos estructuras con calaveras de hombres, mujeres y niños sacrificados por los aztecas hace 500 años y que han dado la vuelta a todo el entendimiento sobre los sacrificios de aquella civilización. Se creía hasta hoy que en estas torres, amalgamadas con cal, arena y gravilla, solamente se insertaban cabezas de guerreros vencidos. «Pensábamos hallar solo jóvenes guerreros, así que se podría pensar que las mujeres y los niños también iban a la guerra», revela un antropólogo del equipo investigador.
Las calaveras, cuya representación está tan arraigada en la cultura mexicana, forman una torre de seis metros de diámetro y altura por determinar, ya que la base sigue enterrada y puede que allí aparezcan muchas más.