Es rarísimo padecerlo porque sus células apenas se dividen
Solo entre el 0,3 y el 0,001 por ciento de los cánceres son de corazón. Las células malignas se caracterizan por su enorme capacidad de división: se replican sin fin y terminan provocando un cáncer. Pues bien, las células miocárdicas apenas se dividen; eso sugiere que, aun cuando alguna de estas células pudiera malignizarse, no habría mitosis, réplicas, expansión: el problema empezaría y terminaría en ella.
Esto es casi siempre así: en casos extremadamente infrecuentes se puede llegar a producir un tumor cardiaco. La gran mayoría de ellos -el 90 por ciento- son benignos. El más habitual es el mixoma auricular, un tumor no canceroso que suele iniciarse en el tabique que separa ambos lados del corazón. Su tratamiento es quirúrgico y en algunas ocasiones también se precisa un reemplazo de la válvula mitral. En casos aún más raros puede llegar a desarrollarse un tumor maligno en el corazón como el angiosarcoma o sarcoma cardiaco. Su ubicación dificulta la cirugía, por lo que se aconseja el trasplante o el autotrasplante: extraer el corazón, eliminar el tumor y volver a implantarlo en su cavidad.
OTRAS CUATRO CURIOSIDADES DE NUESTRO ORGANISMO
¿Por qué temblamos cuando tenemos frío?
Cuando baja la temperatura, la piel envía una señal al hipotálamo posterior del cerebro, que a su vez emite órdenes a distintos órganos para intentar mantener los 37 grados de la temperatura corporal.
Los vasos sanguíneos se contraen. A los músculos les toca la misión de moverse para generar calor. Ellos provocan los temblores.
¿Qué son las legañas?
Para eliminar el polvo y otras impurezas, cada día parpadeamos unas 11.000 veces y los lubricamos con un centilitro de lágrimas.
Las legañas pertenecen al ‘equipo’ de limpieza ocular. Glándulas de los párpados segregan un gel que recoge las células epiteliales muertas de las pestañas, polvo y otras partículas. Las legañas son este gel, ya seco, y la suciedad que ha recopilado.
¿Están en extinción las muelas del juicio?
Tenemos el mismo número de dientes que el chimpancé, pero mucho menos espacio. No nos caben los terceros molares y, además, ya no los necesitamos para masticar semillas y granos sin cocer; son un órgano vestigial.
Terminarán por desaparecer y, de hecho, cerca del diez por ciento de la población mundial ya nace sin ellas. Son pasos de la evolución.
¿Es contagiosa la risa?
Hay una ruta neuronal para la risa: cuando oímos a alguien reír, se activan en nuestro cerebro las mismas regiones que empleamos para mover los músculos que dibujan una sonrisa en nuestro rostro.
Las neuronas espejo del cerebro nos impulsan a unirnos a la risa del otro. Y cuanto más expresiva sea la risa ajena, en mayor medida reaccionará nuestro cerebro.
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