La belleza de construir un lápiz
A los empleados les cuesta varios días conseguir que las manos se les queden completamente limpias.
"¿No es increíble todo lo que puede tener dentro un lápiz?" -Quino, humorista gráfico argentino
Esta máquina añade las virolas de metal y las gomas. En la otra página, un técnico manipula el grafito antes de meterlo en el horno. En el sótano de la General Pencil Company (Jersey, Estados Unidos), donde los trabajadores procesan el carboncillo, todo es gris. Y casi la totalidad del trabajo se hace manualmente.
"Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo" -Malala, premio nobel de la paz (2014)
La mina es una mezcla de grafito fino y arcilla que se cuece en hornos. Los ‘corazones’ de los lapiceros emergen de las máquinas como
pasta fresca, lista para ser cortada en diferentes largos. Luego se seca y se coloca dentro de sus caparazones de madera de cedro. Los de algunas pinturas son muy frágiles y se ponen a mano.
"En las cajas de lápices guardan sus sueños los niños" -Ramón Gómez de la serna, escritor español
Algunas partes de la fábrica, como las dedicadas a los pasteles, son explosiones de color. El mundo digital no ha podido con esta industria. Las empresas europeas que dominan el sector, las alemanas Stabilo, Staedtler y Faber-Castell, han crecido un 15 por ciento el último año. La causa, dicen, es el aumento de los artistas aficionados y principiantes del dibujo.
"El ordenador no es más que un lápiz sofisticado" -Jean Giraud, ilustrador francés
Después de recibir la primera capa de pintura, los lapiceros vuelven a la máquina transportadora para repetir el proceso. La mayoría de los lapiceros lleva cuatro capas de pintura. La madera se ha cortado previamente por la mitad; luego se coloca la mina y, a continuación, la otra mitad de cedro. Todo junto se hornea durante unos 90 minutos.
"A tinta y a lápiz se escriben todos los versos del mundo" -João cabral de melo, poeta brasileño
A los lápices se les saca punta haciéndolos girar sobre un cinturón de arena. El grafito se descubrió en 1564, cuando una tormenta en Borrowdale (Inglaterra) derribó decenas de árboles y dejó al descubierto una sustancia negra desconocida. Era una veta de grafito natural o ‘plomo negro’. Los pastores usaron trozos para marcar a sus ovejas, y los más avispados empezaron a venderlo en Londres con el nombre de ‘piedras de marcar’.
"El lápiz: 'Yo soy el rey de la escritura'. La goma: 'No seas tan presumido, criatura'" -Gloria fuertes, poeta española
Las virolas -la banda de metal que sostiene las gomas- en un contenedor que las traslada a la máquina de ensamblaje. El fotógrafo nos permite ver que algo tan simple como un lápiz se descompone en piezas aún más sencillas. Es «la magia estética de la escala».
Un lápiz tiene algo mágico. Por su sencillez y por todo lo que se puede crear con él. Hasta su construcción puede resultar algo bello e inspirador, como demuestra este reportaje fotográfico. Por Judy Clarke / Fotos: Christopher Payne
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