Vive en Loureses, su pueblo natal y la parroquia de Ourense que investigó para un libro canónico de la antropología española. Se desplaza hasta Xinzo de Limia para comprar el periódico. «Voy andando siempre que puedo, 22 kilómetros entre ida y vuelta. Si no camino, me anquiloso». Por C. M. Sánchez
• El secreto de la longevidad: los ‘inmortales’ de Ourense
XLSemanal. Sorprende ver a gente tan mayor y tan activa…
Manuel Mandianes. Aquí siempre hubo ancianos, con 80 y 90 años, en perfecto estado. Trabajan
en el campo, con tractores y todo. Pero si los sacas de aquí, si se van a vivir con los hijos a la ciudad, a los tres meses enferman y se mueren. De tristeza, desubicados.
XL. ¿Cuál es el secreto de la ‘inmortalidad’?
M.M. La gente del rural no sabe lo que es el estrés. Aquí, el ritmo lo marcan las estaciones. Y tampoco hay depresión. Son enfermedades modernas. A la depresión se la llamaba ‘manía’, pero era genética. Depresión social no existía. Y nadie se quedaba escondido en casa. La comunidad asume el papel de
la asistencia social. Es algo natural.
XL. ¿No se sienten solos?
M.M. No. Aquí es imposible que alguien muera en casa y pasen meses sin que nadie se entere. Vives solo, pero no estás aislado.
XL. ¿Se está perdiendo ese tejido social?
M.M. Sí. En verano vienen los hijos, tienen coche, van a comprar a Xinzo, pero los viejos se niegan. Compran a los vendedores ambulantes, que son parte de su comunidad.
XL. ¿Y la dieta atlántica?
M.M. He tenido muchas discusiones. Los gallegos no trabajamos menos que los catalanes, pero vivimos más, a pesar de que tomamos la dieta atlántica, que incluye tocino, pero también mucha verdura. La berza gallega es una escoba, se lo lleva todo. La carne se consume sobre todo en invierno.
Y, con el frío que hace, son grasas que hacen falta. En verano, las comidas son más ligeras.
XL. Usted ha estado en Japón, ¿alguna conexión entre Okinawa y Ourense?
M.M. Hay coincidencias. Los campesinos saben escuchar. Y luego está la cultura de los muertos. Los antepasados forman parte de la comunidad. La refuerzan.
XL. ¿Cómo?
M.M. Nosotros nos reuníamos a la tarde alrededor del fuego y se contaban historias. Son seis generaciones en la cocina. Abuelo, padre, hijo; que son los vivos. Y las tres generaciones anteriores, a las que se recordaba. Es una comunidad simbólica, pero muy importante, porque cohesiona.