Grandes maestros del arte en plena inspiración
Tras las grandes obras de arte se acumulan muchas horas de trabajo, desdicha, ilusión… Olivier Widmaier, nieto de Picasso, ha seleccionado imágenes de grandes artistas en esos momentos de soledad y creatividad. Por Fátima Uribarri / Fotos: Pages François / Vital Ren / Saulnier Tony / Hélène Jeanbrau (Paris Match / Contacto)
1 Jean Cocteau, 1957: El mar cura las heridas del amor · Jean Cocteau llegó herido a Villefranche-Sur-Mer en 1924. su gran amor, Raymond Radiguet, había muerto un año antes. En este pueblecito mediterráneo encontró paz y se enamoró de la iglesia de San Pedro, del siglo XIV. había sido sede de un antiguo tribunal de pescadores, pero se había convertido en un destartalado almacén de redes y aparejos. Cocteau tardó años en convencer a las autoridades del pueblo para transformarla. Tras un duro año de trabajo, en 1957 culminó su gran obra, cinco frescos que cubren los techos de la Capilla de Pescadores, con escenas de la vida de San Pedro y del Mediterráneo.
2 Pablo Picasso, 1954: La chica que no se quería desnudar · Sylvette David tenía 19 años y un novio artista que hacía muebles metálicos en Vallauris, en la Costa Azul. Pablo Picasso les compró dos sillas. Se las llevaron en su vespino a La Galloise, la mansión donde el artista -de 73 años- vivía con Françoise Gillot. «Quiero pintar a Sylvette», dijo Picasso. La dibujó, pintó, esculpió en metal y cerámica, la mostró con realismo, con rasgos cubistas… Hasta 60 retratos hizo de Sylvette durante las semanas que la chica posó para él. Eran sesiones silenciosas. «Nuestra relación fue como de padrino y ahijada», explicó Sylvette, que nunca quiso cobrar como modelo para evitar que él le pidiera posar desnuda. Ella se convirtió en ‘la chica de la cola de caballo’ y después se hizo pintora y ceramista. De Picasso guarda un buen recuerdo [Sylvette aún vive]: «Conmigo fue siempre educado y delicado».
3 Marc Chagall, 1964: Escándalo en la ópera · Durante un año, Marc Chagall se dedicó a pintar los 220 metros cuadrados de la cúpula del auditorio central de la Ópera Garnier de París. Con 77 años cumplidos se subía a los andamios, a 20 metros de altura, a hacer retoques. La obra, en la que homenajea a grandes músicos, provocó una gran polémica. Hubo a quienes no gustó el llamativo contraste entre un escenario tan aristocrático y las chillonas figuras de aire folclórico ruso judío tan propias de Chagall.
4 Salvador Dalí, 1955: Ideas para Lady Gaga · La artista británica Lady Gaga no es tan original como parece. «Cuando ves esta imagen de Dalí y Gala en 1955, te das cuenta de que no se ha inventado nada», afirma Olivier Widmaier, nieto de Pablo Picasso y comisario de la exposición Revealed, que mostró fotografías de grandes creadores en sus talleres.
5 Joan Miró, 1962: El taller de sus sueños · «Mi sueño es tener un gran taller para tener espacio para muchas telas, ya que cuanto más trabajo tengo, más ganas me entran de trabajar», dijo Miró en 1938. Cuando se mudó a vivir a Palma de Mallorca, en 1954, encargó el diseño de un nuevo estudio a su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert, exiliado en Estados Unidos. Se intercambiaron ideas y planos por carta. El taller se abrió en 1956. Miró estaba emocionado, era como él quería. enorme y con la zona de trabajo y la de almacén bien separadas. La estructura de hormigón contrasta con un interior muy mediterráneo de terracota, piedra y bóvedas que emulan a las olas del mar. Allí fue feliz.