Inventó el cartelismo, disparó el color… Una gran exposición en París reivindica los atrevimientos del pintor Toulouse-Lautrec y su influencia en las vanguardias del siglo XX. Por Fátima Uribarri / Fotos: Getty Images y Cordon Press
Lo han llamado ‘el pintor de los burdeles’, pero ahora una exposición en el Grand Palais de París reclama para él un título más ajustado a su valía: Toulouse Lautrec decididamente moderno se titula y recopila 225 de sus obras para demostrarlo.
Henri de Toulouse-Lautrec fue moderno porque impulsó la litografía, inventó el cartelismo, realizó diseños y dibujos tan atrevidos que aún hoy sorprenden; sus encuadres eran cinematográficos; sus colores, estridentes; sus caricaturas se elevaban hasta la categoría de arte.
Mientras los impresionistas sacaban sus caballetes al aire libre, este aristócrata lisiado -que apenas superaba el metro y medio de altura por una enfermedad ósea, agravada a sus 12 años, cuando se le quebraron los dos fémures y dejó de crecer- se refugió en la noche parisina: se zambulló en ella.
Sus encuadres eran cinematográficos; sus colores, estridentes; y sus dibujos, muy atrevidos
Bailarinas y prostitutas son las reinas de sus acuarelas, estampas, ilustraciones y carteles: obras impregnadas de movimiento. Su estilo era fotográfico, espontáneo, vivaz. Fue un precursor de las vanguardias.
La ‘Belle Époque’ de París, la antesala de las vanguardias
El rey de la noche
En le Moulin-Rouge, de 1892. Están el pintor y varias de sus musas, como Jane Avril o La Goulue, bailarina de cancán. Toulouse-Lautrec pintaba en los cabarets y burdeles con trazos rápidos.
Las Pelirrojas
El artista tenía predilección por ellas. Esta es Carmen Gaudin, una modesta trabajadora (y a veces prostituta) que le gustó por su sencillez. Toulouse-Lautrec se sentía un desarraigado. Murió alcoholizado y con sífilis en 1901, a los 37 años.
Mujeres en la intimidad
El baño o La pelirroja es un óleo con clara influencia de su amigo Degas: la mujer está en una situación íntima, sin posar, y el punto de vista es en picado.
Fascinación japonesa
En el siglo XIX, el arte japonés comenzó a conocerse en el panorama artístico europeo. Influyó en los impresionistas y en Toulouse-Lautrec, aquí vestido con kimono nipón.
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