Giacometti, un genio de la pintura y escultura cuyas obras son percibidas como el ‘arte del existencialismo’. Un intento de representar la soledad humana en un mundo inseguro e inconcebible. Su obra más conocida ‘Hombre caminando’ es la más conocida y quizá la mejor representa la singularidad de su obra. Por S. M
1 La obra récord
En 2010, esta escultura de 1960 –Hombre caminando– se vendió en Sotheby’s (en Londres) por 74,1 millones de euros (104,3 millones de dólares), superando así el récord mundial conseguido hasta entonces.
2 Su más fiel autorretrato
Sus figuras solitarias suelen ser consideradas autorretratos. En el caso de este Hombre caminando, el propio artista lo confirmó. Así se lo solía ver él: con sus hombros caídos, siempre flaco, avanzando por las lluviosas calles de París.
3 Hombres en acción
En la posguerra, Giacometti crea sus primeras esculturas a tamaño natural: largas figuras femeninas con las piernas cerradas y los pies, fundidos a la peana. Las figuras masculinas, en cambio, siempre –como esta– en movimiento
4 Clásico y moderno
La pieza mide más de 1,80 metros y, como otras de él, alude a las figuras funerarias del antiguo Egipto, cuyas largas dimensiones reinterpretaba. Sus alusiones al pasado eran muy comunes, pero su estética, siempre moderna.
5 El dibujo previo, vital
Giacometti pasó por diversas etapas. Esculpió miniaturas, bustos, figuras cercanas a la abstracción… Lo único a lo que siempre fue fiel fue a los dibujos que realizaba antes de esculpir. Eran lo más importante de todo el proceso creativo.
6 Arcilla y bronce
Giacometti creó esta figura en arcilla, moldeándola y pellizcándola hasta lograr su aspecto final. Después confió a su hermano el trabajo de pasarla a bronce, conservando cada mella que él había creado en la arcilla original.