Los Fórmula 1 del aire
1 Un 'show' en el cielo y entre el público.
Con asistencias superiores al medio millón de espectadores. En la imagen, una escuadrilla sobrevuela el puente sobre el Bósforo, en Estambul.
2Los Fórmula 1 del aire
3 En escenarios únicos. Los pilotos Kirby Chambliss (en primer plano) y Michael Goulian durante la primera incursión de la Red Bull Air Race en Estados Unidos. Fue en 2007 en Monument Valley. La competición siempre busca escenarios con un toque especial: Shanghái, el Danubio...
4 Un subidón de adrenalina: durante las carreras, que consisten en realizar los zigzags marcados en el menor tiempo, los pilotos soportan aceleraciones de 10 G. «La sensación es como si un coche chocara contra tu pecho», explica el último campeón, Paul Bonhomme. En la imagen, sobrevolando el Danubio en Budapest.
5 Un motor para todos: esta temporada, todos los aviones deben usar el mismo modelo de motor: un propulsor Thunderbolt AEIO-540-EXP creado específicamente para la competición. Todos se fabrican en la factoría Lycoming de Williamsport, en Pensilvania (Estados Unidos).
6 Fabricación artesanal: los motores que se montan en las aeronaves ofrecen 300 caballos de potencia. Eso les permite volar a una velocidad máxima de 425 kilómetros por hora y realizar giros de 420 grados en un solo segundo. En la imagen, un técnico de Lycoming realiza pruebas con uno de los propulsores.
7 Controles extremos: el pack de propulsión de todos los aviones es idéntico: el mismo motor y las mismas hélices, realizadas en fibra de carbono. En la imagen, un operario de la factoría Hartzell, en Piqua (Ohio), examina el acabado de una de las palas que emplean los 20 aviones que participan en la competición.
8 El toque español. La Red Bull Air Race tiene dos categorías. En la Master Class participan los 12 mejores pilotos; en la Challenger Class, 8 aspirantes. Entre estos últimos está el madrileño Juan Velarde que en 2007 obtuvo la plata en el Campeonato del Mundo de Vuelo Acrobático