De pocas palabras
Armstrong era tan poco dado a hablar que el escritor Norman Mailer decía de él que «habla con tanta alegría como un perro cuando le arrancan la comida de entre los dientes»
¿Quién pisó primero?
Poner pie en el Mar de la Tranquilidad de la Luna solo era una etapa más del plan de vuelo. Pero cuando la NASA decidió que sería Armstrong el primero en bajar del módulo lunar, Aldrin se enfureció. De nada le valieron las protestas. Y nunca superó ser el segundo. Cuando se retiró cayó en una depresión. Alcoholizado, se ganó la vida como vendedor de coches hasta que consiguió rehabilitarse.
En realidad, lo de ser el primero dependió de una bisagra. La puerta del módulo se abría hacia dentro y Aldrin hubiera tenido que saltar por encima de Armstrong, literalmente, para salir.
El traje lavable
En la primera conversación telefónica con su madre al volver, le confesó que el traje estaba sucísimo de polvo lunar y de los imprevistos en los catéteres por donde orinaban durante las 30 horas que lo llevaron puesto. «No te preocupes, tráemelo que te lo lavo», le respondió su madre.
El recibimiento de un presidente
El presidente Nixon saluda a los astronautas en la cámara de descompresión tras regresar de la Luna.
Se negó a ser una leyenda
En cuanto salió de la cuarentena tras su regreso de la misión, empezó a desmarcarse. «Es posible que ir a la Luna no sea tan importane, pero es una buena manera de infundir una nueva dimensión al pensamiento de la gente, una especie de iluminación». Falleció en 2012 a los 82 años
No era muy dado a hablar de su hazaña ni tampoco quiso ser una leyenda. Aquí van algunas anécdotas sobre el primer hombre que pisó la luna
Armstrong, el hombre que no quería dejar huella
Nunca quiso ser famoso. Ni le dio mucha importancia a lo que había conseguido. Y eso que fue el primer hombre en poner un pie en la Luna. Una película…
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