Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos
Son algunas de las mejores investigadoras del mundo. La fotógrafa Herlinde Koelbel les pidió que posaran resumiendo su investigación en la palma de su mano. Este es el resultado. Fotografías: Herlinde Koelbl
1 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Frances Arnold, bioquímica estadounidense: «Jamás he tenido miedo a explorar por mí misma»
Se fue de casa con 15 años. Trabajó en una pizzería y como taxista antes de graduarse en Ingeniería Mecánica en Princeton. Más tarde estudió Biología y Química. Le fascinaban el ADN y la posibilidad de coescribir el código de la vida. Llevar la evo-lución a nuevas cotas, eso es lo que significan las dos curvas dibujadas en la palma de su mano. Ganó el Nobel de Química de 2018.
2 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Antje Boetius, oceanógrafa alemana: «En el mar, nunca dejaron de respetarme por ser mujer. En la ciencia, sí»
Su abuelo fue cazador de ballenas y los relatos de sus viajes la impresionaron. Estudió Biología Marina en Hamburgo, trabajó en California y, de vuelta a Alemania, se especializó en investigación de aguas profundas. Dirige el Instituto Alfred Wegener.
3 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Sangeeta Bhatia, biotecnóloga estadounidense: «Lo crucial es la libertad intelectual»
Su padre la llevó al MIT cuando tenía 15 años; él creía que podía ser una buena ingeniera, pero ella se inclinaba por la biología. Allí descubrió un campo en el que ambas convergían. «Me presentó a un amigo que trataba tumores con ultrasonidos. Aquello me fascinó». Hoy fabrica minúsculos órganos como «microhígados» para entender mejor su metabolismo y usa nanomateriales para mejorar el diagnóstico de enfermedades.
4 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Emmanuelle Charpentier, microbióloga francesa: «No solo hay una forma de hacer las cosas»
Para ser científica, dice Charpentier, hay que ser curiosa y perseverante. «Incluso ser un poco obsesiva. Y pensar en positivo porque hay muchos obstáculos en el camino». Todo ello la convirtió a ella en una científica merecedora, junto con Jennifer Doudna, del premio Nobel de Química en 2020. Su especialidad, el CRISPR/Cas, un método de edición genética que puede contribuir a erradicar numerosas enfermedades.
5 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Marcelle Soares-Santos, física brasileña: «Lo más importante es ser curioso y cultivar esa curiosidad»
De niña vivía en la Amazonia; su padre era minero allí. Una explosión en una mina despertó su interés por la física: «¿Por qué se ve la explosión antes de oírla?». Hoy rastrea el firmamento en busca de ondas gravitacionales. Como se lee en su mano, el principal objeto de su búsqueda es la energía oscura.
6 Científicas investigadoras: el futuro, en sus manos · Osier Faith, inmunóloga keniata: «Quiero inspirar a los jóvenes a impulsar el cambio en África»
Creció en Kenia con cinco hermanos; su madre era maestra y su padre, ingeniero. Estudió Medicina y vio morir a muchos niños de malaria. Investiga para acabar con esa enfermedad. Organizó un laboratorio de malaria en la Clínica Universitaria de Heidelberg (Alemania), donde cría a sus tres hijos con su marido.
Las imágenes de este reportaje son parte del libro ‘Fascinación por el saber’, editado por Knesebeck.