El bioinformático español Alfonso Valencia está detrás de la resolución de uno de los grandes problemas de la biología: la predicción de proteínas. Un avance que debería servir para acelerar y abaratar la elaboración de fármacos y vacunas. Por C. M. Sánchez/ Fotografía: José Colón

El logro de DeepMind al reproducir en 3D la evolución de las proteínas no hubiera sido posible sin el método fundacional para la predicción del plegado de proteínas, publicado hace 26 años por Alfonso Valencia, bioinformático, cuando hacía el posdoctorado en Heidelberg (Alemania). Valencia dirige ahora el Departamento de Ciencias de la Vida en el Barcelona Supercomputer Center.

XLSemanal. ¿Por hallazgos como el suyo le ‘cae’ a uno el Premio Nobel?

Alfonso Valencia. [Ríe]. No creo, es demasiado ‘friki’. El Nobel premia a científicos que han transformado el mundo. Quizá en unos años… Desde luego puede transformar la biología y la biomedicina.

XL. Entonces, ¿hasta qué punto es importante el avance de DeepMind?

A.V. Es una revolución. El problema del plegado de proteínas fue formulado hace 50 años. La inteligencia artificial lo ha resuelto en buena medida, aunque no del todo. Lo importante es que ahora sabemos que tiene solución.

XL. Explíqueme su idea…

A.V. Yo analizaba secuencias de proteínas humanas y las comparaba con las de otros animales para ver los cambios debidos a adaptaciones evolutivas. Vi que, cuando se producía un cambio de posición en un aminoácido, este se correlacionaba con otro en otra posición. Esto permite predecir puntos en un mapa 2D. Con muchos de esos puntos puedes dibujar una estructura tridimensional.

XL. Los investigadores de la filial de Google se han inspirado en su método y se han servido de bases de datos públicas. Sin embargo, no pondrán su inteligencia artificial al servicio de la comunidad científica…

A.V. Es frustrante, pero es comprensible. Están financiados por una compañía privada. Si investigan nuevos fármacos, querrán tener una ventaja. De todos modos, lo poco que publican sirve para hacer avanzar a los demás. Pero no proporcionarán el software a los epidemiólogos, por ejemplo. Y es una pena.

XL. El algoritmo de DeepMind para jugar al ajedrez era una ‘caja negra’, es decir, piensa de una manera que no entendemos. ¿Con las proteínas hace algo similar?

A.V. Solo en parte. Aquel algoritmo también hacía ‘tabla rasa’, partía de cero para no caer en prejuicios humanos. Pero en este se nota la mano del hombre.

XL. ¿Estamos más cerca de la singularidad, cuando las máquinas serán tan ‘listas’ que se independizarán de los humanos?

A.V. [Ríe]. Sí, es un pequeño paso. Pero queda un trecho.

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