La otra cara de los Nobel
Desde la creación del premio Nobel hace más de un siglo, 900 hombres y mujeres han sido galardonados. de Detrás de cada galardón se esconde un sabio, pero también una persona con su historia, sus manías, sus delitos…. Fotos: Cordon
1 Albert Einstein: nunca se lo dieron por la relatividad · Conocido por la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein obtuvo un premio Nobel, pero no por esa teoría. Lo ganó por sus trabajos sobre el efecto fotoeléctrico en 1921. A Iván Pavlov le sucedió algo similar. Famoso por el reflejo condicionado, ganó el premio (en 1904) por aspectos del funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
2 William Shockley: un premio impresentable · Premio de Física en 1956, era un ardiente defensor de la supremacía intelectual de la raza blanca. Su enorme vanidad le llevó también a donar esperma para un banco genético ‘Nobel’, un proyecto de factoría de genios. Inteligencia y sentido común no siempre van de la mano.
3 Marie y Pierre Curie: todo queda en casa · La pareja formada por Pierre y Marie Curie ganó en 1903, pero es poco conocido que su hija Irène obtuvo el de Química en 1935 con su marido, Frédéric Joliot. Además de los Bragg (padre e hijo) Karl Siegbahn ganó el de Física en 1924 y su hijo Kai en 1981. Carl Cori y su mujer Gerty, ganaron el de Medicina en 1947.
4 Otto Loewi: lo consultaré con la almohada · Este fisiólogo británico llevaba tiempo trabajando sobre la acción nerviosa. Una noche despertó con el experimento perfecto en la mente. Tomó unas notas en la oscuridad y se volvió a la cama, pero al día siguiente fue incapaz de entender lo que había escrito. A la noche siguiente volvió a despertar a la misma hora y con el mismo experimento en la cabeza. Esta vez no tomó notas, sino que fue al laboratorio. Su tesón le valió el Nobel de Medicina en 1936.
5 Linus Pauling: el genio pacifista · En 1954 ganó el premio de Química por sus trabajos sobre el enlace atómico. Pero él era un hombre de su tiempo y el poder de la recién nacida energía nuclear -de la que era uno de los padres- se convirtió en una fuente de preocupación. Al cabo de unos meses, encabezó numerosos movimientos de protesta contra el empleo militar de esta forma de energía y participó activamente en la firma del primer tratado de prohibición de pruebas nucleares. Ocho años después consiguió un segundo Nobel, el de la Paz de 1962.
6 Julius Jauregg: meteduras de pata · Estos premios no están exentos de errores que sólo hoy conocemos. El médico austriaco Julius Jauregg estaba convencido de que era posible a curación de la demencia meciante la inoculación de la malaria. El Comité Nobel también lo creía y le premió en 1927, pero el tiempo le ha quitado todo valor a sus extrañas investigaciones.
7 John Nash: el genio loco · Ni excéntrico ni raro. Loco. Esquizofrenia paranoide, ni más ni menos. Ése fue el diagnóstico que recibió John Nash en sus primeros años de profesor universitario en Princeton. Su oscuro historial clínico retrasó la concesión del premio de Economía hasta 1994, cuando ya contaba con 66 años y parecía perfectamente recuperado.
8 Jacinto Benavente: uno de los nuestros · La presencia de los españoles es, desgraciadamente, bastante discreta. Sólo dos españoles han obtenido el galardón en este terreno, en la categoría de Medicina: Santiago Ramón y Cajal lo logró en 1906 por sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso y Severo Ochoa, en 1959, por el descubrimiento de los mecanismos que regulan la síntesis biológica de los ácidos ribonucleico y desoxirribonucleico, fundamentales para la comprensión del funcionamiento de la información genética. Las letras sí nos han dado más alegrías, pues cinco escritores españoles figuran entre los ganadores. Desde José Echegaray, por cierto, un brillante matemático que lo recibió en 1904, a Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989).
9 Henri Dunant: altruistas y pobres · La dotación de los premios ha ido creciendo con el tiempo. Pero no faltan los espíritus generosos que lo son hasta el final. El Nobel de la Paz de 1901, Henri Dunant, destinó el dinero a la asociación por él creada y que le valió el premio: Cruz Roja. Murió pobre. Tampoco Pierre y Marie Curie quisieron lucrarse con su descubrimiento del radio y murieron en la pobreza. Otro tanto le ocurrió al padre de los Rayos X y Nobel de Física en 1901, Wilhelm Roentgen.
10 Francis Peyton: el paciente · En 1911, Francis Peyton Rous descubrió un virus que parecía ser responsable de una variante de cáncer. En 1966, ‘sólo’ 55 años después, su trabajo finalmente fue considerado lo suficientemente importante como para hacerse merecedor del premio. Sus 87 años en el momento de recibir el galardón lo convierten también en el laureado de mayor edad hasta entonces.
11 Bertrand Russell: ¿Y el de matemáticas? · Se dice que la abstracción puramente teórica nunca interesó a Nobel. Como las matemáticas no se traducían en avances y no hacían más fácil la vida de la gente quedaron excluidas de los premios. Pero las malas lenguas, apuntan otra explicación mucho menos intelectual: Nobel no tragaba a los matemáticos porque, según los rumores, fue precisamente un matemático quien entretuvo a su pareja durante las largas ausencias del químico sueco. Que le robó la novia, vaya. Los rumores apuntan a que el matemático casanova fue Gosta Mittag-Leffler, una de las mentes más influyentes de la época. También consta su mutua enemistad. Sin embargo, una veintena de matemáticos han recibido algún premio por otras disciplinas. En 1950, Bertrand Russell, autor de varios tratados matemáticos, pero también un brillante escritor, ganó el de Literatura.
12 Thomas Alva Edison: enemigos hasta el final · En 1912 sonaban dos ganadores para el apartado de Física: el genial estadounidense Thomas Alva Edison y el serbio Nikola Tesla. Pero este último, un personaje algo excéntrico, llevaba tiempo enemistado con Edison por un asunto financiero y se negó a compartir el galardón con él. El resultado: el premio recayó en un científico sueco de menor mérito, Nils Gustaf Dalén, y el inventor estadounidense jamás obtuvo el reconocimiento a su talento.