Compañía Nacional de Danza: 40 años de puro arte

La Compañía Nacional de Danza cumple cuatro décadas en plena forma y, según muchos, en uno de los mejores momentos de su historia. Hablamos con su director, José Carlos Martínez, que en los últimos ocho años, mirándose en el espejo de los más grandes ‘ballets’ de Europa, ha revolucionado esta compañía. Por Diego Bagnera / Fotos: Hervás & Archer

• Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza

Tras una primera etapa marcada especialmente por la danza clásica y una segunda, netamente por la contemporánea, la Compañía Nacional de Danza cumple 40 años alcanzando en plena forma la madurez, uniendo lo mejor de ambos periodos para, desde ahí, ir posicionándose entre las más completas del panorama actual.

A la manera del Ballet de la Ópera de París o del Royal Ballet de Londres (por citar dos excelencias con las que medirse), la compañía congrega ya a 50 versátiles bailarines de todas las latitudes -Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Israel, Canadá, Australia, Corea del Sur, Bélgica…- y capaces de bailar todos los lenguajes coreográficos que han marcado la historia de la danza, desde Petipa y Fokine a Forsythe y Mats Ek, pasando por Balanchine, Robbins, Kylián, Naharin o Inger, nutriendo a la par su propia historia con los nuevos creadores españoles.

Tras una década con Ángel Corella y 4 años en el Royal Ballet de Flandes, Cristina Casa cumplió el sueño de entrar en la compañía, donde es primera bailarina. Álvaro Madrigal es solista y lleva 7 años, desde sus 19

Un espacio en el que caben desde Nacho Duato (uno de los directores de la compañía que más a fuego han marcado su historia) hasta creadores como Goyo Montero, Marcos Morau (La Veronal) o Cayetano Soto, por citar algunos.

No solo integran la compañía bailarines de España, sino de EE.UU., Japón, Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Israel, Bélgica…

Mucho del mérito de este momento de la compañía lo tiene el trabajo silencioso y sin alardes del actual director, José Carlos Martínez (Cartagena, Murcia, 1969), acaso por provenir él mismo de las entrañas de un lugar de referencia como la Ópera de París. Martínez entró en el ballet parisino con 19 años, señalado personalmente por Rudolf Nuréyev.

El italiano Alessandro Riga (de negro) es la primera figura de la compañía. Lleva seis temporadas. Benjamin Poirier, francés, cinco. Para ambos, la calidad de vida en España, pese a ser el país de Europa donde menos cobra un bailarín, es un factor de peso para estar aquí

Un lustro después ascendió a bailarín estrella, rango en el que brilló durante 14 años, hasta su desembarco en la Compañía Nacional de Danza en 2011. «Cuando llegué, todo el mundo, incluyendo a los bailarines, esperaba que, viniendo yo de la Ópera de París, me pusiera hacer solo ballet clásico. Y no fue así. Eso hizo a su vez que bastante gente que me seguía como bailarín se frustrara mucho porque no hacíamos danza clásica. Pero con los bailarines que teníamos entonces [que llevaban 20 años bailando contemporáneo con Nacho Duato] no podíamos ponernos a hacer Giselle y El lago de los cisnes. En la Ópera de París, que tiene más de 350 años de historia, cada director que llega sabe que lo que debe hacer es seguir gestionando lo que han hecho los anteriores y sumar. Aquí, en cambio, siempre que ha llegado un director ha dicho. hagamos un cambio. No creo que fuera así como yo debía hacerlo. Hemos tardado bastantes años en que eso se entendiera, trabajando mucho todos para que ahora se vea una compañía con bailarines muy versátiles, capaces de bailar piezas clásicas, neoclásicas, contemporáneas y de vanguardia. Y, claro, partiendo de donde partíamos, apenas llevamos un año y medio trabajando a pleno rendimiento con la Compañía Nacional de Danza que imaginé al llegar. En verdad, es muy poco tiempo -concluye Martínez, que en agosto dejará la dirección por completar ya el máximo de su contrato: 5 años más 3 renovables-, pero ahora, que me toca marcharme, siento a la vez que dejo una compañía en plena forma, con espectáculos superrodados, una repercusión internacional importante y un montón de giras: este año hay previstos 85 espectáculos, nunca habíamos conseguido eso. Nuestro máximo era 76. Y antes se giraba internacionalmente solo con las coreografías contemporáneas; ahora, el Don Quijote [pieza clásica del propio Martínez, inspirada en las versiones de Marius Petipa y Alexander Gorski] ya va incluso de gira».

Nuevo director, viejos retos

La zapatilla de punta y la danza clásica marcaron la compañía en sus primeros 12 años, bajo las direcciones de Víctor Ullate (1979-1983), María de Ávila (1983-1986), Ray Barra (1986-1987) y Maya Plisétskaya (1987-1990). Entre 1990 y 2010, Nacho Duato apostó por la danza contemporánea, sin puntas. Con Martínez -sucesor de Hervé Palito (2010-2011)-, la compañía aborda ya ambos lenguajes.

El 1 de septiembre, el bailarín Joaquín de Luz (Madrid, 1976) tomará el relevo de Martínez al frente de la compañía, con el sueño de construir la que hubiera evitado que él se fuera al extranjero, según dijo en su presentación. Formado en la escuela de Víctor Ullate, De Luz se marchó en 1996 y se convirtió en estrella del New York City Ballet, donde brilló durante casi 15 años. Ahora -elegido, como en 2011 Martínez, tras un proceso de selección público al que optaron otros 13 candidatos-, el bailarín madrileño heredará muchas cosas buenas y otros viejos retos con los que tampoco Martínez pudo. Uno de ellos, un teatro propio para la Compañía Nacional de Danza y el Ballet Nacional de España.

Este verano, Martínez dejará la compañía. Lo relevará Joaquín de Luz, estrella del New York City Ballet

«Todas las unidades de producción nacional tienen un teatro -dice Martínez- y las dos compañías de danza no. Se dice que construirán uno, una promesa permanente. Yo he propuesto varias soluciones. En todos los teatros del mundo, la ópera y la danza conviven en el mismo teatro. Nuestra sede natural es el Teatro de la Zarzuela. Vamos una vez al año… solo una. Y se nos dice que no pueden ser más porque, si no, se tendrían que quitar espectáculos… En el Royal Opera House de Londres se hacen 15 días de ópera y 15 días de ballet. Y no por eso hay menos espectáculos de ópera. Es una cuestión de planificación, de hacer como una sede común de todos. El error es querer construir un nuevo teatro si no se puede. Si se pudiera, ojalá; pero, si no se puede, bastaría con ver la realidad de nuestro país y optimizar lo que tenemos. Y podríamos estar cuatro meses al año en la Zarzuela sin ningún problema».

Ana Pérez-Nievas tiene 21 años y entró en la compañía con 17. Pone palabras a un sentir general. «Entre lo mejor de estar aquí, destaco el buen ambiente de trabajo, tanto para concentrarte como si necesitas energía de los otros».

El otro reto que espera a De Luz: los salarios de los bailarines. «En la Compañía Nacional de Danza tienen el mejor salario de un bailarín en España, que es a la vez el peor de toda Europa. La compañía ha perdido intérpretes que se han ido a Niza o a Ámsterdam, donde ganan el doble. La situación, aun siendo la mejor en España, es malísima. Aquí los bailarines están porque les gusta bailar y pueden acceder a la danza de los grandes coreógrafos. No vienen, evidentemente, por las condiciones económicas. Sus salarios y convenios son del año 96 y nunca se han actualizado ni revisado».

De gira en gira

Actualmente de gira en Francia, la compañía actuará en junio y julio en Madrid, Palma de Mallorca, Granada y Santander. La gala del 40.º aniversario (26, 27 y 28 de julio en los Teatros del Canal, en Madrid) incluye piezas de Nacho Duato y del propio Martínez. Con este al frente se han presentado 23 nuevas creaciones y 47 reposiciones. 70 piezas, 10 por año. Una cifra enorme para una compañía sin teatro propio

Foto de portada: José Carlos Martínez (sentado) posa con cinco de los 50 versátiles bailarines de la compañía, capaces de bailar todos los lenguajes del repertorio universal: piesas clásicas, neoclásicas, contemporáneas y de vanguardia. De izquierda a derecha: las madrileñas Cristina Casa y Ana Pérez-Nievas, el francés Benjamín Poirier, el italiano Alessandro Riga y el sevillano Álvaro Madrigal

PARA SABER MÁS

Compañía Nacional de Danza. Página oficial de la CND

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