Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia

Con los tablaos cerrados y los festivales cancelados, el flamenco vive una crisis sin precedentes. Pero las dinastías no pierden la fe. De padres a hijos, de abuelos a nietos, así se ha aprendido históricamente el flamenco en las familias gitanas. Son estas dinastías, aquí reunidas, las que mantienen hoy la esencia de un arte devastado por la pandemia. Por David López Canales / Fotografías: Susana Girón

1 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia · La saga de los Rubio, de La Línea: «Se te quitan las ganas de tocar» Es una de las familias más respetadas del flamenco. El abuelo Antonio sigue en activo a los 92 años, pero el virus ha dejado en suspenso el disco que preparaba. Su nieto Ingueta (con sombrero) habla de «una pesadilla inolvidable. El flamenco depende del ánimo… y con lo que está pasando se te quitan las ganas de cantar y tocar». A su lado, su padre, Miguel.
2 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia · La dinastía Suárez: «Algún día se cantarán las fatigas que pasamos hoy» El guitarrista Paquete (segundo por la izquierda) posa con la familia en el tablao Casa Patas de Madrid, que ha tenido que cerrar por la pandemia. Aunque el clan es consciente de la gravedad de la situación, creen que el flamenco «desaparecer, no va a desaparecer. Estas fatigas que pasamos hoy algún día se cantarán también. El flamenco es eterno».
3 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia ·  La saga de los Carpio: «Sin público te cortan las alas» «Sin público, sin afición, sin sentirte, te cortan las alas y te vienes para abajo», afirma el cantaor El Tolo, de Jerez (primero por la izquierda, con su familia en la peña de la Bulería de Jerez). El cantaor de la saga de los Carpio afirma que es hora de que el flamenco se renueve. «Siempre son los mismos artistas, sota, caballo y rey, a los que se contrata. Hay un trocito de tarta para todos. Vamos a cuidarnos y a apoyarnos todos».
4 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia ·  Los Rancapino: «Me formo escuchando el cante de otras épocas» Esmeralda tiene solo 14 años y es una de las voces más prometedoras del flamenco. Pero la pandemia ha dado un ‘frenazo’ a su carrera. «Como no puedo subirme al escenario, me formo escuchando a artistas de otras épocas». Sigue así los consejos de su abuelo el cantaor Rancapino, que le insiste mucho en que escuche a los cantaores viejos porque de ahí viene el cante. «A veces dejo regalitos a mis seguidores en las redes sociales», añade Esmeralda.
5 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia · La familia Maya: «Los nuevos se creen que el baile es cosa de hacer mucho ruido» El bailaor de Granada Manolete, de 75 años, de la familia Maya, se queja de que los jóvenes andan «confundidos». «Se diluye el peso de las familias y ya no hay la comunicación que había antes». Ahora, «los nuevos se creen que en el baile es cuestión de hacer mucho ruido. Pero no se trata de que te den un aplauso muy grande, sino de que se acuerden de ti al día siguiente». Posa con su familia en la cueva de la Rocío, en el Sacromonte de Granada.
6 Las grandes sagas del flamenco resisten frente a la pesadilla de la pandemia · La saga Habichuela: «El flamenco es más grande que la pandemia» Originaria de Granada, es una familia histórica de guitarristas flamencos. «Nunca hemos tenido un momento de parón tan grande en el flamenco ni en la cultura», dice uno de sus miembros, Pepe Luis Carmona (en el centro). Aunque destaca que, si se quiere, se pueden hacer proyectos. Y pone de ejemplo el Festival Milnoff, que él organizó en septiembre en Granada. «Más de 130 artistas en 40 actuaciones y con 10.000 personas de público. Ahí ganamos todos».
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