Dibujos animados de ayer y hoy

Forman parte de la cultura audiovisual de varias generaciones de niños españoles, pero desde su origen en aquellas primeras ‘ilustraciones en movimiento’, a principios del siglo XX, la animación española ha ido creciendo hasta ser reconocida entre las mejores del mundo. Ahora, una exposición le rinde homenaje. Por Raquel Peláez

Dibujos animados de ayer y hoy

‘Garbancito de la mancha’: en 1945 fue el primer largometraje de animación europeo en color

Dibujos animados de ayer y hoy

‘Ruperta’: la calabaza del ‘Un, dos, tres…’, dibujada por José Luis Moro interpretó la sintonía desde 1976.

Dibujos animados de ayer y hoy

‘Vamos a la cama’: en 1965. Cleo y la familia Telerín anunciaban el final de la programación infantil en TVE.

Dibujos animados de ayer y hoy

‘Arrugas’, cinta para adultos en 2D, de Ignacio Ferreras, ganó dos Goyas en 2012

Dibujos animados de ayer y hoy

Mortadelo y Filemón: los personajes de Ibáñez cobraron vida en 3D en una película dirigida por Javier Fesser en 2014.

Garbancito de la Mancha, la familia Telerín, Willy Fog, los protagonistas de Planet 51 o Klaus son algunos de los personajes que desfilan por la muestra Animación.es: una historia en una exposición, organizada por el Museo ABC y el Ayuntamiento de Madrid y que puede visitarse en la Imprenta Municipal-Arte del Libro hasta el 11 de abril. Desde la figura del aragonés Segundo de Chomón, precursor del stop motion en películas cortas como El hotel eléctrico (1908), hasta la llamada era digital, que arrancó en 1990, la exposición recorre esta exitosa industria nacional.

La industria de la animación española está hoy entre las mejor valoradas del mundo

Todo un viaje para amantes de la animación y para nostálgicos que verán el nacimiento de la familia Telerín o de la calabaza Ruperta, ambos creados por José Luis Moro. Por cierto, en la primera temporada del Un, dos, tres…, la calabaza era real, el ‘premio’ que recibían los perdedores; fue el genial dibujo de Moro un año después lo que la convirtió en mascota indiscutible. Y es que el poder de los dibujos se dispara cuando cobran vida.