Los construyeron los británicos durante la Segunda Guerra Mundial para protegerse de los ataques alemanes. Por Fátima Uribarri / Fotos: Caters / Contacto
Controlar el estrecho de Gibraltar era crucial durante la Segunda Guerra Mundial, al ser la puerta al Mediterráneo. El peñón estaba en la mirilla de los aviones de la Luftwaffe. Por eso los británicos construyeron un refugio subterráneo, robusto y grande, capaz de albergar a 16.000 soldados. Horadaron la roca del peñón y trazaron unos túneles ideados para guarecer a las tropas en caso de bombardeo. Excavaron un refugio grande con las dependencias necesarias para la subsistencia de las tropas durante 16 meses. Pensaron en todo: había hospital, panadería, potabilizadora de agua, central eléctrica, almacén de armas, taller para reparar vehículos y pasadizos, incluso tienda de alimentos congelados… Para que los soldados se orientaran allí abajo, bautizaron las ‘calles’ de los túneles con nombres de ciudades: Durham, Peterborough… Las instalaciones eran tan completas que las utilizó el general Eisenhower para planear operaciones en el norte de África. Tras la guerra han servido para entrenar al Ejército británico.
El conflicto de Gibraltar: la roca de la discordia
Todo empezó el 4 de agosto de 1704, cuando el almirante George Rooke izó la bandera británica sobre el peñón. Desde entonces, los españoles no hemos dejado de reclamarlo. Ha…
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