Los últimos ‘hijos del cielo’

Una gran exposición recuerda a la dinastía Qing, emperadores de China hasta 1912. Por Fátima Uribarri

Los emperadores de la dinastía Qing (o Ching) acampan estos días en el principado de los Grimaldi: protagonizan la exposición La ciudad perdida en Mónaco. Retratos de los emperadores y emperatrices Qing, sus joyas, sedas, enseres y obras de arte ilustran cómo era la vida en la corte durante el reinado de esta dinastía que gobernó China durante 268 años. Los Qing pertenecían a la minoría étnica de los manchúes, nómadas del noreste del país, reconocibles por sus largas trenzas. En 1644 derrotaron a los Ming, se instalaron en la Ciudad Prohibida y se convirtieron en emperadores, ‘hijos del cielo’, señores absolutos y omnipotentes.

Los Qing fueron grandes conquistadores: expandieron sus dominios a costa de territorios del Tíbet, Rusia y Mongolia. Pero también mostraron intereses culturales, impulsaron la pintura y la caligrafía, las artes decorativas -sobre todo las porcelanas y lacas-, la música y la ópera. Los emperadores manchúes aceptaron la cultura china y lidiaron con la apertura hacia Occidente, un asunto espinoso que supuso dos guerras del opio y la quema del Palacio Imperial de Verano por tropas anglofrancesas. Su tiempo fue tremendo y convulso. La dinastía terminó en 1912 con la renuncia de Pu Yi, protagonista de la película de Bertolucci El último emperador. 

Linaje mongol

En 1625 eligieron a Xiao Zhuangwen para casarse con Hong Taiji porque pertenecía al clan de Genghis Khan e interesaba una alianza con los mongoles. Fue esposa, madre y abuela de emperadores Qing.

Guerra del Opio

Daoguang intentó detener la propagación del opio en China, lo que desembocó en la Primera Guerra del Opio, que perdió China: los británicos se quedaron con Hong Kong en 1842.

Regente

Cixí, concubina del emperador Xianfeng y madre de los emperadores Tongzhi y Guangxu, manejó los hilos de China con astucia durante 47 años, hasta su muerte, en 1908.

Decadencia

Qianlong consolidó las conquistas de su padre, Yongzheng, y su abuelo Kangxi. Al final de su largo reinado -de 60 años de duración- comenzó la decadencia de su dinastía. Abdicó en 1796.

Guerrero

Kangxi subió al trono a los ocho años de edad, en 1662. Fue un emperador guerrero. Batalló contra el Tibet y Rusia, conquistó Taiwan y acogió a muchos misioneros jesuitas en China.


PARA SABER MÁS

La ciudad prohibida. Grimaldi Forum. Mónaco: hasta el 10 de septiembre.

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