El primer ataque pirata se produjo en 1522, y se prolongaron tres siglos más
Como primer botín no está mal: cerca de 45.000 pesos en oro, más de 8.000 kilos de plata en forma de máscaras, collares, brazaletes… y otras exquisiteces que Moctezuma había entregado (es un decir) a Hernán Cortés y éste, a su vez, enviaba a la Península Ibérica.
Tres embarcaciones partieron con el tesoro azteca a bordo. Pero no todas llegaron a su destino: en 1522, cuando faltaba ya poco para llegar (atrás quedaban las Azores), una flota comandada por el francés Jean Fleury (o Juan Florín) consiguió hacerse con dos de las naves y todo su contenido. Había nacido la era de los piratas, que viviría su época dorada entre mediados del siglo XVII y principios del XIX.
Los corsarios transformaron la trayectoria futura del Nuevo Mundo
Fue una manera de hacer política: franceses, ingleses y holandeses defendían en parte a través de sus corsarios el libre comercio marítimo (o Mare Liberum), frente al Mare Clausum que reclamaban, sin éxito, España y Portugal. De nada sirvieron las estrategias defensivas de la Corona (fuertes y escuadras de navíos): la sangría continuó y la piratería transformó la trayectoria futura del Nuevo Mundo.