Del papel a la madera
Tabla sexta del sorteo del año 1923, que incluye el número 18398, premiado con quince millones de pesetas. Durante más de cien años, el sorteo se hizo con papeles, pero en 1913 se impusieron las bolas, fabricadas en madera de boj, con los números y las letras grabados con fuego. En el sorteo se utilizan 85.000 bolas de números y 1.787 de premios. Hoy en día, cada bola pesa exactamente lo mismo y los números están grabados con láser para que el peso de la pintura no distorsione el azar.
Los afortunados
En esta imagen, de 1909, un grupo de premiados de origen humilde muestra sus papeletas con orgullo en el cafetín del Olivar, de Madrid. A pesar de su buena suerte, los agraciados hacen pocas demostraciones de su alegría porque, a principios de siglo, posar para una foto era algo solemne que había que hacer con seriedad.
Los reintegros
El sorteo de Navidad se hizo más popular si cabe tras la llegada de los reintegros, que entraron en escena a partir de 1949. Sólo ocho años después, en 1957, los 30 millones de personas que por entonces vivían en España pudieron ver el primer sorteo televisado. En la imagen, un momento del sorteo de la lotería de Navidad de 1961 en la sala de edificio de la calle Montalbán, donde se celebró desde 1932 hasta 1962, cuando se desplazó a su ubicación actual, en la calle Guzmán el Bueno, en la sede de Loterías y Apuestas del Estado, en Madrid.
Largas colas
Durante años, en la víspera del gordo de Navidad, cientos de personas se arremolinaban a las puertas de la Casa de la Moneda, en Madrid, soportando temperaturas bajo cero. Querían ser los primeros en llegar y acaparar las entradas para poder ver el sorteo en directo. En 1949, la popular cola desapareció por orden del Ministerio de la Gobernación y fue sustituida por invitaciones oficiales. La imagen es de 1913.
La voz del Gordo
Los niños de San Ildefonso cantan los números desde 1771. En 1984 se incorporaron niñas tanto al colegio como al sorteo y en 2002 sustituyeron el antiguo soniquete de «150.000 pesetas» por el aún cacofónico «1.000 euros». En la imagen, Mariano Zamora, Mariano Fernández, Adolfo Alonso y Fermín López, que cantaron el gordo en 1906.
Reencuento de bolas
Los bombos metálicos, que se siguen utilizando en la actualidad en los sorteos de Navidad y del Niño, se estrenaron en 1850. Esta instantánea capta el momento en que se verifica el recuento de las bolas antes del sorteo, en 1914. Hoy las bolas con los números y los premios se examinan de forma pública un día antes del sorteo. Además de ser contadas, cualquiera de los asistentes puede examinarlas a título personal (previa autorización del presidente).
¡A por los millones!
Antes de la revolución que supuso la venta de participaciones, no era raro que los premiados correspondieran con empresarios o banqueros que adquirían grandes cantidades de lotería para enviarla a sus clientes de ultramar, los ricos emigrantes españoles de Argentina o Uruguay. En la imagen vemos a los señores Arce y Álvarez Valdés, representantes del anónimo agraciado, cobrando los seis millones de pesetas en el banco de España de San Sebastián, en 1911.
Máxima espectación
Como muestra esta imagen de 1912, en la jornada del sorteo y los días siguientes, miles de personas se acercaban a pie, en bicicleta o en tranvía para consultar los números premiados en la lista que publicaba ABC en la Librería de Escritores y Artistas. Todavía hoy, el periódico del 23 de diciembre, con su lista de números agraciados, es uno de los más vendidos del año.
Orgullo de lotero
Tomás Bázquez (en el centro de la fotografía) es el dueño de la administración de la calle Serrano de Madrid, donde se vendió el décimo agraciado con el segundo premio en 1913. La creación de administraciones en todo el territorio nacional, «que se lo pudiera permitir», a partir de 1849 fue uno de los motivos que permitió la popularización de la lotería.
El sorteo especial de Navidad mantiene en vilo a millones de españoles desde hace siglos, convencidos de que un golpe de suerte les cambiará la vida. Por Isabel Navarro/ Fotos: Archivo ABC