Un trabajo anónimo
Sobre la mayoría de los crímenes no se ha conservado información. Es el caso de esta mujer, asesinada en su apartamento. Sobre los autores de las fotos tampoco se sabe nada. Eran empleados de las comisarías o policías ellos mismos.
A vista de pájaro
Esta imagen de un hombre muerto por un golpe en la cabeza deja ver claramente la innovadora técnica usada para lograr la ‘vista de pájaro’. La cámara se colocaba bocabajo sobre un gran trípode de madera, cuyas patas (visibles en la foto) funcionaban como andamio.
El 'CSI' de la época
Las fotos no tenían ninguna intención periodística ni artística. Eran meramente forenses. Se usaban para investigar.
Dos ladrones en el hueco del ascensor. Cayeron desde el quinto piso cuando huían con cientos de metros de seda sustraídos de un taller.
Los niños también
La imagen de este niño es una de las más duras que recoge el libro Murder in the city, New York, 1910-1920, de Wilfried Kaute.
Crimen pasional
Ella era una artista y él, un admirador. Ella anunció su boda y él, incapaz de aceptarlo, la mató. Tras dispararla, se suicidó junto a ella.
Sobrevivir
Las fotografías aparecieron durante una reforma de la sede central de la Policía de Nueva York en 2012. Se suponía que se habían tirado al Hudson, pero alguien las guardó.
La fascinación del mal
Por la distancia temporal y el blanco y negro, a veces los cadáveres parecen maniquíes. Además, a la ‘teatralización’ de la escena contribuye el que en casi todas las fotos aparezcan los pies de los agentes en el lugar del crimen.
En los años veinte, un grupo de anónimos fotógrafos que trabajaban para la Policía de Nueva York dejó un impactante testimonio de los crímenes que se cometían en la ciudad. El archivo municipal de Nueva York y un libro han rescatado sus escalofriantes fotos cenitales. Por Lourdes Gómez
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