Cancán con Shirley
Los Kruschev con el elenco de la película Can-Can. Shirley MacLaine quiso bailar con él, pero el ruso no accedió. En la foto están también Louis Jourdan y Maurice Chevalier.
Broncas y risas
Con un pavo en una granja de Maryland. Pero no todo fueron risas. En la cena con el alcalde de Los Ángeles volaron puyas entre ambos.
Nina, feliz
Un policía rescató a Nina Kruschev entre una marabunta de periodistas y ella le dio la mano.
De cena
Nina Kruschev cenando entre Bob Hope y Frank Sinatra.
En 1959, en plena tensión de la guerra fría, el líder de la URSS protagonizó un disparatado viaje a Estados Unidos. Un nuevo libro lo recuerda. Por Fátima Uribarri
Gordito, histriónico, imprevisible, gruñón y temible. Así era el líder de la URSS Nikita Kruschev. Fue inmisericorde en las purgas de los años más oscuros del estalinismo, pero cuando viajó a Estados Unidos, en septiembre de 1959, él y su mujer, Nina, dejaron titulares que daban de ellos una imagen simpática e infantil.
Ahora llega a España Kruschev se cabrea, de Peter Carlson (Machado Libros), una crónica de aquel viaje esperpéntico en tiempos de alta tensión entre Washington y Moscú. Kruschev estuvo diez días en Estados Unidos invitado por el presidente Dwight Eisenhower. Habló en la ONU; acudió a cenas y presentaciones. Y soportó las pitadas de ciudadanos americanos al paso de su caravana. Lo llevaron a Pittsburgh, Iowa… Pero él insistía en visitar Disneylandia. Estuvo en Los Ángeles y en Hollywood (le presentaron a Marilyn Monroe), pero no le dejaron ir a ‘el país de los sueños’ por motivos de seguridad. «¿Qué pasa en Disneylandia? ¿Hay una epidemia de cólera? ¿Es que los gánsteres se han hecho los amos de aquello?», dijo.