Nacidos fuera de las alcobas palaciegas, los hijos ilegítimos han proliferado en todas las monarquías. Desde Felipe IV, con más de 30 hijos bastardos, hasta Alfonso XIII, los adulterios de los reyes han puesto en más de un apuro a la razón de Estado. Por O. M.

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Los bastardos reales carecían de cualquier derecho sucesorio pero en algunos casos era la voluntad del padre y la ausencia de hijos legítimos la que podía llevarles al trono.

La abundante ilegitimidad fue uno de los factores que marcó la sociedad del Siglo de Oro español. Aunque el problema se cebó con las clases populares, que abandonaban a sus vástagos a la caridad, las monarquías europeas no se libraron del fenómeno. Es más: una de las teorías sobre el nacimiento del preservativo atribuye el invento a un médico de Carlos II de Inglaterra, Condom.

La mayoría de estos hijos nacidos fuera del matrimonio fueron destinados a la carrera eclesiástica para evitar ambiciones sucesorias

Al parecer, el monarca le habría expresado su preocupación por estar llenando el Londres de mediados del siglo XVII de bastardos (palabra que al principio no tenía sentido despectivo, pues designaba al hijo de rey concebido con una mujer distinta a la reina cuando ésta era estéril, y que a partir del siglo XII se consideraron ilegítimos).

Los bastardos españoles han jugado diversos papeles en la historia. Sus vidas, mitificadas en unos casos y eclipsadas deliberadamente en otros, fueron protagonistas de algunos de los episodios más polémicos de nuestra Monarquía.

Enrique II de Castilla, el bastardo más famoso de la Edad Media

hijos bastardos de reyes Enrique II de Castilla

Hijo de Alfonso XI y de Leonor de Guzmán, Enrique II era un muchacho cuando su padre murió en 1350. Leonor, de la que Alfonso se había enamorado a los 18 años, había compartido ‘extraoficialmente’ el reinado del ‘Justiciero’ y le había dado diez hijos. Muerto el rey, la reina, María de Portugal, y su hijo Pedro I, heredero legítimo, mataron a Leonor. Enrique de Trastámara, adoptado por Rodrigo Álvarez de Asturias del que heredó el condado de Trastámara, juró vengar su muerte. Fueron 18 años de enfrentamiento civil en el reino de Castilla. Finalmente Enrique ejecutó su venganza, pero su reinado no fue fácil. Muchos de sus aliados se tornaron enemigos e incluso algunas ciudades de su territorio (Zamora, Ciudad Rodrigo) siguieron fieles al monarca difunto. Con Enrique II se inició la dinastía Trastámara, que fue tronco común para las coronas de Aragón y Castilla que se fundieron con el matrimonio de los Reyes Católicos, ambos Trastámaras.

Don Juan de Austria, epítome del bastardo real reconocido pero no legitimado por su padre, Carlos V

hijos bastardos de reyes Juan de Austria

El emperador confió su cuidado a su mayordomo Luis Méndez de Quijada y fijó su destino: la carrera eclesiástica. Pero el joven demostró mayor afición por las armas y Carlos V recomendó a su primogénito Felipe II que tuviera por hermano a don Juan. Y el rey así lo hizo: al principio. En 1559, le otorgó uno de los collares de la Orden del Toisón y mandó que le dieran el tratamiento de excelencia. Pero el rey siempre le negó posar dentro de palacio y el título de alteza. Fue nombrado general de los Mares y su éxito en Lepanto y el apoyo popular le hizo anhelar la concesión del título de infante y mayor reconocimiento, pero Felipe II refrenó sus deseos enviándole como gobernador general a los Países Bajos, donde murió de tifus, en octubre de 1578.

Juan José de Austria, el más famoso de los más de 30 hijos bastardos de Felipe IV

hijos bastardos de reyes Juan Jose de Austria

Juan José de Austria hijo de la comediante María Calderón, que se retiró a un convento tras dar a luz, es el más famoso de los más de 30 hijos bastardos de Felipe IV. Nació en Madrid en 1629 en una casa del duque de Medina de las Torres. Fue bautizado como ‘hijo de la tierra’ con el nombre de Juan José y criado en León por una mujer humilde. Más tarde se le instruyó para que ocupara alguna sede episcopal, pero los consejos del conde duque de Olivares, que pensaba remediar la falta de un heredero, inclinaron a Felipe IV a reconocerlo en 1642. Sofocó la rebelión de Nápoles y de Cataluña y combatió en Flandes y Portugal. Tras la muerte de su padre, intrigó contra Mariana de Austria, regente de su hermanastro Carlos II el Hechizado, de quien Juan José acabó siendo primer ministro entre 1677 y 1679. Durante su vida, Juan José pintó telas y en Italia conoció a José Ribera, pero el hijo de Felipe IV mancilló a una hija apenas núbil del pintor, a la que dejó embarazada. Nunca se casó, pero fue padre de varias hijas naturales.

Alonso de Aragón, el hijo bastardo más ilustre de Fernando el Católico

Alonso de Aragón (1470-1520) fue el hijo bastardo más ilustre de Fernando el Católico, quien tuvo toda una serie de hijos ilegítimos. Alonso de Aragón, hijo de la noble catalana Aldonza Iborre, jugó un papel importante en la política aragonesa del XVI. Su padre lo educó en un ambiente humanista y le destinó a la carrera eclesiástica (aunque según cuenta la leyenda, Alonso no dio más misa en su vida que la exigida para ordenarse), administró las diócesis de Valencia y Zaragoza y fue, durante seis años, diputado por Aragón. Virrey de Cataluña y Valencia, a la muerte del rey quedó como regente de la Corona de Aragón. Intervino en las Cortes de 1518, donde fue jurado rey su sobrino Carlos I (Carlos V), pero no se le permitió trasladarse a Tordesillas, ante el temor de que llegara a un acuerdo con su hermanastra Juana la Loca, en perjuicio de Carlos. Falleció en 1520 y su muerte, y el hecho de que fuera rechazado para la sede de Toledo, fueron dos de las causas que encendieron la guerra de las Comunidades de Castilla.

Alfonso y Fernando Sanz, los dos hijos bastardos de Alfonso XII

Alfonso XII tuvo dos hijos (Alfonso y Fernando) con la cantante de ópera Elena Sanz. Al parecer la reina María Cristina estuvo al corriente de esta relación y tras la muerte del rey, el 25 de noviembre de 1885, suspendió la pensión que Alfonso entregaba a su amante. Pero Elena Sanz recurrió a un abogado y alcanzó un acuerdo económico: dos millones de euros actuales a cambio de no hacer público el contenido de unas cartas, donde claramente Alfonso XII reconocía a sus hijos, y la renuncia a una petición legal de reconocimiento de paternidad. Pero la mayor parte del dinero no apareció nunca. En 1907 los dos hermanos presentaron una demanda de reconocimiento de paternidad, que fue desestimada por el Tribunal Supremo.

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