La descomunal firma de Trump y otros autógrafos de famosos

1 DONALD TRUMP · Trump se toma su tiempo para firmar documentos en actos públicos: 7 segundos y 30 toques. Una eternidad.  
2 TORO SENTADO · Retrato firmado en 1855 por el líder de la tribu Lakota. Souvenir de su gira con Buffalo Bill.  
3 JOSÉPHINE BAKER · Reinó en el París de los años veinte. Sus retratos estaban por toda la ciudad, como este dedicado a una fan en 1930.
4 SIGMUND FREUD · Factura de Sigmund Freud firmada por 20 sesiones de psicoanálisis al neurólogo y psiquiatra Roy Grinker en 1934.
5 LOS ROMÁNOV · La familia imperial rusa en San Petersburgo en 1913, cinco años antes de su ejecución. Los Romanov: Olga, María, Nicolás, Alexandra, Anastasia, Alekséi y Tatiana.
6 OSCAR WILDE · El escritor irlandés, Oscar Wilde,  le pide un favor a Bram Stoker, recién casado con Florence, su expareja. Londres, 1880.

La enorme firma de Donald Trump lo tiene todo para convertirse en pieza codiciada por los coleccionistas, pero existen otros autógrafos muy singulares de grandes figuras a lo largo de la historia. Por Fernando Goitia

¿Una prueba del detector de mentiras? ¿Un sismógrafo ante un fuerte terremoto? La firma de Donald Trump ha dado mucho que hablar desde que firmara su primera orden presidencial. Grafólogos de todo el mundo escrutan su tamaño, su trazo afilado y grueso de rotulador (usa uno especial para este menester), esas letras apretadas; incluso el tiempo que demora en estamparla: 7 segundos y más de 30 golpes de pluma.

«No es un gran oyente, pero sí un negociador audaz y directo», dicen de Trump los grafólogos

Las conclusiones son diversas: «Es extrovertido y le gusta llamar la atención». «Ambicioso, dinámico, valiente y audaz». «Refleja determinación y terquedad». «No es un gran oyente, pero sí un negociador audaz y directo». «Es arrogante, presuntuoso, altivo y necesita de los elogios y el reconocimiento». «Denota tendencias tiranas y exhibe una personalidad falsa que puede convertirse en megalómana ante la falta de sentido crítico»… Al margen de estos adjetivos, que muchos ya le atribuyen sin analizar su esforzada caligrafía, es ya una pieza apreciada por coleccionistas como Pedro Corrêa do Lago, un académico brasileño que es a los manuscritos y autógrafos lo que Imelda Marcos a los zapatos. En su libro La magia del manuscrito (Taschen) reúne 140 documentos de una colección personal con más de 30.000 piezas, que abarcan casi 900 años de historia.

Imágenes extraídas del libro La magia del manuscrito, publicado por Taschen.

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