Sin aportar ni una sola prueba científica, aseguraban haber descubierto una milagrosa cura para el cáncer a partir de un tratamiento desarrollado por el doctor Charles Ozias en colaboración con Harry Hoxsey, ambos charlatanes de alcurnia, pero esté último, además, perseguido en varios estados…
Entre los años veinte y cincuenta, Harry Hoxsey -que fue socio del también charlatán Norman Baker- trató a más de ocho mil pacientes en 17 clínicas. Formuló un ungüento para tratar el ‘cáncer externo’, una pasta rica en antimonio, zinc, sanguinaria, arsénico o azufre; y otro tónico herbal para el ‘cáncer interno’, con trébol rojo, raíz de bardana… Completaba el tratamiento con laxantes y suplementos vitamínicos, duchas antisépticas y cambios en la dieta de los pacientes. estaban prohibidos los tomates, el azúcar o la sal.
Trataban el cáncer con siete inyecciones diarias de un ‘potingue’ de maíz, sandía, menta y tréboles…
Aseguraba que su receta mataba las células can cerosas, aunque los componentes cáusticos de la crema abrasaban los tejidos. En 1960 lo obligaron a cerrar sus clínicas. Hoxsey murió en 1974. De cáncer.
Como ha concluido el Sloan Kettering Cancer Center. «La terapia herbal Hoxsey no curaba contra el cáncer y sus componentes podían ser peligrosos».
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