August Sander, el hombre que quiso retratar a la humanidad
Décadas de posados
No eran fotos hechas al azar, eran pensadas y posadas. Y las hizo durante décadas, mostrando a personas singulares como estos boxeadores.
No eran fotos hechas al azar, eran pensadas y posadas. Y las hizo durante décadas, mostrando a personas singulares como estos boxeadores.
O estos amigos pintores.
O la imagen de una empleada de telefonía que se ha convertido en una de las más icónicas de Sander. De hecho, el fotógrafo dedicó un amplio espectro de su trabajo a fotografiar mujeres.
Solo personas, sin prejuicios
Su trabajo, escribió Sander, «habría de ser a la vez documento y esbozo social de la época, sin idealizar a las personas representadas ni dar de ellas una imagen restrictiva en la perspectiva de cualquier ideología»: Así, esta imagen es «víctima de persecución», una mujer judía en la Alemania nazi.
Ni siquiera dejó constancia del nombre de sus retratados, solo de su profesión o de su circunstancia personal más reseñable, esta imagen «es un artista».
Niños en la calle
Sander buscaba retratos asépticos, sin demasiada gestualidad, aunque a veces los personajes, como estos niños ciegos, fuesen captados en movimiento. Sander fue perseguido por los nazis. Destruyeron su taller y su casa, y perdió gran parte de sus negativos. Su hijo Erich murió en la cárcel. Pero incluso a él lo retrató ya preso, con la misma dignidad y asepsia que a todos sus personajes. Sander sobrevivió a la guerra y murió en 1964 en Colonia.
Alfonso, el fotógrafo de la España en blanco y negro